La última propiedad que Matthew Perry adquirió antes de su trágica muerte ha vuelto a salir al mercado. Se trata de una elegante mansión ubicada en las colinas de Hollywood Hills, en Los Ángeles, que el actor compró en mayo de 2023 por un valor de 4,9 millones de dólares. Meses después, el 28 de octubre de ese año,el actor falleció en otra de sus propiedades, la casa de Pacific Palisades.
La mansión de Los Ángeles, construida en 1957 y restaurada recientemente, fue puesta en venta en mayo de 2024, con un precio de 5 millones de dólares. La vivienda no logró atraer compradores en esos primeros meses, lo que llevó a reducir el precio a USD 4,7 millones en septiembre. Pero en octubre, de manera inesperada, la propiedad fue retirada del mercado sin explicaciones. Ahora, dos semanas después, vuelve a estar disponible al mismo precio, lo cual ha generado interrogantes entre sus seguidores y los interesados en el mercado inmobiliario.
El hogar, descrito en su anuncio como una “joya de mediados de siglo”, se sitúa en un terreno de 890 metros cuadrados y cuenta con detalles arquitectónicos modernos que se fusionan con un estilo clásico californiano. Esta residencia es más modesta que las propiedades de lujo por las que Perry se hizo conocido, como el penthouse de Sierra Towers que vendió en 2021. Pero su belleza reside en los elementos cuidadosamente diseñados, desde el patio trasero con piscina y fogonero hasta la discreción que ofrece, un aspecto que habría atraído al actor que buscaba paz y privacidad.
Al entrar, el recibidor estilo atrio, revestido con baldosas de piedra y coronado por un techo de cristal, da la bienvenida inundando de luz el espacio y ofreciendo una atmósfera tranquila. Este diseño permite que los visitantes se encuentren en contacto constante con el exterior gracias a ventanales de piso a techo. La vivienda, que comprende tres dormitorios y tres baños y medio, presenta una decoración que conserva la esencia arquitectónica original mientras incorpora toques de lujo y modernidad.
Una de las habitaciones ha sido transformada en una sala multimedia, un espacio que refleja una de las grandes pasiones de Matthew, el cine. Esta pequeña sala, con paredes de color oscuro y equipada con un proyector y sonido envolvente, da una idea de la importancia que tenía el entretenimiento en la vida del actor, quien contaba también con una sala de cine en su penthouse de Los Ángeles y en su casa de Malibú.
La cocina es otro de los puntos fuertes de la casa. Con paredes de cristal que permiten la entrada de luz natural y vistas al patio trasero, la cocina cuenta con una isla central, ideales para reuniones informales. Las paredes de la cocina están revestidas con piedra negra, un toque distintivo que le otorga personalidad y una elegancia sobria. En el exterior, el patio está diseñado para crear una atmósfera ideal para relajarse y disfrutar de la vista de la ciudad de Los Ángeles. Una piscina de borde infinito se extiende hacia el horizonte, mientras que un fogonero eléctrico se sitúa cerca, creando un ambiente perfecto para reuniones íntimas al aire libre.
La casa también posee un espacioso dormitorio principal, con un baño en suite que incluye detalles sofisticados como una bañera de hidromasaje, una ducha con paredes de cristal y una televisión montada en la pared. Este espacio de relajación y lujo contrasta con el austero exterior de la casa, manteniendo un equilibrio entre lo funcional y lo suntuoso.
Según detalla la web especializada Realtor, esta propiedad es emblemática, no solo por sus características, sino también porque marca el final de una era en la vida de Matthew Perry. Conocido por sus dotes actorales y su carácter irreverente, el actor también fue un apasionado de los bienes raíces, y en los últimos años se dedicó a desprenderse de varias de sus propiedades. Entre estas, destacó la venta de su penthouse de 9,300 pies cuadrados, que se convirtió en una de las transacciones inmobiliarias más importantes de Los Ángeles en 2021. También vendió una residencia frente al mar en Malibú por 13,1 millones de dólares, buscando reducir su patrimonio y vivir una vida más simple y menos ostentosa.
Curiosamente, Perry nunca llegó a vivir en esta casa de Hollywood Hills. Desde el momento de la compra, se embarcó en una serie de renovaciones para adaptarla a su gusto. Mientras tanto, residió en una lujosa casa alquilada en Beverly Hills que compartía con su asistente de confianza, Kenny Iwamasa, quien había trabajado con él durante más de 25 años. Esta residencia de alquiler, valorada en 49,000 dólares al mes, contaba con vista al océano y fue testigo de sus últimos momentos de vida antes de que regresara a Pacific Palisades tras las renovaciones.
La tragedia que envolvió la muerte del exmiembro de Friends ha aumentado el interés en su vida privada y en las decisiones que tomó en sus últimos años. La mansión de Hollywood Hills, con su diseño pulcro y sofisticado, es ahora un símbolo del intento del actor por establecer una vida de paz y privacidad. A pesar de no haber habitado en ella, el hecho de que sea la última propiedad que adquirió la convierte en un vestigio tangible de sus últimos días y de la serenidad que aparentemente buscaba en sus años finales.
La decisión de volver a poner la propiedad en el mercado, a tan solo dos semanas de haber sido retirada, plantea dudas sobre las circunstancias de la venta. Se especula que el retiro pudo deberse a una oferta privada que no prosperó o a motivos administrativos no especificados. Greg Holcomb, el agente a cargo de la propiedad y quien ha representado a Matthew Perry en otras transacciones, mantiene su discreción, mientras los rumores crecen y la propiedad sigue esperando un comprador dispuesto a invertir en esta joya de mediados del siglo XX, con una historia que ahora resuena más fuerte debido a su vínculo con el icónico Chandler Bing de Friends.