El caso de los hermanos Menéndez, condenados en 1996 a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por el asesinato de sus padres, ha vuelto al centro de atención pública y mediática. Después de más de 30 años tras las rejas, Lyle y Erik Menéndez podrían tener una oportunidad gracias a la aparición de evidencia que refuerza sus alegaciones de haber sido víctimas de abuso sexual por parte de su padre, José Menéndez. El fiscal de distrito de Los Ángeles, George Gascón, ha adelantado que tomará una decisión sobre el futuro de los hermanos antes de que termine la semana.
Los abogados de los hermanos Menéndez presentaron una petición de habeas corpus que podría cambiar el rumbo de uno de los casos más polémicos en la historia criminal de Estados Unidos. Esta solicitud se basa en dos piezas claves de evidencia que no fueron presentadas durante los juicios de los años 90. La primera es una carta escrita por Erik Menéndez a su primo Andy Cano en 1988, meses antes de los asesinatos, en la que describía los abusos sexuales que, según él, sufría a manos de su padre.
En la carta, Erik se confiesa aterrorizado ante la posibilidad de que los abusos continúen, mencionando el control absoluto que su padre ejercía sobre él: “He estado tratando de evitar a papá. Está peor que antes... No sé cómo explicarlo. Sé lo que dijiste, pero estoy asustado. Papá está loco”, escribió el joven Menéndez. Esta carta, que nunca se presentó en los juicios originales, ha sido fundamental para que los abogados de los hermanos soliciten una revisión de la sentencia.
La segunda pieza de evidencia proviene de Roy Rosselló, exintegrante del grupo juvenil Menudo, quien en 2023 reveló que también fue abusado sexualmente por José Menéndez cuando tenía 14 años. Este testimonio, que apareció en el documental de Peacock Menendez + Menudo: Boys Betrayed, refuerza las acusaciones de los hermanos sobre el comportamiento abusivo de su padre y ha añadido una nueva dimensión a un caso que parecía cerrado.
A raíz de esta nueva evidencia y el creciente interés público en el caso, George Gascón, fiscal de Los Ángeles, ha decidido adelantar el proceso. Originalmente, se esperaba una audiencia en noviembre de 2024 para evaluar la solicitud de habeas corpus, pero el fiscal ha confirmado que su oficina tomará una decisión esta semana. En una reciente entrevista con CNN, Gascón comentó: “Habíamos fijado una fecha para finales de noviembre, pero debido al creciente interés público, decidí acelerar el proceso. Esta semana tomaré una decisión”.
Gascón también admitió que el caso ha generado divisiones dentro de su propia oficina. “Hay un grupo de personas, incluidos algunos que participaron en el juicio original, que creen que los hermanos no fueron abusados y que deben permanecer en prisión. Sin embargo, también hay quienes piensan que probablemente sí fueron abusados y que merecen algún tipo de alivio”, explicó. Esta división refleja el debate público que ha rodeado el caso durante más de tres décadas, en el que algunos ven a los hermanos como víctimas de un sistema que no comprendió el impacto del abuso sexual en hombres jóvenes, mientras que otros los consideran culpables sin matices.
El renovado interés en el caso de los hermanos Menéndez no se debe únicamente a las nuevas pruebas, sino también al papel crucial que han jugado los medios de comunicación en los últimos años. La serie de Netflix Monsters: The Lyle and Erik Menendez Story, lanzada en septiembre de 2024, y el documental de Peacock han reavivado el debate público sobre la culpabilidad y el castigo de los hermanos. La dramatización de los hechos, así como las entrevistas con los Menéndez después de más de 30 años en prisión, han generado un movimiento de apoyo en plataformas como TikTok, donde muchos usuarios han exigido su liberación.
Este fenómeno mediático ha sido fundamental para presionar a la fiscalía a reconsiderar el caso. “El interés público ha sido un factor importante para adelantar la decisión”, reconoció Gascón. Los hermanos, que han agotado la mayoría de sus apelaciones, podrían estar enfrentando su última oportunidad para cambiar la sentencia, lo que ha puesto más presión sobre el fiscal y los tribunales.
A medida que la decisión final se acerca, el caso de los hermanos Menéndez sigue siendo uno de los más divisivos en la historia criminal de Estados Unidos. Mientras que algunos consideran que el abuso sufrido debería ser tomado en cuenta para una reducción de la pena, otros creen que el crimen que cometieron es demasiado grave como para otorgarles una segunda oportunidad.
La decisión de Gascón, que se espera para finales de esta semana, será clave para determinar si Erik y Lyle Menéndez tendrán una nueva oportunidad en la corte o si seguirán cumpliendo su condena de cadena perpetua sin libertad condicional. ¿Serán los Menéndez capaces de convencer a la justicia de que merecen otra oportunidad, o el veredicto de 1996 prevalecerá como definitivo?