El Eras Tour de Taylor Swift, que ha roto récords a lo largo y ancho del planeta, estuvo a punto de convertirse en escenario de una tragedia de dimensiones incalculables. Un plan terrorista, con vínculos al grupo extremista ISIS, fue desarticulado justo a tiempo, evitando así un ataque que podría haber cobrado la vida de miles de personas en Viena. El oscuro entramado detrás de este atentado fue revelado por la CIA, cuya intervención fue crucial para impedir lo que pudo haber sido uno de los peores atentados en Europa en los últimos años.
El pasado 7 de agosto, las autoridades austríacas, en colaboración con la CIA y otras agencias de inteligencia internacionales, lograron detener a los principales sospechosos del complot, un grupo de radicalizados que planeaban un ataque suicida durante uno de los conciertos de la artista norteamericana en la capital austríaca.
El Subdirector de la CIA, David Cohen, fue el encargado de revelar detalles escalofriantes sobre esta operación durante la Cumbre Anual de Inteligencia y Seguridad Nacional, celebrada esta semana en Maryland, Estados Unidos.
“Estaban planeando matar a una gran cantidad, decenas de miles de personas en este concierto”, explicó Cohen, dejando en claro la magnitud de la amenaza. Y estaban bastante avanzados en ello.
El plan, que se estaba gestando desde hace semanas, involucraba a al menos tres sospechosos, todos ellos radicalizados a través de internet. El líder del grupo, un joven austríaco de 19 años, había jurado lealtad al Estado Islámico y estaba decidido a llevar a cabo un atentado masivo utilizando cuchillos y explosivos caseros.
Su objetivo principal eran los 30.000 fanáticos que se reunirían fuera del estadio, mientras otros 65.000 estarían ya dentro del recinto disfrutando del espectáculo de la estrella pop.
Las autoridades austríacas encontraron en la casa del principal sospechoso una cantidad alarmante de sustancias químicas y dispositivos técnicos, lo que indicaba que el grupo estaba en la fase final de la preparación del atentado. Además, descubrieron €21,000 en efectivo falsificado, lo que sugiere que el grupo podría haber estado planeando financiar más actividades terroristas.
“Los austríacos pudieron hacer esos arrestos porque la agencia y nuestros socios en la comunidad de inteligencia les proporcionaron información sobre lo que este grupo conectado con ISIS estaba planeando hacer”, agregó Cohen, refiriéndose a la operación como un ejemplo de la colaboración internacional que ha sido fundamental en la lucha contra el terrorismo global.
La noticia de los arrestos y la cancelación de los conciertos de Taylor Swift en Viena dejó devastados a miles de fanáticos que habían viajado desde diferentes partes del mundo para ver a la artista en vivo. Sin embargo, la decisión fue inevitable dada la proximidad del ataque y el riesgo que representaba.
“Gracias a ellos, estábamos lamentando la cancelación de conciertos y no la pérdida de vidas”, escribió la cantante en un emotivo mensaje en su cuenta de Instagram, destacando el trabajo de las autoridades para evitar la tragedia.
El impacto de este complot fracasado ha reavivado recuerdos de ataques terroristas previos en eventos musicales, como el atentado suicida en el concierto de Ariana Grande en Manchester, Reino Unido, en 2017, que cobró la vida de 22 personas. La amenaza en Viena pudo haber tenido consecuencias aún más devastadoras, dado el número de asistentes y la naturaleza del ataque planeado.
Las declaraciones de Cohen también subrayaron la importancia de la inteligencia en la prevención de actos terroristas, destacando que muchos de estos esfuerzos pasan desapercibidos para el público. Según el subdirector, el hecho de que el complot haya sido desarticulado antes de que se concretara fue motivo de satisfacción dentro de la CIA.
“Puedo decir que dentro de mi agencia, y estoy seguro de que en otras también, hubo personas que pensaron que ese fue un muy buen día para Langley”, comentó Cohen, refiriéndose a la sede de la CIA en Virginia.
El concierto de Taylor Swift en Viena no fue el único objetivo del grupo radical. En los últimos meses, se ha visto un aumento en la actividad de células terroristas inspiradas por ISIS, lo que ha llevado a las agencias de inteligencia a intensificar sus esfuerzos para detectar y desarticular estos planes antes de que puedan llevarse a cabo. La situación en Viena es un claro recordatorio de la persistente amenaza que representa el terrorismo global, incluso en eventos que se perciben como celebraciones de la vida y la cultura.