El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades ha emitido una alerta sobre un incremento inusual de las infecciones causadas por el bacteria Mycoplasma pneumoniae en Estados Unidos. Esta tendencia ha sido observada desde la primavera, alcanzando un pico en agosto y manteniéndose en niveles elevados desde entonces. Este incremento ha llamado la atención de expertos en salud pública, quienes están monitoreando la situación debido a su impacto en un grupo demográfico diferente al habitual.
Mycoplasma pneumoniae es una bacteria que se asocia con infecciones respiratorias leves. Este patógeno es conocido por provocar lo que se denomina “neumonía atípica” o “neumonía ambulante”, una forma menos severa de neumonía que no sigue el curso típico de enfermedad grave. Las infecciones generalmente afectan a la población infantil, especialmente a niños de entre 5 y 17 años, pero el reciente aumento ha sido notable entre los niños más pequeños, específicamente aquellos de 2 a 4 años.
Aumento de casos de neumonía atípica en niños
Los datos de las salas de emergencia en Estados Unidos revelan que la proporción de pacientes diagnosticados con neumonía o bronquitis aguda asociada a Mycoplasma pneumoniae ha aumentado significativamente. Entre marzo y octubre de este año, los casos en niños de 2 a 4 años subieron del 1% al 7.2%, y en el grupo de 5 a 17 años, del 3.6% al 7.4%. Esta tendencia es preocupante, ya que no se había reconocido anteriormente como una causa principal de neumonía en niños tan pequeños.
Síntomas de la infección por Mycoplasma pneumoniae
Los síntomas de una infección por Mycoplasma pneumoniae varían según la edad y la gravedad de la infección. En general, pueden incluir fatiga, fiebre, dolor de cabeza, tos que empeora gradualmente y dolor de garganta. Sin embargo, en niños menores de 5 años, los síntomas pueden diferir, presentando diarrea, estornudos, congestión nasal, vómitos y sibilancias.
¿Cómo se propaga Mycoplasma pneumoniae?
La transmisión de Mycoplasma pneumoniae se produce a través de gotas respiratorias emitidas por una persona infectada al toser o estornudar. La incubación de la bacteria es prolongada, ya que los síntomas pueden comenzar entre una y cuatro semanas después de la exposición. A pesar de que no todos los que están en contacto con una persona infectada se contagian, aquellos que pasan mucho tiempo en su cercanía tienen un mayor riesgo.
Tratamiento y manejo de infecciones
El tratamiento de las infecciones por Mycoplasma pneumoniae puede requerir antibióticos específicos, ya que la bacteria es considerada “atípica” y no responde a todos los tratamientos antibacterianos comunes. Muchos pacientes se recuperan sin intervención médica, pero en casos más severos, el uso de antibióticos como la azitromicina puede ser efectivo.
Prevención de infecciones por Mycoplasma pneumoniae
Los expertos en salud han señalado que el aumento de las infecciones por Mycoplasma pneumoniae no es un fenómeno nuevo. Este tipo de brote tiende a ocurrir cíclicamente cada pocos años, aunque el impacto en los niños más pequeños es un aspecto que merece atención. La alta contagiosidad de la bacteria, especialmente en entornos como escuelas y guarderías, facilita la propagación de la infección entre los niños.
Vigilancia y recomendaciones del CDC
La vigilancia y el monitoreo de la situación son fundamentales. El CDC ha recomendado a los padres que presten atención a los síntomas en sus hijos y busquen atención médica si estos empeoran, particularmente si presentan dificultades respiratorias. Las autoridades sanitarias subrayan la importancia de completar cualquier curso de antibióticos prescrito, incluso si los síntomas mejoran antes de finalizar el tratamiento.
A pesar del aumento en los casos, los expertos han indicado que la mayoría de las infecciones por Mycoplasma pneumoniae son manejables y tratables. Sin embargo, se hace un llamado a la precaución y a la atención a los signos de complicaciones, como dificultad para respirar, que pueden requerir atención médica inmediata.
El CDC y otros organismos de salud pública continúan investigando esta situación para entender mejor la naturaleza del brote actual y su impacto en la salud pública. Este seguimiento es crucial para desarrollar estrategias efectivas de prevención y tratamiento.