Aubrey Sauvie, una niña de 12 años de Tennessee con triple amputación congénita, ha demostrado que su condición no la detendrá en la búsqueda de sus pasiones, que incluyen el Tae Kwon Do, el arte y tocar la batería.
Nacida sin ambos brazos por debajo de los codos y con varios dedos faltantes en uno de sus pies, Aubrey ha logrado destacarse en diversas actividades, incluyendo concursos de baile y el manejo de la batería en la banda de su escuela. Sin embargo, no lograba obtener el sonido adecuado de su tambor, a pesar de su destreza y determinación.
Aubrey nació con una triple amputación congénita, lo que significa que no tiene extremidades debajo de los codos y le faltan dedos en un pie. “Es solo una parte de mí”, afirmó.
Sus compañeros de escuela pueden completar las tareas más rápidamente, pero Aubrey no deja que eso la detenga. Ha encontrado maneras de adaptarse, como utilizar una cuchara para comer sopa o tocar la batería sosteniendo las baquetas en el pliegue del codo. “Definitivamente, fue un desafío aprender, pero a medida que pasó el tiempo, se volvió cada vez más fácil hasta que dejó de ser difícil”, explicó.
Una de las figuras clave en su vida ha sido su madre, Jennifer Sauvie. “Ella es muy amable y muy empática”, afirmó Jennifer. “Y creativa”. Desde muy joven, Aubrey ha mostrado una tenacidad admirable. Ha aprendido a cocinar, maquillarse y participar en actividades deportivas, algo que ha sido impresionante para quienes la rodean.
Sin embargo, el camino no ha sido fácil. Aubrey ha hecho frente al acoso escolar, especialmente a través de las redes sociales. “Muchos de los niños que lo hicieron ni siquiera sabían mi nombre ni nada”, mencionó Aubrey. “Así que simplemente decían: ‘Oh, ella no tiene manos’”. Este acoso afectó sus calificaciones, lo que llevó a una pausa en las redes sociales.
El apoyo de amigos y familiares ha sido fundamental para superar los comentarios crueles. “Simplemente, tienes que aprender a ignorarlo porque la gente va a decir cosas pase lo que pase”, afirmó Aubrey. “Solo recuerda que probablemente sea algo que les esté pasando a ellos. Por eso quieren descargar su ira y agitación contigo”.
Un punto crítico en su camino fue la intervención del programa de Ingeniería Tecnológica para Niños de Tennessee Tech University. La maestra de banda de Aubrey la recomendó como candidata para recibir prótesis 3D especializadas en tocar la batería. Diez estudiantes de ingeniería mecánica de la universidad trabajaron incansablemente para desarrollar estas prótesis.
“¿Entonces ella toca la batería; ¿Ella también toca los mazos? ¿Toca el xilófono?”, se preguntó Zakary Henson, uno de los estudiantes. “¿Cómo se va a sujetar a la mano? Todas estas preguntas fueron planteadas durante el proceso de diseño,” relató Henson.
Tras varias semanas de planificación, decidieron utilizar una impresora 3D para crear el producto final. Aunque inicialmente hubo escepticismo sobre la viabilidad del proyecto, los estudiantes persiguieron su objetivo con determinación. “Dije: ‘Esa es una posibilidad entre un millón de que funcione’. Pero dije: ‘Oye, inténtalo’”, compartió Stephen Canfield, profesor de ingeniería mecánica de Tennessee Tech.
Tennessee Tech ha lanzado un proyecto educativo para acercar la ingeniería a los escolares con necesidades especiales en la región Upper-Cumberland. La iniciativa, denominada Tech Engineering for Kids, busca implementar y evaluar un modelo de aprendizaje contextual centrado en aplicaciones del mundo real.
Los equipos están formados por estudiantes de ingeniería de la clase ME 3610 de Tennessee Tech University (TTU), quienes colaboran con docentes, personal técnico y coordinadores de servicios en la región. Los estudiantes trabajan en el diseño de dispositivos de asistencia personalizados que se ajustan a las necesidades específicas de los niños con discapacidades.
El proceso de diseño y pruebas tomó un semestre completo con varios borradores antes de llegar al diseño final. “Había tantos borradores”, explicó Micah Page, estudiante de ingeniería mecánica. “Y me alegro de haberlo hecho porque lo conseguimos exactamente como ella quería”.
El producto final no solo fue funcional, sino también flexible, permitiendo a Aubrey sujetar las baquetas en ambos brazos de manera efectiva. “Simplemente, tenía una calidad de sonido mucho mejor,” añadió Page. “Y la forma en que diseñamos la ‘muñeca’ del brazo permitía obtener ese sonido tipo paradiddle”.
Aubrey expresó su satisfacción con las prótesis, que le dieron el sonido esperado y mucho más. “Tenía la esperanza de poder continuar con esto [tocar la batería]”, manifestó Aubrey. “Fue algo increíble porque soy como construir su futuro [el de los estudiantes]”.
La experiencia ha sido transformadora tanto para Aubrey como para los estudiantes de ingeniería. “Lo aprecié porque hicieron algo que voy a usar por un tiempo”, mencionó Aubrey. En el futuro cercano, planea tocar un set completo de batería con sus nuevas prótesis.
El programa Tech Engineering for Kids continuará atendiendo a entre 12 y 15 niños y familias con necesidades similares a las de Aubrey, ofreciendo soluciones innovadoras gracias a la creatividad y esfuerzo de los futuros ingenieros.