El arresto de Jalisa Hill sacudió a la comunidad de Fort Lauderdale, Florida, Estados Unidos. Hill, de 34 años, nieta de Major y Claudette Melvin, había pasado los últimos meses bajo sospecha, pero siempre en libertad. Sin embargo, el 12 de septiembre, la policía finalmente la detuvo, acusándola de colaborar en el brutal asesinato de sus abuelos. Major, de 89 años, y Claudette, de 85, fueron encontrados muertos a tiros en su propia casa el pasado 22 de marzo. Lo que al principio parecía un crimen inexplicable, poco a poco fue revelando un oscuro lazo familiar entre las víctimas y sus verdugos.
No fue hasta el arresto de Maurice Newson, exnovio de la mujer, que el caso comenzó a aclararse. El hombre, de 30 años, fue detenido en mayo tras vender el vehículo de los Melvins, un Ford Fusion rojo del 2014 que había desaparecido de la escena del crimen. La relación sentimental de la pareja despertó las sospechas de la policía, pero no sería hasta meses después, con el análisis de nuevas pruebas, que las autoridades decidieron actuar contra ella.
“Mis padres fueron muy amables con Maurice”, dijo Dennis Parker, hijo de la pareja asesinada, al medio local NBC Miami en un desgarrador testimonio que reflejaba la angustia de una traición. “Lo dejaron entrar a su casa, le brindaron comida. No puedo entender cómo fue capaz de asesinarlos”.
¿Era Jalisa Hill solo una cómplice manipulada por su exnovio, o su implicación era más profunda? Los investigadores creen que trabajó en conjunto con el hombre para llevar a cabo el doble asesinato, aunque los motivos exactos siguen siendo un enigma. La casa, donde la pareja había vivido por más de 50 años, no mostraba signos de robo, excepto por el vehículo desaparecido. “Se cree que colaboró con Maurice Newson para asesinar a sus abuelos”, afirmaron en una declaración de un portavoz del Departamento de Policía de Fort Lauderdale.
Divisiones familiares y un crimen sin explicación
La tragedia no solo dejó a la familia Melvin devastada, sino que también sembró dudas y divisiones entre ellos. Dennis Parker, hijo de las víctimas, fue uno de los primeros en levantar sospechas sobre su sobrina. “Creo que varios miembros de la familia están involucrados en esto”, llegó a decir públicamente, mostrando el profundo conflicto que el crimen había desatado. Su voz reflejaba la frustración de un hombre que, a pesar del dolor, buscaba respuestas. “Cuando esto salga a la luz, arderán en el infierno”, advirtió, convencido de que la verdad sobre el asesinato de sus padres aún no se había revelado completamente.
La investigación tomó un giro definitivo en mayo, cuando Jalisa fue interrogada por la policía de Fort Lauderdale. Durante la entrevista, se sometió a una prueba de polígrafo y, aunque inicialmente parecía dispuesta a colaborar, las respuestas evasivas levantaron sospechas. La máquina no tardó en revelar lo que la voz de Jalisa intentaba ocultar: mintió sobre su participación en el crimen. Esta revelación marcó un punto de inflexión, pero la policía decidió avanzar con cautela, continuando la investigación en silencio mientras reunía pruebas adicionales.
Mientras tanto, la familia intentaba lidiar con la pérdida. En medio del caos, Kesha Melvin, otra de las nietas de Major y Claudette, lanzó una campaña en GoFundMe en busca de apoyo. Las palabras de su mensaje eran un desgarrador reflejo de su sufrimiento: “Mis abuelos siempre estuvieron conmigo, y ahora nos separa el acto egoísta de alguien que entró y los mató”. Con Hill bajo arresto, queda por ver si se conocerán todos los detalles detrás del complot que llevó a la muerte a los Melvins.