En una sala de subastas de Nueva York, donde el eco de otras épocas resuena en cada objeto, la historia de la presidencia de Estados Unidos se despliega a través de reliquias únicas que una vez acompañaron los momentos más importantes de la nación. A fines de noviembre, un mechón de cabello de George Washington, la bandera que cubrió el ataúd de Abraham Lincoln y otras piezas históricas se expondrán ante coleccionistas que buscan adquirir un artículo junto a un pedazo de legado.
“Estamos llevando a cabo una subasta de varios de los objetos más históricos relacionados con la historia estadounidense que jamás se hayan puesto a la venta”, destacó a Reuters, Arlan Ettinger, presidente de la casa de subastas.
El evento,, organizado por Guernsey’s, una casa con sede en Nueva York reconocida por manejar artículos de valor histórico, se llevará a cabo el 22 de noviembre. Se celebrará tanto de forma presencial en las Galerías Arader en la ciudad de Nueva York como en línea, lo que permitirá una participación amplia y global. La colección es presentada en un momento donde el interés en la historia presidencial de Estados Unidos es más relevante que nunca, según Ettinger, quien destacó: “Con tanta atención en la presidencia en la actualidad, es un momento fascinante para celebrar estas piezas de la historia estadounidense”.
Entre los artículos que capturan la esencia de la presidencia estadounidense se encuentra un mechón de cabello de George Washington, el primer presidente de la nación, quien falleció en 1799. Conservado en un relicario, este mechón fue obsequiado a un amigo cercano de la familia y transmitido de generación en generación, convirtiéndose en una reliquia personal de la fundación de Estados Unidos.
Además, se destaca una bandera que acompañó el ataúd de Abraham Lincoln durante su solemne viaje en tren en 1865, desde Washington, D.C., hasta de descanso final en Springfield, Illinois. El lienzo, cargado de significado, representa el luto de una nación que enfrentaba los efectos de la guerra civil y el asesinato de su líder. Según Ettinger, este artículo tan simbólico está valuado entre “800.000 y 1,2 millones de dólares”, aunque es difícil poner precio a un artículo “completamente único en el mundo”.
Cada objeto histórico subastado cuenta una historia de la presidencia y refleja momentos de profunda carga emocional y significado. La bandera de Lincoln, por ejemplo, con sus 37 estrellas y de casi dos metros y medio de longitud, fue un símbolo de respeto durante su viaje fúnebre por las ciudades de la nación. Este recorrido fue un reflejo de la reverencia del país hacia un presidente que abolió la esclavitud y guio a Estados Unidos en uno de sus periodos más difíciles. “Es un símbolo de reverencia y pérdida nacional”, dijo Ettinger. De igual manera, el relicario que resguarda el cabello de Washington representa un vínculo íntimo y directo con uno de los líderes fundadores del país.
Ettinger explicó: “Cuando tienes algo que es completamente único en el mundo, ¿cómo puedes adivinar cuál puede ser su valor?”. Esta bandera, que fue vista por miles de ciudadanos en las ceremonias de despedida, representa un vínculo material con el duelo nacional que siguió al asesinato de Lincoln en 1865.
La subasta se produce en un contexto cargado de interés político. Con las elecciones presidenciales de Estados Unidos el 5 de noviembre, los objetos históricos de esta colección reflejan las raíces de la nación, evocando temas de unidad y legado. Ettinger expresó que, más allá del resultado electoral, el evento coincide con “un gran enfoque en la Oficina de la Presidencia en este momento y en la historia estadounidense”.
Este interés ha sido impulsado no solo por el momento político actual, sino también por la relevancia simbólica que los presidentes de Estados Unidos han tenido en épocas de cambio y crisis, como ocurrió con Lincoln durante la Guerra Civil o con Eisenhower, cuya bandera de 49 estrellas simboliza un país en expansión y transformación.
Además de los mencionados, la subasta incluye otros objetos emblemáticos, como una bandera de 49 estrellas que estuvo en la Casa Blanca durante la presidencia de Dwight Eisenhower, justo antes de que Hawái fuera admitido como el estado número 50 de la Unión en 1959. Esta bandera es una reliquia de un breve momento en la historia de EE.UU., que refleja el crecimiento del país y su identidad en transición.
También se subastará una maqueta de yeso del Monumento a Lincoln realizada por Daniel Chester French, famoso escultor de la obra original en el National Mall de Washington, D.C., y que aquí aparece en una versión más íntima y accesible. En palabras de Ettinger en un comunicado en la página de la Casa de subastas: “Esta maqueta es pequeña en tamaño, pero enorme en importancia”.
Además de estos objetos históricos, la subasta de Guernsey’s contará con retratos de presidentes estadounidenses realizados por el famoso estudio de fotografía Bachrach, así como una obra del artista Francis Bicknell Carpenter: el retrato de Abraham Lincoln que utilizó como estudio para su icónica pintura “Primera lectura de la Proclamación de Emancipación por el presidente Lincoln”.
Esta obra final cuelga en la actualidad en el edificio del Capitolio de Estados Unidos, representando uno de los momentos más importantes de la historia del país. En la subasta se incluirá el estudio que Carpenter realizó de Lincoln para esta pintura, así como la obra de James Burns de 1866 titulada “La muerte de Abraham Lincoln”.
El fallecido escultor Robert Berks, reconocido por sus potentes bustos impresionistas de figuras prominentes, también estará representado en la subasta. Con una destacada carrera que abarcó desde la Galería Nacional de Retratos hasta el Centro Kennedy, Berks fue el primer escultor en aparecer en la portada de Time Magazine gracias a su célebre busto del presidente John F. Kennedy, que aparece a menudo como fondo en las presentaciones oficiales de la Casa Blanca. En honor a su legado, en el evento se exhibirán varios bustos presidenciales originales de Berks, presentados en nombre de su patrimonio y resaltando su notable contribución al arte estadounidense.
Mientras el martillo de la subasta de Guernsey’s se alza el 22 de noviembre, cada pieza cobra vida con las historias de aquellos que moldearon el país. Ya sea a través del relicario de Washington, la bandera de Lincoln o el arte de Chester French, estos objetos cuentan historias que han sobrevivido al tiempo y a las generaciones, como testigos de la evolución de Estados Unidos. En un momento en que la nación enfrenta nuevas decisiones y divisiones, estas reliquias recuerdan las raíces de unidad, sacrificio y liderazgo. Cada objeto, al encontrar un nuevo hogar, seguirá llevando consigo un fragmento del pasado y, con suerte, también una promesa para el futuro.