Nunca se sabe cuándo puede llegar el amor. En la calle, en el trabajo, en algún club deportivo o hasta por amigos en común. Sin embargo, en Filadelfia, Pensilvania, Estados Unidos, hay un lugar que forma parejas como ningún otro sitio. Se trata del bar McGillin’s Olde Ale House, que tiene en el ambiente la magia del amor.
McGillin’s Olde Ale House, establecido en 1860, es el bar más antiguo de Filadelfia y uno de los más antiguos en funcionamiento en los Estados Unidos. Ubicado en el corazón de Filadelfia, este establecimiento histórico fue inaugurado por William McGillin, un inmigrante irlandés. Originalmente conocido como The Bell in Hand, el negocio cambió su nombre a McGillin’s Olde Ale House tras la muerte de McGillin.
El bar fue testigo de numerosos eventos históricos y sobrevivió a la Prohibición de la Ley Seca, cuando se disfrazó como un “restaurante” para seguir operando. En la actualidad se transformó en un punto para citas, casamientos y hasta despedidas de soltero. Son tantas historias que el bar decidió armar un libro con las historias de amor. Y ya van tres libros.
Encuentro inesperado y el inicio de una vida juntos
Vicky Weinstein y Mike Weinstein se conocieron de manera inesperada en el bar McGillin a finales de los años 90. Lo que comenzó como una noche habitual entre amigas para Vicky, quien por aquel entonces era una enfermera del Hospital de la Universidad Jefferson, se transformó en el punto de inicio de una historia de amor cuando Mike, un estudiante de medicina, se le acercó después de separarse de la barra del lugar.
La conexión entre ellos fue inmediata, al punto que Mike memorizó el número de teléfono de Vicky en una época donde los celulares no eran tan comunes y la llamó unos días después para concretar una cita. Tres años después de aquel fortuito encuentro se casaron, y en la actualidad tienen tres hijos.
McGillin no solo fue testigo de su encuentro inicial, sino que también albergó la despedida de soltero de Mike. A lo largo de los años, el bar permaneció como un símbolo de su unión. Hasta tienen una acuarela que representa el bar, obra de la hermana de Vicky, colgada en el dormitorio de la pareja.
Desde una cerveza a una vida juntos
Chuck y Helen Myers se vieron por primera vez en junio de 1961, en McGillin’s Olde Ale House. Desde aquel encuentro, la vida de ambos cambió para siempre. Tres años más tardes se casaron. Y en la actualidad son padres de dos hijos y abuelos de cuatro nietos, aún recuerdan con cariño el lugar donde se conocieron y atribuyen a este espacio un papel crucial en su relación.
Chuck, recién llegado a Filadelfia, captó la atención de Helen gracias a su vestimenta distintiva y su peinado. Por su parte, Helen también se sintió cautivada por el extraño que se acercó a ella con una cerveza en la mano mientras disfrutaba de una salida con sus compañeras de habitación. La conexión fue instantánea y Helen le dio su número de teléfono a Chuck, dispuesta a iniciar algo juntos.
El papel de McGillin’s, el bar donde se conocieron, es fundamental en esta relación. No solo sirvió como el escenario para su primer encuentro, sino que también se convirtió en un símbolo de su amor. Años después, Chuck le regaló a Helen un amuleto de oro con el grabado de McGillin y la fecha de su reunión, una joya que Helen todavía usa como testimonio de su historia de amor.
El bar dejó atrás las citas fallidas
Nace II y Regina Mullen se conocieron el 1 de enero de 2011 en el McGillin’s durante la celebración del Desfile del Día de los Mummers, después de haber tenido citas fallidas la noche anterior. Regina, que cumplía con una tradición anual, llegó temprano con amigos. Nace, invitado por un amigo en común, llegó más tarde y tuvo que esperar afuera en la fila. Una vez adentro, Nace se sintió atraído por Regina inmediatamente y comenzaron una conversación que se duró por horas. La pareja decidió ir a la casa de Nace, donde sacaron a pasear a sus perros, pusieron música de Frank Sinatra, bailaron y conversaron.
La atracción fue mutua desde el principio; Regina encontró a Nace atractivo y pensó que debía ser una persona normal al haberlo conocido por un amigo en común. En 2012 se casaron y un año después de la boda tuvieron un hijo, Nace III.
La pareja entiende que la atmósfera acogedora de McGillin’s es una de las razones por las que se formaron muchas conexiones amorosas allí. Nace, un ex vendedor de software retirado, y Regina, una ex psicóloga escolar, valoran la autenticidad y el ambiente no pretencioso del lugar. Celebran cada Año Nuevo en McGillin’s, recordando el lugar donde se conocieron y se enamoraron, manteniendo viva la nostalgia y el nuevo comienzo que representó para ellos.
Medio siglo de amor y destinos entrelazados
Marie y Bill Miller llevan más de 50 años, una unión que comenzó con un encuentro casual en 1962. Bill, entonces un joven que estaba en el Navy Yard, un sitio de la Armada de estados Unidos en Washington, vio por primera vez a Marie. Ella acababa de terminar un turno de enfermería. Aunque estaba en una cita con otra persona, Bill no dudó en acercarse a Marie y lograr obtener su número de teléfono.
Bill no permitió que la situación incómoda de su primer encuentro detuviera su interés. Llamó a Marie y planearon volver a encontrarse. El reencuentro no fue menos peculiar, Bill reconoció a Marie más por su silueta que por su rostro debido a la iluminación del lugar. Sin embargo, esta cita reforzó su atracción mutua e inició la relación. La situación cambió cuando Bill fue enviado a Japón por dos años. A pesar de la distancia y la falta de comunicaciones modernas, Bill le propuso matrimonio a Marie mediante una carta; ella aceptó.
Con el tiempo, Bill y Marie formaron una familia, con dos hijos y cuatro nietos. A pesar de los años y las distancias con sus hijos que viven en California y Hong Kong, Marie y Bill mantienen viva la esperanza de compartir con ellos el lugar donde comenzó su amor: McGillin’s.
Reavivando llamas del pasado
Ivy Jackson y Joseph Scott reavivaron su singular historia de amor tras más de dos décadas sin contacto. Ambos se conocieron trabajando en la cocina de McGillin’s Olde Ale House. Allí cruzaron sus caminos por primera vez en una escalera y generó un interés mutuo. A pesar de compartir un breve romance, la vida los llevó por caminos separados poco después de que Scott dejara el bar.
La pandemia del Covid-19 marcó el inesperado reencuentro de Jackson y Scott. Durante los primeros días de confinamiento, Jackson pensó en Scott. Reflexionó sobre los momentos felices que compartieron. Para su sorpresa, Scott la llamó un mes después. Sus largas conversaciones revivieron su amistad y, con el tiempo, Jackson reconoció que sus sentimientos por Scott habían florecido nuevamente.
Scott demostró visitaba frecuentemente el bar para llevar regalos a Jackson, expresando su afecto. Incluso con maneras que iban más allá de simples gestos, hasta ofrecerle una llave de su casa como símbolo de su compromiso en la relación. Esta serie de eventos culminó en noviembre de 2022, cuando Scott aprovechó la reunión del personal para decorar el bar para Navidad. Sorprendió a Jackson con una propuesta de matrimonio ante todos sus compañeros.