Los 10 récords Guinness más extraños establecidos en algunos estados de EEUU

Explorar los límites de lo posible es una característica innata del ser humano, y los récords Guinness son la prueba viviente de esta búsqueda incesante de lo extraordinario. En los Estados Unidos, una nación conocida por su diversidad y creatividad, se han establecido algunos de los récords Guinness más curiosos y extravagantes. Estos logros capturan la imaginación y demuestran que, en la búsqueda del reconocimiento mundial, no hay límite para la inventiva y la determinación.

En el verano de 2007, un residente de Birmingham, Alabama llamado Jeremy Harper se embarcó en una hazaña que pondría a prueba tanto su resistencia física como mental. En un acto que parecía más un experimento de resistencia que una competencia de récords, Harper decidió contar en voz alta hasta el número un millón, un objetivo que se propuso lograr sin salir de su apartamento.

Desde el primer día, Harper transmitió en vivo su misión, atrayendo la atención de personas de todo el mundo que se sintonizaban para ver cómo cada día él pronunciaba más de 11.000 números. Lo que comenzó como una idea curiosa rápidamente capturó la imaginación del público, quienes no solo lo observaban, sino que también le enviaban apoyo en forma de comida, dinero, y hasta un yo-yo, lo que convirtió su reto en un evento interactivo global. Después de 89 días sin ver la luz del sol, sin apenas privacidad y con pocas pausas, Harper finalmente alcanzó su meta, contando hasta un millón y estableciendo así el récord Guinness por el número más alto jamás contado en voz alta.

En marzo de 2023, una vaca llamada Ghost de Nebraska rompió las expectativas y un récord mundial Guinness al realizar 10 trucos en solo un minuto. Este récord, que podría parecer más propio de un perro o un caballo, fue posible gracias a la dedicación y al ingenio de su dueña, Megan Reimann, quien aplicó técnicas de entrenamiento de caballos para enseñar a Ghost una serie de habilidades sorprendentes.

Ghost, una vaca de cuatro años, demostró ser una alumna excepcional al aprender a acudir cuando la llaman, girar, asentir con la cabeza e incluso hacer una reverencia. Lo que hace este récord particularmente notable es que las vacas no son tradicionalmente vistas como animales fáciles de entrenar, lo que subraya aún más la destreza y la paciencia de Reimann en su enfoque.

Este logro en Nebraska es un ejemplo inspirador de cómo, con el entrenamiento adecuado y una fuerte relación entre el animal y su entrenador, se pueden superar barreras y cambiar las percepciones sobre las capacidades de diferentes especies. El éxito de Ghost no solo es un testimonio de su inteligencia, sino también del potencial que existe en todos los animales para aprender y realizar hazañas excepcionales.

Para Adam “Crack” Winrich, el manejo del látigo no es solo un truco, sino un arte que lo ha llevado a ganar reconocimiento internacional y múltiples récords Guinness. Uno de los más impresionantes fue logrado en Arizona en el Festival del Renacimiento de Arizona Faire Park en 2014, donde Winrich estableció el récord mundial por la mayor cantidad de velas apagadas con un látigo en un minuto.

El espectáculo fue tan rápido como impresionante: con un solo látigo y una precisión milimétrica, Winrich logró apagar 102 velas en solo 60 segundos. Este logro no fue un caso aislado, ya que Winrich, conocido por sus habilidades con el látigo, ha conseguido más de 30 récords mundiales Guinness a lo largo de su carrera. Al año siguiente, en el mismo festival, junto a su asistente Dakota Granados, Winrich estableció otro récord al capturar 18 botellas con un látigo en un minuto.

Estos récords destacan no solo por la habilidad requerida, sino también por la velocidad y la precisión que Winrich ha perfeccionado con años de práctica. Su maestría con el látigo lo ha convertido en una figura célebre en eventos de todo Estados Unidos, especialmente en ferias renacentistas, donde su destreza nunca deja de asombrar a las multitudes.

En noviembre de 2017, Lindsay Scott de Arkansas se encontraba en una piscina cubierta en la Universidad de Arkansas cuando decidió intentar algo que, para muchos, podría parecer una tarea mundana: ponerse y quitarse un traje de neopreno. Sin embargo, Scott convirtió esta actividad cotidiana en una carrera contra el tiempo que resultó en un nuevo récord Guinness.

