El Huracán Helene ha dejado una huella de devastación a su paso, con al menos 91 muertos y una franja de destrucción de 800 kilómetros a lo largo del sureste de los Estados Unidos. Tras su impacto, se han encendido las alarmas sobre nuevos fenómenos meteorológicos que podrían amenazar la costa este de Estados Unidos y el Caribe. La actividad ciclónica se mantiene en el Atlántico y el Golfo de México, con varias tormentas y depresiones tropicales en desarrollo, y el Centro Nacional de Huracanes (NHC) norteamericano ha centrado su atención en diversas áreas con potencial de crecimiento.
Una de las principales preocupaciones es la Tormenta Tropical Isaac. Durante el fin de semana, el fenómeno alcanzó la categoría 2 en medio del Atlántico Norte, lejos de cualquier masa terrestre, pero desde entonces ha comenzado a perder intensidad. Actualmente, se encuentra en dirección noreste hacia las frías aguas del Atlántico, moviéndose al norte de las Azores.
Según los pronósticos, Isaac continuará su movimiento en el norte del Atlántico sin representar una amenaza directa para ninguna zona terrestre. Sin embargo, se prevé que la tormenta pierda sus características tropicales y se convierta en un sistema extratropical a medida que se acerque a Europa en los próximos días. Aunque no se espera un impacto directo, los efectos residuales podrían generar fuertes oleajes y peligrosas corrientes de resaca en las costas del norte de Europa.
Mientras tanto, la Tormenta Tropical Joyce sigue su curso en el Atlántico oriental, a más de 1.600 kilómetros al este-noreste de las Islas de Barlovento. Joyce se mueve hacia el noroeste a una velocidad de 9 km/h y se espera que se mantenga en esta dirección por unos días más. Si bien no se anticipan impactos directos en tierra, se espera que Joyce se debilite y se convierta en una depresión tropical a principios de semana, eventualmente convirtiéndose en un sistema de baja presión remanente.
El NHC ha informado que Joyce no presenta riesgos de advertencias costeras, aunque los efectos de sus vientos pueden generar marejadas y corrientes de resaca peligrosas en áreas cercanas.
Otro fenómeno que genera preocupación es la Depresión Tropical Doce, ubicada en el Atlántico tropical oriental a unos 1.120 kilómetros al oeste de las Islas de Cabo Verde. Se prevé que se fortalezca en los próximos días y alcance la categoría de huracán el martes por la noche o el miércoles. Según Fox News, los meteorólogos prevén que la depresión se convierta en el Huracán Kirk, con un camino inicialmente orientado hacia el oeste.
El Centro Nacional de Huracanes ha señalado que durante los primeros días se espera un movimiento hacia el oeste dirigido por una zona de alta presión. No obstante, las previsiones a largo plazo sugieren que el sistema podría cambiar de dirección, moviéndose hacia el norte posteriormente. A pesar de esta incertidumbre, lo más probable es que la Depresión Tropical Doce permanezca en aguas abiertas y no represente un riesgo directo para áreas habitadas en los próximos días.
Desarrollo potencial en el Caribe Occidental y el Golfo de México
Uno de los principales focos de atención de los meteorólogos es un sistema de baja presión que se encuentra en el Caribe Occidental. Este sistema, calificado por el NHC como una “amplia zona de baja presión”, podría desarrollarse en una tormenta tropical en cuestión de días mientras se desplaza lentamente hacia el noroeste. Posteriormente, se espera que el sistema ingrese al Golfo de México, donde podría encontrar condiciones favorables para fortalecerse.
Este desarrollo tiene implicaciones potenciales para la costa del Golfo de México y el sureste de EEUU, así como para áreas del Caribe. Las probabilidades de formación ciclónica son bajas en los próximos dos días, pero aumentan al 50% en los próximos siete días, lo que ha llevado a las autoridades a estar en alerta ante posibles impactos a lo largo de la costa y el interior de la región.
Otra zona que está siendo monitoreada por los expertos es una onda tropical que ha emergido de la costa oeste de África. Aunque por ahora tiene una probabilidad baja de desarrollo en los próximos dos días (10%), las condiciones se vuelven más favorables a medida que se mueve hacia el oeste o noroeste en el Atlántico tropical. En una proyección a siete días, la probabilidad de desarrollo ciclónico aumenta al 50%.
Amenazas para las zonas afectadas por el Huracán Helene
La situación meteorológica en el Atlántico es de particular interés para las áreas que se encuentran en proceso de recuperación tras el devastador paso del Huracán Helene. Este poderoso huracán, que llegó a la costa como una tormenta de categoría 4, dejó un rastro de destrucción en los estados del sureste de Estados Unidos, con daños masivos a la infraestructura, interrupciones en los servicios básicos y al menos 91 muertes confirmadas. Las operaciones de rescate y limpieza continúan mientras las comunidades intentan reconstruirse.
Los expertos de AccuWeather han expresado su preocupación de que cualquier nuevo desarrollo ciclónico en el Caribe occidental o el Golfo de México podría agravar la situación, causando más daños y retrasando los esfuerzos de recuperación en una región ya golpeada por el mal tiempo.
La actividad meteorológica actual en el Atlántico y el Golfo de México sigue siendo una fuente de preocupación tanto para la costa este de EE. UU. como para las islas del Caribe. Con varios sistemas tropicales en diferentes etapas de desarrollo y múltiples áreas de interés en la mira del Centro Nacional de Huracanes, las autoridades y residentes de las zonas potencialmente afectadas deben mantenerse alerta y preparados para posibles amenazas adicionales.