Un niño de 12 años salvó la vida de su padre durante el ataque de un oso negro en el oeste de Wisconsin. El incidente ocurrió mientras padre e hijo participaban de una salida familiar para cazar en el área.
La familia estaba cerca de su cabaña en el condado de Burnett cuando ocurrió el ataque. Ryan Beierman, de 43 años, y su hijo, Owen Beierman, habían avistado previamente al oso desde una plataforma en un árbol. Owen disparó con su rifle, hiriendo al oso, que luego huyó al bosque.
Sin embargo, la noche se tornó peligrosa cuando el oso herido reapareció a corta distancia. “Antes de darme cuenta, yo había caído de espaldas”, relató Ryan Beierman. Durante el ataque, intentó defenderse golpeando al oso, pero describió la sensación como “golpear una pared de ladrillo”. Luego intentó lo volvió a intentar “entre la oreja y la boca con la culata de la pistola”, relató sobre el hecho.
La situación se agravó cuando el oso, tras haber derribado a Ryan, comenzó a morderle el abdomen, el brazo y la pierna. “Owen fue un héroe. Disparó a ese oso y lo mató encima de mí”, declaró Ryan a CBS News, quien sufrió mordeduras en la frente, el brazo y la pierna. Durante el ataque, una garra del animal le desprendió parte de su mejilla, lo que causó que necesitara 23 puntos de sutura para repararla.
Antes del ataque, Ryan y Owen habían utilizado el rastro de sangre del oso, seguido por el perro de un vecino, para localizar al animal herido. “Nos detuvimos en un claro semiabierto. Dije: ‘Ahí está, Owen’”, relató Ryan. El oso, de aproximadamente 90 kilos, cargó desde aproximadamente 1,8 metros de distancia. Ryan disparó ocho veces con su pistola, pero todos los tiros fallaron debido a la velocidad del ataque.
Finalmente, la intervención de Owen fue crucial. “Estoy dando puñetazos, pateando y agitando los brazos. Entonces veo un destello del cañón del rifle de Owen”, dijo Ryan. Fue el disparo del niño lo que desvió el peso del animal permitiendo a Ryan empujarlo fuera de él y escuchando los últimos gemidos del oso negro. Ryan recordó brevemente el momento del disparo: “La bala transfirió el peso del oso a un lado y lo empujé fuera. Escuchamos sus últimos gemidos, no recuerdo si disparamos otra ronda o no”.
Después del incidente, Ryan fue trasladado de inmediato a un hospital, primero por un vecino que los llevó en su automóvil, pero por el camino los interceptó la ambulancia que había salido en su búsqueda. Además de las 23 puntadas en su mejilla, Ryan tuvo otras siete heridas punzantes y un corte en su brazo derecho.
Ataques de osos como este del pasado viernes 6 de septiembre son raros en Wisconsin. Según CBS News, el Departamento de Recursos Naturales del estado notificó que desde 1987 ha habido solamente ocho ataques de osos, no motivados por humanos, en el estado, y que todas las víctimas sobrevivieron.
La dependencia también mencionó que el permiso de caza de oso de Owen era legal y que están examinando los dientes del oso para determinar su edad exacta.
Este incidente resalta la peligrosidad y la imprevisibilidad de los encuentros con la vida silvestre, incluso en actividades de caza legalmente permitidas. Ryan Beierman ha declarado que está “listo para dejar la caza de osos” y ha agradecido mucho a su hijo por haberle salvado la vida. “Estoy muy orgulloso de Owen”, señaló. “Él realmente logró mantener la compostura”.