La Fuerza Aérea de Estados Unidos reveló su último avance en aviación militar autónoma: el drone XQ-67A. El vuelo inaugural de esta innovadora aeronave no tripulada tuvo lugar en Gray Butte Field, Palmdale, California. Este evento marca un hito significativo en el desarrollo tecnológico de vehículos aéreos no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés).
El XQ-67A, parte del programa Off-Board Sensing Station (OBSS) del Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea (AFRL, por sus siglas en inglés), se distingue por su diseño avanzado y su capacidad autónoma. Esta aeronave está diseñada para operar sin un piloto humano, recolectando datos y tomando decisiones en base a programación y algoritmos. Este enfoque permite a la Fuerza Aérea realizar misiones de reconocimiento y combate sin poner en riesgo vidas humanas.
El drone XQ-67A no es una excepción en la nueva tendencia militar de combinar vehículos tripulados y no tripulados. Esta filosofía, conocida como “Loyal Wingman”, busca crear un entorno en el que drones autónomos y aviones tripulados trabajen en conjunto. Según el AFRL: “La combinación de ambos tipos de aeronaves puede aumentar significativamente las capacidades sensoriales y de combate de la Fuerza Aérea”.
Uno de los aspectos más destacados del XQ-67A es su “chasis común”. En palabras de los ingenieros: “Es similar a un armazón de coche que puede utilizarse para construir distintos tipos de vehículos”. Este diseño modular permite la producción rápida y económica de diversas variantes de drones, todos ellos basados en la misma estructura básica. El AFRL ha afirmado que “este enfoque posibilita una replicación más rápida y rentable de la aeronave”.
El XQ-67A sigue los pasos del XQ-58A Valkyrie, un drone anterior que también fue pionero en el concepto de aeronaves no tripuladas. Junto con el OBSS, se está desarrollando la estación de armas externa Off-Board Weapon Station (OBWS), que se describe como el “primo más orientado al combate” del XQ-67A. Ambas plataformas utilizan el mismo chasis común, lo que facilita el desarrollo y la implementación.
El primer vuelo del XQ-67A, controlado de manera remota, permitió evaluar sus sistemas y la seguridad de la aeronave. En el futuro se espera que estos drones alcancen un grado mayor de autonomía. “Las capacidades de vuelo autónomo serán incrementadas gradualmente, lo que permitió que los drones realicen misiones de manera casi independiente”, afirmaron desde el laboratorio militar.
Según el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea, esta tecnología permitirá a los drones operar en áreas peligrosas o contaminadas sin poner en riesgo a los pilotos. La capacidad de estos UAV para llevar a cabo misiones largas, sin las limitaciones de la resistencia humana, presenta oportunidades estratégicas sin precedentes para la Fuerza Aérea.
A medida que la tecnología continúa avanzando, no es difícil imaginar un futuro en el que enjambres de drones controlados por inteligencia artificial colaboren en perfecta sincronía con pilotos humanos.
El Project VENOM (Viper Experimentation and Next-generation Operations Model) ejemplifica el futuro de estas colaboraciones entre drones y pilotos humanos. Este programa pone a prueba software autónomo en cazas experimentales modelo F-16 y empuja los límites de la integración tecnológica en misiones de combate.
La Fuerza Aérea de EEUU ha compartido un video del primer vuelo del XQ-67A, realizado en febrero de 2024. Las imágenes muestran la destreza de la aeronave volando sobre Gray Butte Field, destacando las capacidades autónomas y la dirección remota del dron. “El XQ-67A promete ser una alternativa más barata y flexible a otros drones militares”, según el AFRL.
La introducción del XQ-67A y otros drones similares representa un cambio paradigmático en la estrategia de la Fuerza Aérea. Con su capacidad para operar sin un piloto humano y realizar misiones críticas, estos UAV redefinen el futuro del combate aéreo. La idea es que los pilotos humanos se concentren en tareas más complejas mientras los drones autónomos manejan el vuelo y el combate.