Las ventas de productos no esenciales en Estados Unidos han sufrido un descenso significativo en los últimos años, una tendencia que continúa en 2024. Entre los artículos más afectados, destacan las parrillas para barbacoa, que experimentaron su auge durante la pandemia de COVID-19 y ahora presentan una caída en las ventas, como reportaron medios internacionales. Según Money, estas son las cosas que los estadounidenses tienen que dejar de comprar:
Parrillas para barbacoa
Durante los primeros meses de la pandemia, las ventas de parrillas aumentaron considerablemente, con más personas pasando tiempo en casa y disponiendo de ingresos extra gracias a los estímulos económicos y el ahorro en gastos como transporte y restaurantes. Money cuenta un informe de la Hearth, Patio & Barbecue Association reveló que para fines de 2021, el 80% de los propietarios de viviendas en Estados Unidos poseía una parrilla o ahumador, y el 38% de ellos había adquirido una nueva desde el inicio de la pandemia. Sin embargo, dada la durabilidad de estos productos, que puede superar los cinco años, los consumidores actuales no tienen necesidad de reemplazarlas aún
Además la urbanización creciente ha llevado a más personas a vivir en departamentos o en espacios urbanos reducidos, donde el uso de parrillas al aire libre es limitado o incluso prohibido. Este cambio ha reducido las oportunidades para realizar parrilladas. Además, los estilos de vida más acelerados y los horarios laborales más extensos dejan menos tiempo libre para actividades como asar al aire libre.
El auge de dietas saludables, vegetarianas y veganas ha mermado la popularidad de las parrilladas tradicionales, que suelen centrarse en la carne roja. Asimismo, los servicios de entrega de comida y los kits de comidas han disminuido el interés por cocinar en casa, incluida la parrilla.
Piscinas enterradas
En paralelo, las piscinas enterradas también han visto una caída en su demanda. Según Axion, se espera que aproximadamente se construyan 60,000 piscinas residenciales en 2024, casi la mitad de las que se instalaron en 2021. Los altos costos de los préstamos y los ajustados presupuestos familiares influyen en esta disminución. Pool Corp., uno de los mayores distribuidores de suministros para piscinas, ha visto una caída en el precio de sus acciones del 25% en lo que va de 2024 y del 35% en los últimos tres años.
El crecimiento de la urbanización ha llevado a que más personas vivan en departamentos o casas con espacios exteriores reducidos. Un estudio del Urban Land Institute encontró que el 80% de las nuevas construcciones residenciales en las principales ciudades de EE. UU. son departamentos o unidades en condominios (Urban Land Institute, 2021). Estos cambios estructurales limitan la posibilidad de instalar una pileta privada, orientando a los consumidores hacia otros tipos de recreación.
Autocaravanas
Por otro lado, Money cuenta que la industria de las autocaravanas también está experimentando una baja en ventas, luego de un pico durante la pandemia. Los envíos de estos vehículos recreativos aumentaron de 406,000 en 2019 a 430,000 en 2020, superando los 600,000 en 2021, según cifras de la Asociación de la Industria de Vehículos Recreativos. Sin embargo, en 2023 cayeron a 313,000, la cifra más baja en más de una década. “Ese comprador primerizo probablemente se ve más afectado por la inflación”, comentó un ejecutivo de un concesionario de vehículos recreativos en Texas a Rv Business
Al mismo tiempo, un informe del Pew Research Center indica que las nuevas generaciones prefieren experiencias y viajes más accesibles y urbanos en lugar del tradicional estilo de vida nómada asociado con las autocaravanas (Pew Research Center, 2021). La urbanización y el aumento del trabajo remoto han cambiado las preferencias de viaje y recreación.
Bienes no esenciales
El informe de la consultora McKinsey señala que los consumidores están reduciendo su gasto en bienes no esenciales debido al aumento en los precios de productos esenciales como alimentos y gasolina. Entre los sectores más afectados está el turismo internacional y las estadías en hoteles y cruceros.
Peloton
Otro caso significativo es el de Peloton, cuyas ventas, que se dispararon durante la pandemia, han caído un 34% en los últimos dos años. Las acciones de la empresa han disminuido a menos de 4 dólares por acción, comparado con un pico de más de 160 dólares al inicio de 2021.
Carne de origen vegetal
Asimismo, las ventas de arne de origen vegetal han decaído. Money cuenta que Good Food Institute reportó una disminución del 13% en el gasto de los consumidores en carnes y mariscos de origen vegetal en un periodo reciente de dos años, con un 26% menos en ventas por unidad. El informe cita que los productos no cumplen con las expectativas de sabor, textura y precio.
Colchones
Los colchones tampoco se libran de esta tendencia. La Asociación Internacional de Productos para el Sueño indica que las ventas de colchones y bases cayeron un 15% entre 2021 y 2022, y continúan disminuyendo. Una encuesta revela que el 57% de los encuestados afirmó que se sentiría mejor si durmiera más, un incremento en comparación con el 43% de hace una década. El comportamiento de los compradores durante los últimos años muestra que muchos renovaron sus colchones al inicio de la pandemia, lo que reduce la necesidad de nuevas compras actualmente.
En geneal más productos parecen estar sufriendo las consecuencias de los cambios en el comportamiento de consumo post-pandémico. El espectro abarca desde parrillas y piscinas hasta autocaravanas y colchones, todos reflejando cómo la variabilidad económica y la priorización de necesidades esenciales están redefiniendo el mercado de bienes no esenciales en Estados Unidos.
La tendencia a la baja en las ventas de productos no esenciales en Estados Unidos es una clara indicación de los cambios en el comportamiento de consumo post-pandémico. Aunque durante la pandemia muchos de estos productos vieron un aumento significativo en la demanda, la realidad económica actual está redefiniendo las prioridades de los consumidores.
La durabilidad de las parrillas y la caída en la demanda de piscinas, autocaravanas y colchones subrayan una reorientación hacia el gasto en necesidades básicas y ahorro. A medida que los precios de productos esenciales como alimentos y gasolina continúan en aumento, el consumidor promedio se ve obligado a realizar ajustes en su presupuesto, recortando gastos en bienes no esenciales.
Este cambio refleja una mayor prudencia y adaptación ante la incertidumbre económica, un fenómeno que probablemente seguirá influyendo en las tendencias de consumo en los próximos años