En medio de la crisis sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19, cuando las escuelas se vieron obligadas a cerrar sus puertas y adoptar el aprendizaje remoto, un caso de fraude sin precedentes sacudió a un distrito escolar en las afueras de Chicago. Vera Liddell, maestra y directora de servicios de alimentos del Distrito Escolar 152 de Harvey, ejecutó un plan que resultó en el robo de 11.000 cajas de alitas de pollo, un alimento destinado a las familias de estudiantes que dependían de las comidas escolares para su sustento diario.
Este sorprendente desfalco no solo dejó sin acceso a estos alimentos a los niños, sino que también significó una pérdida millonaria para el distrito.
El esquema fraudulento de Vera Liddell se desarrolló durante 19 meses, desde julio de 2020 hasta febrero de 2022, un período marcado por la incertidumbre y los desafíos del confinamiento debido a la pandemia de COVID-19. Con las escuelas cerradas y los estudiantes aprendiendo desde casa, el distrito escolar continuaba proporcionando comidas para que las familias las recogieran. Fue en este contexto que Liddell vio la oportunidad de ejecutar su plan. Aprovechando su posición como directora de servicios de alimentos, realizó pedidos masivos de alitas de pollo que nunca llegaron a manos de los estudiantes, sino que fueron desviados para otros fines aún desconocidos.
La maestra realizó pedidos no autorizados de alitas de pollo con un valor acumulado de USD 1,5 millones. Liddell ordenaba los productos a través del proveedor principal del distrito, Gordon Food Service, y se aseguraba de recoger la mercancía utilizando vehículos del propio distrito escolar, asegurándose de que los alimentos nunca llegaran a las instalaciones escolares. Este método le permitió desviar grandes cantidades de comida sin dejar rastro evidente hasta que se supo todo.
Descubrimiento del fraude
El complejo esquema de Liddell comenzó a desmoronarse en enero de 2022, cuando una auditoría rutinaria a mitad del año escolar reveló irregularidades alarmantes. La oficina de administración del distrito notó que el presupuesto anual destinado al servicio de alimentos estaba USD 300.000 por encima de lo previsto, a pesar de que solo se había llegado a la mitad del ciclo escolar.
Este desfase presupuestario llevó a una investigación más profunda, que destapó la existencia de órdenes de compra fraudulentas firmadas por Liddell para cantidades masivas de alitas de pollo, un alimento que nunca fue servido a los estudiantes debido a que contenía huesos, lo cual lo hacía inapropiado para los menús escolares.
El robo cometido por Liddell culminó en una condena severa. Tras ser arrestada en enero de 2023, Liddell enfrentó varios cargos, incluyendo robo, falsificación y operar una empresa criminal continua. Durante su juicio, la magnitud del fraude quedó clara, y finalmente fue sentenciada a nueve años de prisión en agosto de 2023.
El fraude de Liddell tuvo un impacto directo en los estudiantes del Distrito Escolar 152 de Harvey, quienes, a pesar de ser los destinatarios previstos de las alitas de pollo, nunca recibieron estos alimentos. En un momento en que muchas familias dependían de las comidas escolares para alimentar a sus hijos durante la pandemia, el robo agravó una situación ya de por sí difícil.