Para mantener el cerebro en buen estado, la Dra. Wendy Suzuki, neurocientífica y decana de la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Nueva York, aconseja realizar ejercicio físico regularmente. En una reciente serie de MasterClass que presenta a neurocientíficos y psiquiatras, Suzuki destacó la importancia de la actividad física para la salud cerebral, señalando que “la actividad física es muy poderosa para nuestro cerebro”.
Suzuki subraya que incluso caminar 10 minutos al día puede mejorar significativamente el estado de ánimo. Además, deportes estratégicos como el fútbol y el baloncesto activan la corteza prefrontal más que otros tipos de ejercicio. Esta área del cerebro es crucial para la toma de decisiones, el control del comportamiento social y la planificación de acciones.
Suzuki ha adoptado una rutina de entrenamiento poco convencional llamada intenSati. Este programa, creado por Patricia Moreno en 2002, combina movimientos cardiovasculares con declaraciones afirmativas en voz alta. El nombre proviene de “intención” y “sati”, una palabra pali que significa atención plena o conciencia. “Este entrenamiento combina movimientos cardiovasculares de alta energía con mantras de alta emoción”, explica Suzuki.
Según Suzuki, afirmar en voz alta frases positivas durante el ejercicio puede tener un impacto significativo en la perspectiva de vida y el estado de ánimo de una persona. “Si gritas que crees que tendrás éxito, que estás inspirado, que eres fuerte... sales de esa clase sintiéndote increíble”, subraya Suzuki.
Un estudio de la Universidad de California en Berkeley apoyó esta idea. En el estudio, 135 estudiantes universitarios se dijeron frases compasivas a sí mismos durante 20 segundos al día mientras se daban un toque compasivo, como colocar una mano sobre el corazón. Después de un mes, los estudiantes reportaron menos estrés y mejoras en su salud mental.
La evidencia científica respalda los beneficios del ejercicio regular. Un estudio de 2022 que analizó la información de salud de más de 500.000 personas encontró que aquellos que realizaban actividades físicas intensas, como ejercicios y deportes, redujeron en un 35% su riesgo de desarrollar demencia. Incluso las tareas domésticas regulares disminuyeron el riesgo en un 21%. “Cada gota de sudor cuenta para tu cerebro”, concluye Suzuki.
Adaptar el ejercicio a la rutina diaria es esencial, según Suzuki, quien enfatiza que cualquier momento del día es oportuno para entrenar, dada la ocupada vida moderna. “Pero sea cual sea el tipo de entrenamiento que hagas, cualquier momento del día en que puedas entrenar es el mejor momento para hacerlo”, sugiere la neurocientífica.