En junio de 2014, un adolescente de Santa Clara, California logró sobrevivir un vuelo de San José a Maui, Hawaii, oculto en el tren de aterrizaje de la aeronave. El joven de 15 años, de origen somalí, se identifica como Yahya Abdi, y su historia fue calificada por las autoridades estadounidenses como un milagro. El incidente ocurrió cuando el adolescente, quien se había escapado de su hogar tras una discusión familiar, logró entrar al aeródromo de San José y esconderse en el compartimento del tren de aterrizaje de un vuelo de Hawaiian Airlines.
Abdi relató en una entrevista con CBS San Francisco que había planeado saltar la cerca del aeropuerto durante algún tiempo. “Tomé ese avión porque era el más cercano que iba hacia el oeste”, indicó el joven al medio. Durante el vuelo, que duró aproximadamente cinco horas y media, el avión alcanzó una altitud de 11.000 metros, donde las temperaturas pueden descender a -60 °C y los niveles de oxígeno son extremadamente bajos. “Me agaché en el tren de aterrizaje y recuerdo haberme cubierto los oídos cuando el avión despegó”, dijo Abdi.
Durante gran parte del vuelo, permaneció inconsciente debido a la falta de oxígeno y las bajas temperaturas. Según especialistas en medicina aeroespacial, estas condiciones hacen casi imposible que alguien sobreviva en esas circunstancias. “A 11.000 metros de altura, la muerte es segura”, opinaron expertos a la BBC en ese entonces.
El adolescente fue descubierto aproximadamente una hora después de que el avión aterrizara en Maui, desorientado y caminando por la pista de aterrizaje. El personal de tierra lo divisó y rápidamente se determinó que no presentaba heridas graves. “Estaba básicamente sentado en la carcasa del avión”, explicó Abdi en su entrevista con CNN. “Podía ver a través de los pequeños agujeros, estaba sobre las nubes y vi el océano desde 11.000 metros de altura”.
A pesar de las graves condiciones que enfrentó, Abdi mencionó que la experiencia no fue aterradora para él. “Volvió mi audición y estoy bien físicamente”, comentó a CBS San Francisco. En ese momento, se encontró bajo el cuidado de los servicios de protección infantil de Maui y planeó trasladarse a Minneapolis para vivir con su tía y continuar con sus estudios de secundaria.
La historia de Abdi no es un caso único, aunque sí raro. Desde 1947, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) ha documentado 105 casos de personas que intentaron viajar en los trenes de aterrizaje de aviones, de las cuales solo 25 han sobrevivido, lo que equivale a una tasa de supervivencia del 24%. Generalmente, las aventuras de estos polizones terminan en tragedia debido a aplastamientos o caídas desde el compartimento del tren de aterrizaje. Un ejemplo trágico es el de un hombre de 26 años procedente de Angola que murió al caer inconsciente desde un avión en 2012 cerca del aeropuerto de Heathrow, Londres.
En cuanto a las razones detrás de su huida, Abdi reveló que estaba desesperado por buscar a su madre, a quien no veía desde que tenía 7 años y que vive en un campo de refugiados en Etiopía. “Solo lo hice porque no quería vivir con mi madrastra. Segundo, quería encontrar a mi mamá”, dijo Abdi a CNN. Tras su travesía, Abdi pudo hablar con su madre por primera vez por teléfono. “Le diría que viva conmigo en América”, expresó el joven emocionado.
Este acontecimiento repercutió en la seguridad aérea, y pese a que las autoridades no se decidían sobre si permitir a Abdi volar de regreso a Minneapolis par reunirse con su tía, el joven lo logró. En sus declaraciones, el joven también tuvo un mensaje de advertencia para quienes consideren intentar una hazaña similar: “No deberían huir porque a veces pueden terminar muriendo”.
A pesar del peligroso viaje y las adversidades enfrentadas, Abdi siguió adelante con su vida cotidiana muy rápidamente. “He estado yendo al cine y jugando videojuegos”, comentó meses después del incidente. Además, expresó su deseo de unirse al ejército de los Estados Unidos después de graduarse de la escuela secundaria.