En el estado de Missouri, Estados Unidos, Sandra Hemme, una mujer de 64 años con antecedentes de enfermedad mental, ha pasado los últimos 43 años tras las rejas por un asesinato que no cometió. Desde el brutal crímen de Patricia Jeschke en 1980, hasta la exoneración recientemente ordenada por un juez, la historia de Hemme es un trágico relato de confesiones obtenidas bajo coerción y de errores judiciales.
“La inocencia de Sandra Hemme es clara y convincente”, sentenció el juez Ryan Horsman la semana pasada, según informó NBC News.
El asesinato de Jeschke acaparó los titulares en 1980. La mujer fue encontrada muerta en su apartamento con las manos atadas y estrangulada con un par de medias. Pese a la brutalidad del crimen, Hemme no estaba en el radar de la policía hasta que, dos semanas después, fue arrestada portando un cuchillo y habiéndose negó a salir de la casa de una enfermera que una vez había cuidado de ella.
Desde el inicio, el caso de Hemme estuvo lleno de irregularidades. Diagnósticos médicos históricos muestran que la mujer padecía una grave enfermedad mental y estaba bajo fuertes medicamentos antipsicóticos cuando fue interrogada por la policía.
Según la petición de exoneración revisada por el juez Horsman, la única prueba que la vinculaba al homicidio eran sus propias declaraciones incriminatorias, realizadas en un estado mental deteriorado y “bajo la influencia de potentes drogas”.
En la petición, se concluyó que las declaraciones de Hemme eran “inconsistentes, contradichas por pruebas físicas y relatos de testigos confiables e independientes”. Horsman añadió: “Este Tribunal determina además que ninguna prueba, fuera de las declaraciones poco fiables de Hemme, la conecta con el crimen”.
El nuevo acusado
Un aspecto particularmente oscuro de este caso es la posible implicación de un ex oficial de policía, Michael Holman, quien fue vinculado al crimen mediante diversas pruebas de comportamiento delictivo anterior y posterior al homicidio de Jeschke.
Según declaraciones a People por parte de Jane Pucher, abogada a cargo del caso de Hemme como parte del Innocence Project (organización dedicada a condenas injustas): “Holman tenía en su poder la tarjeta de crédito y los aretes de la víctima, y testigos vieron su camioneta cerca del lugar del asesinato”.
A pesar de la evidencia, Holman nunca fue investigado a fondo. En cambio, la policía se centró en Hemme, quien estaba en tratamiento en un hospital psiquiátrico cuando fue llevada para su primer interrogatorio. Allí, mientras estaba inmovilizada y bajo la influencia de medicamentos, realizó la confesión que fue la base para su condena.
La batalla por la libertad
A pesar del fallo judicial a favor de su exoneración del 14 de junio, Hemme sigue tras las rejas mientras el fiscal general de Missouri, Andrew Bailey, ha solicitado que un tribunal de apelaciones revise la decisión.
“Hemme es una mujer de sesenta y cuatro años cuya familia está desesperada por reunirse con ella”, dijeron sus abogados en un correo electrónico a AP. “Tiene derecho a ser liberada en espera de nuevos procedimientos y seguiremos luchando hasta que regrese a casa”, agregaron.
El Innocence Project, con sede en Nueva York, se implicó en el caso de Hemme hace décadas y ha jugado un papel crucial en su lucha por la libertad. En sus investigaciones, revelaron errores judiciales y policiales graves que han resultado en la larga reclusión de Hemme. “No hay evidencia física o forense que la vincule al asesinato”, declaró la organización en un comunicado.