Cincuenta y tres años después de la desaparición de un avión privado en una noche nevada en Vermont, Estados Unidos, los expertos encontraron los restos de la aeronave en el lago Champlain. El avión corporativo, un Jet Commander con capacidad para diez asientos, desapareció poco después de despegar del aeropuerto de Burlington en dirección a Providence, Rhode Island, el 27 de enero de 1971. A bordo iban cinco personas: dos miembros de la tripulación y tres empleados de Cousin’s Properties, una empresa de Atlanta, Georgia.
El investigador submarino Garry Kozak y su equipo encontraron recientemente los restos del avión en el lago Champlain utilizando un vehículo operado a distancia (ROV). Las imágenes de sonar capturadas por el equipo muestran un avión con el mismo esquema de pintura personalizado. Los restos se encontraron a una profundidad de 60 metros cerca de la isla Juniper, en un área donde la torre de control del aeropuerto había perdido contacto con la aeronave.
Bárbara Nikita, sobrina del piloto George Nikita, expresó alivio y tristeza por el hallazgo. “Haber encontrado esto ahora... es un sentimiento de paz, al mismo tiempo que es un sentimiento muy triste”, dijo Nikita en una entrevista.
El descubrimiento ha sido un alivio para los familiares de las víctimas. “Pasar cincuenta y tres años sin saber si el avión estaba en el lago o tal vez en la ladera de una montaña en algún lugar fue angustioso”, expresó Frank Wilder, cuyo padre estaba entre los pasajeros. Wilder, residente en las afueras de Filadelfia, también mencionó que este hallazgo abre nuevas preguntas que necesitan ser resueltas.
La desaparición inicial del avión provocó múltiples búsquedas a lo largo de los años. Según Kozak, en mayo de 1971 se realizó una búsqueda submarina que no tuvo éxito. A lo largo de los años, al menos 17 búsquedas adicionales fueron llevadas a cabo, incluso en 2014, cuando las autoridades esperaban que la tecnología más avanzada pudiera localizar los restos del avión, inspirados por la desaparición del vuelo de Malaysia Airlines ese mismo año.
La reciente búsqueda que resultó en el hallazgo fue encabezada por Hans Hug de Sonar Search and Recovery en New Hampshire y un colega de Kozak. El equipo investigó una anomalía en el fondo del lago, lo que los llevo a descubrir finalmente los restos del avión el mes pasado. Kozak afirmó que el descubrimiento del avión brinda a las familias de las víctimas un cierre necesario, aunque el proceso de identificación y recuperación continúa en curso.
Charles Williams, cuyo padre Robert Ransom Williams III también murió en el accidente, considera a Kozak un héroe por su dedicación en la búsqueda del avión. Williams junto con otros familiares habían recopilado piezas de información a lo largo de los años, y la colaboración conjunta les permitió obtener una mayor comprensión del evento y su impacto en sus vidas.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) está llevando a cabo una investigación para verificar si los restos encontrados pertenecen al avión desaparecido. No obstante, la NTSB no realiza operaciones de salvamento, y según Williams, el costo de estas operaciones podría ser grande.
Los restos encontrados proporcionan un punto tangible sobre el cual los familiares pueden trabajar para obtener más respuestas y rendir homenajes. Según Williams: “Es difícil cuando empiezas a pensar en eso”, con eso se refiere a la posible recuperación y reconocimiento final de los restos encontrados.
Con este descubrimiento, las familias de las víctimas planean realizar homenajes conmemorativos ahora que tienen una localización concreta del avión. Bárbara Nikita y su prima Kristina Nikita Coffey estuvieron a la cabeza de los recientes esfuerzos de búsqueda y coordinación con otros familiares, consolidando la información recopilada y compartiéndola entre sí para obtener una mejor perspectiva del incidente.
El hallazgo en el lago Champlain cierra un capítulo importante y doloroso en la historia de estas familias. “Sabemos lo que pasó. Hemos visto un par de fotos. Creo que ahora estamos luchando con eso”, concluyó Bárbara Nikita, reflejando el sentimiento colectivo de búsqueda de respuestas y consuelo después de tantos años de espera.