Por qué en Estados Unidos no se utiliza el sistema métrico internacional

Desde 1866, el uso del sistema métrico es legal en Estados Unidos, pero su adopción ha sido un proceso lleno de desafíos y resistencia. Elizabeth Benham, líder del programa métrico federal en el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología, explica que, aunque el gobierno designó el sistema métrico como preferido para el comercio a partir de la década de 1970, la implementación completa sigue siendo esquiva.

A pesar del respaldo científico y gubernamental, la transición voluntaria ha dejado al país en un entorno de medición híbrido y a menudo confuso. Desde la señalización vial hasta las etiquetas de productos, muchos aspectos cotidianos reflejan esta convivencia entre sistemas, destacando la necesidad de una educación más profunda para lograr un cambio cultural hacia las medidas métricas.

“El uso del sistema métrico en Estados Unidos es legal desde 1866″, afirma Benham. A partir de la década de 1970, la política gubernamental designó el sistema métrico como el sistema preferido de la nación para el comercio. Sin embargo, dado que la adopción del sistema ha sido voluntaria y no obligatoria, su implementación completa sigue siendo un reto de varias décadas.

El sistema métrico, también conocido como el Sistema Internacional de Unidades (SI), tiene sus orígenes en la Revolución Francesa. En el siglo XVIII, los científicos soñaban con un estándar internacional basado en una constante universal e inmutable. Así, la Academia Francesa de Ciencias definió el metro como la longitud equivalente a una diez-millonésima parte de la distancia del Polo Norte al Ecuador, medida desde París. Este estándar se convirtió en la base de todas las unidades métricas, desde el volumen hasta el peso.

El nuevo sistema fue aceptado rápidamente por el estado francés, pero la adopción por parte del público fue más lenta. Para 1866, Estados Unidos adaptó parcialmente el sistema métrico al aprobar una ley que permitía su uso en el comercio. Este paso fue seguido por la firma del Tratado del Metro en 1875, creando un organismo internacional para regular los pesos y medidas y allanando el camino para una adopción más amplia en el país.

A pesar de la adopción del SI en 1960 y el fuerte respaldo científico y gubernamental, la integración estadounidense siguió siendo limitada. Benham explica que las grandes organizaciones, con los recursos para adaptarse al sistema métrico, se dieron cuenta de las ventajas estratégicas de su uso y adoptaron las mejores prácticas rápidamente. No obstante, los negocios pequeños y los individuos han encontrado mayores obstáculos para la transición.

Un ejemplo de este retraso es la implementación de señalización vial métrica. A pesar de esfuerzos como la colocación de marcadores kilométricos en una nueva autopista en Arizona después de la Ley de Conversión Métrica de 1975, no se extendió la señalización únicamente en kilómetros al resto del sistema federal de carreteras. “Trabajamos en un entorno de medición híbrido y arriesgado”, señala Benham. Esta dualidad en las unidades de medida puede llevar a errores costosos y a la confusión del público.

Benham comenta que muchos productos y herramientas ya incluyen mediciones métricas, visibles en etiquetas de alimentos, velocímetros de automóviles y termómetros. “Tenemos la tecnología”, afirma, “el cambio ocurrirá, solo que es un cambio más lento que un enfoque obligatorio”. Su labor se enfoca en la educación y en motivar a la gente a utilizar más las medidas métricas en su vida diaria. Como parte de su compromiso, ha configurado su teléfono inteligente para medir en kilómetros y usar grados Celsius (en vez de Fahrenheit).

Además de los Estados Unidos, países como Libia y Myanmar siguen utilizando medidas imperiales como pies, libras y millas en vez de metros, gramos y kilómetros.

En el caso de Myanmar, anteriormente conocido como Birmania, la persistencia en el uso de medidas imperiales se debe en gran parte al legado del dominio británico durante el siglo XIX. Aunque Myanmar ha sido independiente desde 1948, el sistema métrico nunca se implementó completamente. A lo largo de los años, ha habido intentos de transición al sistema métrico, pero estos esfuerzos no lograron establecerse de manera firme debido a la falta de recursos y a la extensa implementación de medidas imperiales en la vida diaria y el comercio.

Por su parte, Liberia, fundada por estadounidenses liberados en la década de 1820, adoptó muchas de las costumbres y sistemas de medición de Estados Unidos, incluida la preferencia por las medidas imperiales. La estabilidad económica y política desempeñan un papel crucial en la implementación de un sistema de medidas. En Liberia, los desafíos económicos y la inestabilidad política han dificultado las reformas fundamentales, incluida la adopción completa del sistema métrico.

El uso continuado de las medidas imperiales en estos países también se debe a la falta de una infraestructura adecuada para el cambio y a la necesidad de una campaña educativa masiva para que los ciudadanos se adapten a nuevas unidades de medida. Además, la integración económica y comercial con otras naciones que usan las medidas imperiales refuerza esta elección.

El esfuerzo por adopción métrica está plagado de resistencia, en parte debido a industriales que argumentan que es un sistema complicado y costoso de implementar, y a legisladores que ven con desconfianza la influencia “extranjera”.

Además, existen controversias sobre cómo una adopción federal amplia podría afectar los derechos de los estados. Pero según Benham, la transición total aún es posible si las personas deciden usar estas medidas en sus actividades cotidianas. NIST ofrece herramientas online con consejos para incorporar medidas métricas en diversas actividades de la vida diaria.