Cómo es Kensington, el “barrio zombie” de Estados Unidos arrasado por el fentanilo

El consumo de droga en la ciudad de Filadelfia crece exponencialmente y preocupa a los vecinos

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Peg y Rich se inyectan
Peg y Rich se inyectan una mezcla de heroína y fentanilo en una calle de Kensington en Filadelfia, Pensilvania (Archivo/Getty Images)

Kensington es un barrio de la ciudad de Filadelfia, perteneciente al Estado de Pensilvania y muy cercano al límite con Nueva Jersey. Comenzó a tener cada vez más relevancia recientemente, cuando los creadores de contenido se acercaron a la “zona roja” para grabar sus videos y exponer la crisis del fentanilo en las redes sociales.

Lo que llama la atención, en primer lugar, es la suciedad que ronda por las calles de Kensington. Desde envoltorios plásticos, pasando por colchones rotos y cajas. Esto se debe a la alta tasa de indigencia y gente en situación de calle, por lo que sus pertenencias y deshechos son parte del paisaje general de la zona. Pero lo que realmente encendió las alarmas, la verdadera razón por la que el lugar está tan descuidado, es una droga llamada fentanilo.

Este opioide sintético es súper potente y suele ser utilizado en la medicina para aliviar el dolor severo, especialmente después de cirugías o en pacientes con dolores crónicos que no responden a otros analgésicos. Actúa sobre el sistema nervioso central para proporcionar efectos analgésicos. Debido a su alta potencia, que es aproximadamente 50 a 100 veces mayor que la morfina, el fentanilo tiene un alto potencial de adicción y sobredosis, que puede ser fatal.

Las calles de Kensington revelan
Las calles de Kensington revelan una cruda realidad: adicción, pobreza y desesperanza. (Spencer Platt/Getty Images)

Se inyectan agujas en brazos, cuello y entre los dedos de los pies. Cojean y cabecean. Algunos están tirados en el suelo y parecen estar muertos”, expuso The New York Times. Y es que a la droga se le suman problemas asociados, como la pobreza, la prostitución y los excesos, que son parte del día a día de los ciudadanos de Kensington. Además, no son solo los nativos del lugar quienes consumen, sino que por la facilidad de conseguirla, los adictos de otras áreas llegan para quedarse.

Según los CDC, hubo alrededor
Según los CDC, hubo alrededor de 500.000 muertes por sobredosis en EE.UU. en las últimas dos décadas. (Spencer Platt/Getty Images)

Alrededor de 500.000 personas perdieron la vida por sobredosis relacionadas con opioides en los últimos veinte años, según informan los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EEUU. El organismo explica que existireron tres olas importantes de consumo en las últimas dos décadas: la primera ola comenzó en los años 90, impulsada por los opioides; la segunda, emergió en el año 2010, con un aumento notable de fallecimientos ligados también al uso de heroína; y desde el año 2013, el fentanilo ha jugado un papel relevante en este contexto.

El fentanilo, generalmente se mezcla con la xilacina. Sobre esta última, el Departamento de Salud y la Junta de Salud de Filadelfia expresaron: “Ha afectado a Filadelfia con especial dureza, provocando un aumento de las muertes por sobredosis, así como de heridas graves que pueden provocar sepsis y amputaciones”.

Filadelfia enfrenta una dura batalla
Filadelfia enfrenta una dura batalla contra la mezcla mortal de fentanilo y xilazina.

La droga es tan adictiva y peligrosa que Rahul Gupta, director de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas, la calificó el año pasado de “amenaza emergente”. Se encontró xilazina en más del 90% de las muestras de drogas analizadas en Filadelfia en 2021, según datos de la ciudad.

Cuánto cuesta la droga en Kensington

Según informes de la Administración de Control de Drogas (DEA), los precios del “tranq” (como se lo llama en la jerga estadounidense) van desde los USD 6 hasta los USD 20.

