El reciente cambio en el calendario escolar de Nueva York previo a las vacaciones de Navidad tiene sus raíces en la iniciativa de un joven estudiante de Brooklyn, Isaac Regnier, quien, con solo 12 años, decidió levantar la voz y actuar ante lo que consideraba una programación incoherente. Como estudiante de séptimo grado en la escuela IS 96 en Bensonhurst, Isaac notó que el ciclo escolar establecía una única jornada de clases el lunes 23 de diciembre de 2024, justo antes de comenzar el receso navideño, que arrancaría oficialmente el día 24.
Para él, esta jornada no tenía sentido: interrumpía los planes familiares de muchos estudiantes y resultaría en un día de baja asistencia, poco provechoso tanto para los estudiantes como para los maestros. Motivado por esta idea, Isaac inició una campaña en Change.org bajo el título “Arreglen el Calendario Escolar de Nueva York”. Su petición solicitaba que se cancelaran las clases del lunes 23, proponiendo que el año escolar se extendiera un día más en junio, finalizando el viernes 27.
Isaac envió correos electrónicos a diversos funcionarios, incluido el entonces canciller del Departamento de Educación de Nueva York, David Banks, aunque no recibió respuesta en un primer momento. Sin embargo, la iniciativa de Isaac comenzó a ganar respaldo rápidamente y captó la atención de compañeros, padres y medios de comunicación locales. En poco tiempo, su petición superó las 22.000 firmas, consolidándose como un esfuerzo colectivo respaldado por una amplia parte de la comunidad escolar.
Finalmente, su propuesta llegó a las autoridades locales, y el alcalde de Nueva York, Eric Adams, junto a la recién nombrada canciller Melissa Avilés-Ramos, anunciaron que la modificación en el calendario escolar sería una realidad. La noticia se dio en una conferencia de prensa celebrada en la sede de la Federación Unida de Maestros (UFT), donde Isaac estuvo presente y fue reconocido públicamente.
En su discurso, el alcalde Adams elogió la perseverancia de Isaac y señaló que su acción ejemplificaba el impacto que la voz juvenil puede tener en decisiones de política escolar y comunitaria.
El alcalde también destacó en la conferencia de prensa, la importancia de coordinarse con el sindicato de maestros para asegurarse de que el ajuste en el calendario no afectara el requisito estatal de 180 días de instrucción, indispensable para mantener la financiación del sistema escolar.
En su petición original, Isaac había argumentado que una jornada aislada el lunes 23 generaría incomodidad tanto para los estudiantes como para los maestros, al forzarlos a asistir en un día que, en su opinión, resultaría en una asistencia mínima y un ambiente poco propicio para el aprendizaje. Su razonamiento finalmente fue escuchado y valorado, y las autoridades consideraron que la cancelación de la jornada tenía lógica, dado el contexto.
Este ajuste en el calendario no es un caso aislado en la historia de Nueva York. En años anteriores, se habían registrado modificaciones similares en el ciclo escolar en respuesta a peticiones populares. En 2019, por ejemplo, un grupo de maestros solicitó con éxito la cancelación de clases en una situación similar, cuando la fecha de Navidad también coincidía con una jornada de lunes. No obstante, el contexto actual presenta restricciones adicionales.
En los últimos años, el Departamento de Educación de Nueva York redujo la flexibilidad del calendario al incluir nuevos días festivos, como Eid, Año Nuevo Lunar y Diwali, además de implementar políticas de aprendizaje remoto en caso de condiciones climáticas adversas, lo que ha eliminado la posibilidad de días de recuperación por nieve. Esta carga en el calendario escolar limita los ajustes posibles, y hace que la coordinación con el sindicato de maestros sea fundamental para lograr cambios como el de este año sin comprometer el requisito de días de instrucción.