En el Zoológico de Houston, el pasado 27 de abril, se produjo un acontecimiento inesperado cuando los cuidadores descubrieron por la mañana que una de las jirafas Masai del recinto, Kamili, de 9 años, había dado a luz.
Aunque se sabía que Kamili estaba embarazada, el equipo del zoológico no contaba con una fecha específica para el parto. El recién nacido, un macho al que han nombrado Tino, se encuentra en buen estado de salud bajo el cuidado de su madre.
Las jirafas Masai se distinguen por su patrón de manchas irregulares y bordes dentados en todo su cuerpo. Habitan principalmente en Kenia y Tanzania, aunque su distribución puede extenderse a otras regiones cercanas.
En cuanto Tino, la jirafa bebé, demostró rápidamente una gran vitalidad. Empezó a caminar a tan solo una hora de vida, una característica común en las crías de jirafa que les permite seguir a su manada poco después del nacimiento.
Al nacer, Tino pesó alrededor de 73 kilogramos y medió cerca de 1,8 metros de altura, dimensiones que se espera duplique durante su primer año de vida. Esto se compara con su padre, Zawadi, que alcanza los casi 5 metros de altura. Las jirafas son conocidas por su rápido crecimiento, especialmente en los primeros años de vida.
Sobre el cuidado y la vida temprana de las jirafas, las jirafas madres suelen amamantar a sus crías durante 9 a 12 meses, aunque las crías empiezan a probar la vegetación pocas semanas después de nacer. En estado salvaje, las jirafas jóvenes permanecen cerca de sus madres hasta los dos años; las hembras suelen regresar con su familia, mientras que los machos se aventuran solos.
Tino se está integrando poco a poco a la manada del zoológico y pasa sus mañanas en el Hábitat de Jirafas McGovern, para luego continuar fortaleciendo su vínculo con su madre en áreas más privadas durante las tardes.
Un dato interesante sobre las jirafas es su reducida necesidad de sueño. Adultos y crías duermen aproximadamente entre 4 y 5 horas al día, distribuidas en ciclos de 30 minutos. Esta característica les permite estar constantemente alertas ante posibles depredadores.
Desde el Zoológico de Houston, apoyan la conservación de las jirafas en África mediante la financiación de programas que involucran a las comunidades locales en la protección de estas especies en su hábitat natural.
Los fondos proporcionados ayudan a pagar los salarios de aquellos que se dedican a detener a cazadores ilegales, brindar asistencia médica y supervisar a las jirafas salvajes. Ya que muchas veces son el objetivo principal de la caza furtiva para obtener carne, piel y otros subproductos como colas usadas para fabricar joyería o instrumentos. Además, en algunas áreas, las jirafas son cazadas por deporte.
Además, el Zoológico de Houston es conocido por ser el segundo más grande de Estados Unidos y por su compromiso con la conservación de la vida silvestre y la educación medioambiental. Tiene al redor de 6.000 animales de 700 especies diferentes de todos los continentes.
Este zoológico ofrece a los visitantes la oportunidad de conocer más de cerca a las jirafas, incluido un espacio donde se pueden alimentar a estas impresionantes criaturas bajo supervisión del personal, lo cual es una experiencia educativa que busca fomentar una conexión más profunda entre los visitantes y la vida silvestre.