Con una mezcla de agilidad y rapidez, Scott logró ponerse y quitarse el traje de neopreno en solo 43,13 segundos, estableciendo un récord mundial para el tiempo más rápido en realizar esta tarea. La noticia de su logro la alcanzó de manera inesperada; estaba en el estacionamiento de un McDonald’s cuando recibió la confirmación oficial de Guinness. Como ella misma relató al Southwest Times Record, fue un momento emocionante, hasta el punto de que comenzó a llorar mientras intentaba sostener su Egg McMuffin, creando una imagen memorable y un tanto cómica de celebración.

Este récord, aunque aparentemente sencillo, subraya cómo incluso las actividades más comunes pueden convertirse en un desafío mundialmente reconocido cuando se abordan con determinación y un espíritu competitivo.

El 21 de julio de 2021, Dean Banowetz, un estilista de California conocido como el Hollywood Hair Guy, se propuso lograr un récord Guinness que pocos habrían imaginado: la mayor cantidad de horquillas colocadas en una barba. Este logro, que combinó creatividad y paciencia, lo llevó a un nuevo nivel de reconocimiento en el mundo de la peluquería.

Con precisión y dedicación, Banowetz logró colocar un total de 4831 horquillas en su barba, superando cualquier expectativa y estableciendo un récord mundial único. Este estilista, que ya era conocido por su trabajo en Hollywood, demostró que su habilidad va más allá de las técnicas tradicionales de peluquería, explorando el potencial creativo de algo tan simple como una horquilla.

El récord de Banowetz no solo destaca por el número impresionante de horquillas, sino también por la originalidad y la dedicación necesarias para alcanzar tal meta. En una industria donde la creatividad es clave, este logro se convierte en un testimonio de cómo incluso los desafíos más inusuales pueden convertirse en plataformas para la expresión artística y la excelencia profesional.

En julio de 2022, en Estes Park, Colorado, los hermanos Matt Chojnacki y Sharon Van Zeeland llevaron el arte de envolver regalos a un nivel completamente nuevo al establecer un récord mundial Guinness por el tiempo más rápido en envolver a una persona con papel de regalo. Este desafío, que requería precisión, velocidad y una gran coordinación, se convirtió en un evento familiar que terminó en un logro impresionante.

Con la ayuda de sus respectivas familias, este equipo de ocho personas logró envolver completamente a una persona en tan solo 41,1 segundos. La escena, que bien podría haber parecido un juego divertido, fue de hecho un esfuerzo calculado y cuidadosamente sincronizado que resultó en un récord mundial. Este logro no solo mostró la destreza manual del equipo, sino también la importancia del trabajo en conjunto para alcanzar metas aparentemente imposibles.

El récord establecido por los Chojnacki y Van Zeeland se ha convertido en un ejemplo de cómo la creatividad y la cooperación pueden transformar una tarea cotidiana en un reto digno de reconocimiento global, y cómo un simple acto de envolver puede unificar a la familia en una experiencia inolvidable.

En el año 2000, durante un espectáculo de variedades en una escuela secundaria en Topeka, Kansas, un adolescente llamado Andy Wiltz sorprendió a la audiencia con una hazaña impresionante que lo llevaría a establecer un récord Guinness. Wiltz logró realizar un salto que desafía la gravedad y la lógica: saltó por encima de cuatro personas alineadas en el suelo, sin la ayuda de trampolines o dispositivos de impulso.

Este salto no fue solo un acto de agilidad y fuerza, sino también un testimonio de la capacidad humana para lograr lo aparentemente imposible con práctica y determinación. Wiltz tomó carrera, se impulsó desde los hombros del primer compañero y, en un movimiento fluido y preciso, pasó por encima de los cuatro cuerpos alineados, dejando a la audiencia atónita y asegurándose un lugar en el libro de los récords.

El récord de Wiltz no solo destacó en su momento por lo espectacular, sino que también demostró cómo eventos locales pueden convertirse en hitos globales cuando el talento y la audacia se combinan. Este logro en Kansas sigue siendo un recordatorio de que, a veces, la combinación perfecta de energía juvenil y espíritu competitivo puede resultar en hazañas memorables.