Además, The New York Post expuso una escalofriante modalidad cada vez común entre los adictos: pagarle a otros para que encuentren sus venas y puedan infiltrar el fármaco.

En Kensington, el costo de
En Kensington, el costo de la vida y la muerte se mide en dosis de “tranq”. (Spencer Platt/Getty Images)

El apodo de las personas que inyectan la droga a otras es “bateadores” y el precio ronda entre los USD 2 y los USD 5. “Algunas personas tienen miedo de golpearse o no saben cómo hacerlo”, explicó un consumidora de fentanilo y crack para el medio de NPR. “Las venas de algunas personas son más difíciles de tocar que otras, por lo que necesitan que alguien lo haga por ellas”, cerró.

En 2021, Filadelfia registró casi 1.300 muertes por sobredosis no intencionales, un aumento del 160% con respecto a la década anterior, según datos de la ciudad. Además, el mayor número de muertes (164) ocurrió en el código postal de Kensington.

La tarifa de un “bateador”
La tarifa de un “bateador” en Kensington refleja la dura realidad de la adicción. (Spencer Platt/Getty Images)

Tranq es básicamente zombificar los cuerpos de las personas”, dijo un adicto a Sky News. “Hasta hace nueve meses, nunca tuve heridas. Ahora, tengo agujeros en las piernas y los pies”.

La ruta china

Días atrás, el comité especial de la Cámara de Representantes de Estados Unidos aseguró China está financiando la producción de fentanilo a nivel internacional, lo que agrava la crisis de sobredosis que afecta a la nación norteamericana.

La revelación, que surge de una extensa investigación, señala que el gobierno de Beijing está proporcionando incentivos económicos para la fabricación de los componentes químicos necesarios en la producción de esta y otras drogas sintéticas, bajo la condición de que se comercialicen fuera de sus fronteras. Además, se ha indicado que China asiste a los productores para eludir las indagaciones por parte de las autoridades estadounidenses.

Los hallazgos expuestos durante una audiencia ponen énfasis en el papel de China en la epidemia de fentanilo, líder en causas de muerte por sobredosis en Estados Unidos.

China está financiando la producción
China está financiando la producción de fentanilo a nivel internacional, lo que agrava la crisis de sobredosis que afecta a la nación norteamericana (Getty Images)

Según el comité, el régimen de Xi Jinping no sólo favorece la producción de estos materiales sino que también facilita su exportación evitando regulaciones estadounidenses. Raja Krishnamoorthi, destacado miembro demócrata de la comisión, señaló la presencia de numerosas empresas chinas promocionando abiertamente estos opiáceos sintéticos en la web, un hecho que calificó como completamente inaceptable.

El presidente de la Comisión, Mike Gallagher, y el ex fiscal general William Barr criticaron severamente estos actos, indicando que las acciones de China demuestran un claro desinterés por mitigar la crisis de fentanilo en Estados Unidos. Barr enfatizó en la necesidad de no depender de la buena voluntad de Beijing, señalando la existencia de “pruebas convincentes” de su complicidad en la promoción de esta crisis. La investigación se presenta meses después de que Estados Unidos y China anunciaran una renovada cooperación para combatir el tráfico de drogas sintéticas y el flujo de precursores químicos. Sin embargo, los recientes descubrimientos plantean dudas sobre el compromiso real de China con estas iniciativas.

El informe también insta al Congreso estadounidense a conferir al Presidente Joe Biden la capacidad de sancionar a los implicados en la cadena de suministro del fentanilo y sugiere la creación de un grupo de trabajo especial.

Las autoridades norteamericanas, además, denunciaron repetidas veces que el fentanilo que procede de China se sintetiza en México, en alianza con los sangtuinarios cárteles del narcotráfico. “La mayor parte de los precursores químicos del fentanilo proviene de China y se sintetiza en México. Posteriormente, el fentanilo es enviado de contrabando a través de la frontera a EU”, afirmó Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos.

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