El mercado farmacéutico estadounidense está viviendo una revolución con la incorporación de medicamentos para la pérdida de peso como Ozempic, Wegovy, Mounjaro y Zepbound. Estos fármacos, que pertenecen a la clase de medicamentos GLP-1, han demostrado tener un impacto significativo en la reducción de peso corporal y la mejora de la salud en personas con sobrepeso u obesidad. La notoriedad de estos tratamientos ha crecido exponencialmente, tanto por los resultados positivos en la salud de los pacientes como por la preocupación en torno a su uso indebido con fines estéticos.
Los inhibidores de GLP-1 funcionan regulando el azúcar en sangre y enviando señales de saciedad al cerebro, lo que ayuda a los pacientes a reducir su ingesta calórica. Estos tratamientos, según expertos, han demostrado ser eficaces no sólo en el control del peso, sino también en la disminución del riesgo cardiovascular y el manejo de la diabetes. Sin embargo, el aumento de la demanda ha generado problemas de acceso y cobertura del seguro, con pacientes que llegan a pagar hasta 1,200 dólares mensuales por el tratamiento.
“Se trata de un gran avance científico, no sólo por el control del peso, sino por la reducción del riesgo cardiovascular y el tratamiento de la diabetes. La gente está cada vez más sana, y ése es el objetivo de la medicina. No se trata sólo de estar más delgado”, dijo a CBS News el Dr. Rekha Kumar, médico jefe de Found, una aplicación para adelgazar empleada por pacientes para recibir atención médica y conseguir Ozempic.
El interés por estos medicamentos ha trascendido el ámbito de la salud, atrayendo incluso la atención de Wall Street por su potencial de mercado. El analista Simeon Siegel señaló en entrevista con el mismo medio, la posibilidad de que el éxito de los fármacos GLP-1 repercuta en diversos sectores, desde la moda deportiva hasta las aerolíneas, en caso de que su uso se generalice.
Sin embargo, la preocupación por los efectos secundarios y la falta de datos sobre el impacto a largo plazo siguen siendo temas de discusión entre los expertos. “Una de las cuestiones de investigación activa que se está llevando a cabo en torno a esta clase de medicación en estos momentos es, ¿Qué ocurre cuando se deja de tomar? Creemos que la gente tiende a recuperar peso” aseguró la Dra. Mara Gordon, profesora asistente en Cooper Medical School de Rowan University.
Por otra parte, la Dra. Gordon, quien se considera una “médico cuerpo-positivo” aseguró que le preocupa la repercusión del uso de estos fármacos en lo relacionado con los estigmas: “El problema es la gordofobia. El problema es una cultura que discrimina a las personas por su tamaño corporal. Es un problema moral realmente grave al que se enfrenta nuestra cultura y la Ozempic es absolutamente parte de ello”.
Así funciona
Ozempic es un medicamento cuyo principio activo es el semaglutide, y aunque primordialmente está diseñado para el tratamiento de la diabetes tipo 2, ha ganado atención por su efecto secundario vinculado a la pérdida de peso.
El componente activo del Ozempic, el semaglutide, imita la acción del péptido 1 similar al glucagón (GLP-1), una hormona natural que regula el apetito y la ingesta de alimentos. Al activar los receptores de GLP-1, Ozempic promueve una mayor producción de insulina en respuesta a los niveles de glucosa en sangre, a la vez que inhibe la liberación de glucagón, hormona que aumenta los niveles de glucosa en la sangre.
Además, el medicamento puede ralentizar el vaciado gástrico, lo que ayuda a las personas a sentirse saciadas durante más tiempo después de comer, reduciendo así la cantidad de alimentos consumidos y, potencialmente, contribuyendo a la pérdida de peso.
Es importante mencionar que Ozempic no está aprobado como un medicamento exclusivo para adelgazar, su uso como tal debería considerarse sólo bajo estricta orientación médica, ya que su principal indicación es el manejo de la diabetes tipo 2. Cualquier consideración de Ozempic para la pérdida de peso debe tomar en cuenta los posibles efectos adversos y el perfil de salud del paciente. A su vez, debe integrarse en un plan de manejo de peso que incluya dieta, ejercicio y cambios en el estilo de vida.