Mientras que algunos récords requieren de resistencia o habilidades únicas, otros destacan por la dedicación y el amor a la naturaleza. Ese es el caso de Scott Robb, un horticultor de Palmer, Alaska, quien en agosto de 2007 presentó al mundo una col rizada que rompió récords por su tamaño colosal. Robb llevó su extraordinario vegetal a la Feria Estatal de Alaska, donde se convirtió en la col rizada más pesada jamás registrada, pesando 105 libras y 14,5 onzas (alrededor de 48 kilogramos).

Este logro no fue un golpe de suerte, sino el resultado de años de perfeccionamiento de técnicas agrícolas y de una pasión por cultivar vegetales gigantes. Robb no es un extraño en el mundo de los récords de horticultura; también ostenta títulos por cultivar el nabo más pesado (39,2 libras o 17,8 kg), el colinabo más pesado (casi 97 libras o 44 kg) y el repollo verde más pesado (138,25 libras o 62,7 kg). La dedicación de Robb ha convertido a Palmer, Alaska, en un punto de referencia para los entusiastas de la jardinería y los récords Guinness.

El 3 de febrero de 2018, Paul Morgan celebró su 28º cumpleaños de una manera que pocos podrían imaginar: convirtiéndolo en el cumpleaños más largo jamás registrado. Este joven, oriundo de Hawaii, decidió aprovechar la diferencia de husos horarios alrededor del mundo para extender su día especial a lo largo de 48 horas, rompiendo el récord Guinness del cumpleaños más largo de la historia.

Morgan comenzó su épica celebración en Apia, Samoa, uno de los primeros lugares del mundo en recibir cada nuevo día. Desde allí, voló a Auckland, Nueva Zelanda, antes de dirigirse a Los Ángeles, y finalmente aterrizar en Kauai, Hawaii. Este viaje cuidadosamente planificado le permitió cruzar varias zonas horarias y extender su cumpleaños el doble del tiempo que normalmente dura un día.

El viaje no estuvo exento de tensiones; durante el vuelo de 12,5 horas de Auckland a Los Ángeles, Morgan temió que su plan pudiera fracasar. Necesitaba cruzar la línea internacional de cambio de fecha en un momento preciso para mantenerse dentro del mismo día, y un ligero desvío podría haber echado a perder todo su esfuerzo. Afortunadamente, logró su objetivo por un margen ajustado, ya que si el avión hubiera cruzado solo un minuto y medio antes, habría perdido todo el tiempo acumulado hasta ese momento.

El récord de Morgan no solo es impresionante por su duración, sino también por la planificación y precisión necesarias para lograrlo. Esta celebración, que lo llevó a lo largo del Pacífico, le permitió disfrutar de su cumpleaños de una manera única, convirtiéndose en un evento recordado no solo por él, sino también por todos los que siguieron su travesía.

El 8 de octubre de 2022, David Rush, un residente de Boise, Idaho, se propuso lograr un récord mundial que, aunque inusual, requería de gran precisión y control de la respiración: la mayor distancia recorrida por una arveja (guisante) soplado. Con una mezcla de concentración y destreza, Rush logró soplar un solo guisante verde a una distancia impresionante de 84 pies y 11 pulgadas (alrededor de 25,9 metros).

Lo que hace este récord aún más notable es que Rush logró esta distancia con una sola respiración, aunque se le permitió dividir esa respiración en varias ráfagas cortas para maximizar la distancia alcanzada por el guisante. Este logro es solo uno más en la extensa lista de récords Guinness que Rush ha conseguido; de hecho, este fue su récord Guinness número 250.

A pesar de la peculiaridad del desafío, el logro de Rush destaca por la dedicación y la práctica necesarias para dominar una habilidad tan específica. Aunque “la mayor cantidad de récords Guinness” no es un título oficial, David Rush se ha ganado un lugar en la historia como uno de los individuos más prolíficos en la consecución de récords, utilizando sus habilidades para inspirar a otros y demostrar que, con esfuerzo y creatividad, se pueden lograr hazañas sorprendentes.