Diana Armstrong, residente de Minnesota (EE.UU.), ha sido reconocida por el Guinness World Records por tener las uñas más largas de todos los tiempos. La longitud combinada de sus uñas es de 13,06 metros. La uña del pulgar derecho es la más larga, midiendo 1,38 metros, mientras que la del meñique izquierdo, la más corta, tiene 1,09 metros.
El cuidado y mantenimiento de sus uñas es un proceso laborioso. Dedica entre cuatro y cinco horas para pintarlas, utilizando entre 15 y 20 frascos de esmalte y una herramienta de madera para limarlas. “Hace unos 22 años que no voy a un salón de manicura”, afirmó en la página oficial de Récord Guinness World. Sus nietos la ayudan en este proceso, disfrutando del tiempo compartido y de su premio.
Diana ha tenido que adaptar su vida diaria a sus largas uñas. Ha dejado de conducir y evita el uso de cremalleras. A pesar de estas limitaciones, sus hijos y nietos la apoyan plenamente. Ahora, sus uñas son una parte importante de su identidad.
Diana no se ha cortado las uñas desde 1997, un acto simbólico tras la muerte de su hija Latisha, quien falleció a los 16 años debido a un ataque de asma mientras dormía. La tragedia le generó una profunda depresión, llevando a Diana a dejarse crecer las uñas como una forma de honrar la memoria de su hija.
Diana comenzó el día de manera rutinaria, como cualquier otra madre. Pidió a sus hijos que se levantaran de la cama. Luego salió al supermercado a comprar alimentos para su familia. Mientras se encontraba en el establecimiento, buscando productos para ese día, su teléfono sonó inesperadamente. Al contestar, escuchó la voz alterada de su hija menor, quien estaba en pánico. Algo dramático estaba a punto de ocurrir. Finalmente, su hija Latisha había fallecido mientras dormía en su habitación. A diana le generó un cargo de conciencia tan grande que tras lo ocurrido, tomó la decisión de dejarse las uñas por un largo tiempo.
Sus hijos inicialmente intentaron convencerla de que se cortara las uñas debido a las burlas de la gente, pero finalmente comprendieron su decisión. “Mis hijos me decían: ‘Mamá, tienes que cortarte las uñas’. Yo les decía: ‘Métete en tus asuntos’”, recuerda Diana. Con el tiempo, compartió con ellos la verdadera razón de su decisión, logrando su comprensión y apoyo.
En cuanto a la oficialización de su récord fue un momento emocionante para Diana y su familia. Durante la entrega del certificado, el árbitro Mike Marcotte presenció la alegría de la familia Armstrong. “Creo que mis uñas son bonitas. Para otra persona, puede que no lo sean, pero para mí lo son”, declaró Diana al recibir el reconocimiento.
Diana destacó cómo mantener sus uñas largas le ayudó a sobrellevar su pérdida y a luchar contra la depresión. “Dejarse crecer las uñas es mi forma de mantener a mi hija en mis pensamientos”, expresó en la página del Record Guiness World. Sus uñas ahora representan un vínculo indestructible con su hija Latisha.
El anterior récord
Con una longitud total de 9,85 metros (32 pies 3,8 pulgadas), las uñas de Melvin Feizel Boothe se habían consolidado como las más largas de la historia, según el prestigioso Guinness World Récords, antes del caso de Diana.
Boothe, residente de la ciudad de Pontiac, Michigan, había servido en el ejército de Estados Unidos antes de jubilarse tras 27 años como empleado del Hospital General de Pontiac. Este hombre de notable perseverancia comenzó a dejarse crecer las uñas en la década de 1970 y recibió el título del récord mundial cuando tenía 61 años.