En la década de 1870, el condado de Labette, Kansas, fue escenario de una serie de desapariciones que mantendrían a la comunidad en vilo durante años. Los viajeros que pasaban por la región solían hospedarse en la posada de la familia Bender, una familia aparentemente normal que se dedicaba a ofrecer refugio y hospitalidad a los aventureros en busca de fortuna. Sin embargo, lo que sucedía detrás de las puertas de esa humilde morada estaba lejos de ser ordinario. Muchos de estos viajeros jamás volvieron a ser vistos, y lo que comenzó como rumores aislados, pronto se convirtió en uno de los capítulos más oscuros de la historia criminal estadounidense.
La familia Bender estaba compuesta por cuatro miembros, cada uno con su propia particularidad que, vista con retrospectiva, solo añade al horror de sus crímenes. John Bender, el patriarca, era un hombre reservado y de pocas palabras, una presencia casi fantasmagórica en la pequeña comunidad agrícola. Su esposa, Elvira “Ma” Bender, tenía un carácter fuerte y conflictivo, y no era raro escuchar sobre sus frecuentes disputas con los vecinos.
Sin embargo, eran sus hijos los que verdaderamente llamaban la atención. John Jr., de 24 años, era conocido por su comportamiento peculiar y su risa inapropiada, lo que llevó a muchos a considerarlo con algún tipo de retraso mental. Kate Bender, la hija, era la figura más accesible de la familia, conocida no solo por su belleza y simpatía, sino también por sus supuestas habilidades como médium. Kate realizaba sesiones de espiritismo y, a menudo, visitaba los hogares de la comunidad, ganándose la confianza de muchos. No obstante, también circulaban rumores sobre su participación en actividades menos respetables, como la seducción de los viajeros que se hospedaban en la posada.
A pesar de los rumores y las señales inquietantes, no fue hasta mucho tiempo después que las autoridades y la comunidad comenzaron a sospechar que los Bender podían estar relacionados con las desapariciones. Las primeras víctimas eran, en su mayoría, hombres solteros en busca de fortuna, sin familiares que notaran su ausencia inmediata. Las autoridades de la época atribuían las desapariciones a los peligros comunes de la frontera, como los ataques de tribus nativas o los asaltantes de caminos. Pero la verdad era mucho más siniestra.
Las sospechas comenzaron a cobrar fuerza a finales de 1872, cuando una mujer llamada Julia Hestler decidió visitar la casa de los Bender para una sesión de espiritismo con Kate. Desde el momento en que llegó, Julia se sintió incómoda. El fuerte hedor y el zumbido de las moscas en el interior de la cabaña no la tranquilizaron. Sin embargo, decidió seguir adelante con la sesión para no ofender a sus anfitriones. Al tomarse de la mano con Kate para iniciar la reunión, Julia notó que los otros miembros de la familia se colocaron repentinamente detrás de ella en silencio. “John Bender sostenía una herramienta pesada que brillaba a la luz de las velas”, recordó Julia más tarde.
¿Cómo es posible que esta familia, con su fachada de normalidad, haya perpetrado tantos crímenes sin levantar sospechas? ¿Qué secretos oscuros se ocultaban detrás de las puertas de la posada de los Bender?
La primera desaparición
El inicio del horror se materializó con la desaparición de William York, un prominente político de Kansas, cuyo hermano Alexander York lideró una movilización para encontrarlo. Alexander, junto con el administrador municipal Leroy Dick, decidió visitar la cabaña de los Bender el 4 de abril de 1873. Lo que encontraron fue un comportamiento extraño y hostil por parte de la familia. Kate incluso ofreció sus servicios de médium para ayudar a Alexander a localizar a su hermano, un intento desesperado por desviar las sospechas.
El descubrimiento de los crímenes se precipitó cuando las autoridades decidieron registrar todas las cabañas del municipio. Al llegar nuevamente a la casa de los Bender, descubrieron que la familia había huido, dejando atrás una escena espeluznante en el sótano: una masa de restos humanos en descomposición.
Además, se desenterraron más cuerpos en el huerto y un cadáver en el pozo, sumando un total de once víctimas. Esta fue la primera familia asesina de América en la historia, un dato no menor que representa lo que significaron los Bender en Estados Unidos.
Los métodos empleados por los Bender para llevar a cabo los homicidios eran variados y brutalmente eficientes. Se ha reportado que, en algunas ocasiones, golpeaban a sus víctimas con un martillo, mientras que en otras recurrían a cuchillos para perpetrar los asesinatos. La familia se aseguraba de despojar a sus víctimas de sus pertenencias antes de deshacerse de los cuerpos, demostrando una frialdad y cálculo que conmocionaron a la nación.
La noticia se propagó rápidamente, y la prensa de la época destacó que no se trataba de un solo asesino, sino de toda una familia involucrada en estos actos atroces. El hecho de que Kate Bender, conocida por sus habilidades de médium, colaborara en los asesinatos conmocionó a la opinión pública.
Todas las víctimas presentaban heridas de impacto en la cabeza, sienes y base del cuello, y algunos habían sido degollados. La familia fue apodada por los medios como los “Bloody Benders” (los sangrientos Benders).
Testigos afirmaron haber visto a los Bender huir en tren, separándose en dos rutas: John Jr. y Elvira hacia Misuri, mientras que Kate y John se dirigieron a Texas. Posteriormente, se reunieron en el pueblo de Red River. En esa región encontraron un refugio seguro, porque era conocida por la presencia de delincuentes y pistoleros, lo que dificultó la intervención de la justicia. Pese a los informes regulares de los lugareños sobre su paradero, increíblemente, los Bender nunca enfrentaron a la justicia y tampoco se supo más de ellos.
La saga de esta familia revela cómo, bajo una fachada de normalidad, se cometieron horrendos crímenes. La desaparición y posterior hallazgo de William York sirvieron como el catalizador que permitió destapar la realidad detrás de esta familia macabra, que remarcó que en los territorios fronterizos de esa época, la ley y el orden tenían límites que muchos supieron aprovechar. Los crímenes de los Bender quedaron grabados de manera imborrable en la crónica negra de los Estados Unidos.
La historia llegó a la pantalla
“Bender” es una película intrigante dirigida por John Alexander en 2016 que examina la sombría historia de la primera familia de asesinos en serie de América. Ambientada en el siglo XIX, la producción sumerge a los espectadores en una narrativa escalofriante sobre los crímenes y la psicología de la infame familia Bender.
La película profundiza en los macabros eventos ocurridos durante el siglo XIX, ofreciendo una experiencia cinemática que destaca los crímenes cometidos por esta familia y el contexto y los detalles psicológicos que los rodearon.