Emily Rowley, una joven de 23 años, nacida sin brazos y con microgastria (una rara condición que implica un estómago pequeño), ha transformado su pasión por la cocina en una inspiradora historia de superación. Desde que se mudó a Florida, Estados Unidos, en 2021, Rowley demostró que las barreras físicas no son obstáculo para desarrollar habilidades culinarias sorprendentes.
Rowley comenzó su travesía culinaria utilizando comidas precortadas y congeladas, y mezclando todo en un solo sartén. Sin embargo, al mudarse de Oceanside, California, a Florida, decidió expandir sus capacidades.
“Recuerdo que la primera comida compleja que preparé fue algún tipo de pasta”, contó Rowley en entrevista exclusiva con People.
“No preparé la pasta desde cero, pero sí preparé la salsa casera. Se me abrió un mundo completamente nuevo, cocinar con ingredientes frescos”, agregó.
Entre sus recetas predilectas se encuentran la crème brûlée y la pasta casera, aunque también ha experimentado con muffins de arándanos y pan de canela, tragos y mucho más. Muchas veces también muestra sus desayunos o comidas post entreno.
“Cocinar puede intimidar a mucha gente. Al principio me sentí intimidada y cometerás errores y errores, pero si perseveras, te sorprenderá el resultado”, reconoció en la entrevista.
A pesar de sus impresionantes habilidades, Rowley admite que hay desafíos. “La gente ve los videos, pero lo que no saben es que un clip de 30 segundos puede llevarme de tres a cuatro horas detrás de escena”, añadió.
El apoyo y educación recibida
Desde pequeña, Rowley utilizaba su pierna sobre la mesada para apoyarse y cocinaba con el pie. Pero cuando se mudó a Florida se animó a explorar el uso de ambos pies, y logró optimizar su tiempo de preparación.
“Me salió de forma natural. No tengo brazos, así que tuve que buscar otras formas de hacer las cosas”, explicó. Además de su valor, Rowley se siente afortunada por el apoyo incondicional de su familia y su entorno educativo.
“Nunca me sentí mal recibida cuando las escuelas hicieron adaptaciones para mí. Tengo una hermana mayor que siempre me trató como a cualquier otro hermano. Mis padres nunca la favorecieron ni me trataron de manera diferente debido a mi condición”, dijo a People.
Rowley también disfruta compartir sus creaciones con sus padres. “Siempre es agradable tener gente que las pruebe y me diga si están buenas o no. Me alentaron a seguir adelante y a desafiarme a mí misma”, contó.
Inspiración y educación en redes
La habilidad de Emily para utilizar sus pies en la cocina ha cautivado a sus seguidores en redes sociales: más de 200.000 en TikTok y 240.000 en Instagram.
“Sé que la gente ve mis videos y piensa: ‘Vaya, ella no tiene brazos y puede hacer eso’, en lugar de conocerme en persona y asumir que no puedo hacer nada de eso”, reflexionó Rowley.
Más allá de sus habilidades culinarias, Rowley utiliza sus plataformas sociales como una herramienta educativa. “El mayor resultado de todo esto es tener una plataforma educativa donde la gente pueda comprender cómo es mi vida sin brazos”, afirmó a People.
Quedan más desafíos
Aunque ha mejorado en la cocina, Rowley aún enfrenta desafíos: “Por supuesto, hay días en los que incluso las tareas más pequeñas pueden resultar difíciles o frustrantes”.
“Pero siempre he estado decidida a no dejar que mis circunstancias me definan. Acepto los desafíos, me adapto y encuentro soluciones creativas. Esa mentalidad ha sido crucial a lo largo de mi vida”, agregó en la entrevista.
Su enfoque en utilizar sus habilidades únicas para enfrentar y superar sus desafíos diarios sirve de inspiración no solo para aquellos con discapacidades, sino para todas las personas que buscan superar obstáculos en sus vidas.