La expectativa de vida, es decir la edad promedio que la gente alcanza en un país, suele ser uno de los mejores indicadores de desarrollo y calidad de vida en el mundo. Es simplemente lógico que en lugares donde las personas se mueren más jóvenes haya una correlación con una baja calidad de vida.
Por eso llama la atención que la principal economía del planeta no tenga buenos resultados en este indicador. Según un nuevo estudio publicado en la revista científica American Journal of Public Health, la expectativa de vida de los Estados Unidos hasta 2021 (última fecha en la que se han podido comprobar datos) es de 76,1 años y que 56 países en el mundo tienen una mejor expectativa de vida que este país. Algunas de esas naciones, incluso siendo lugares muy pequeños y mucho más pobres o convulsionados que Estados Unidos, como el Líbano o Albania.
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El estudio indica que el alto costo de la medicina, la calidad de la comida, los niveles de estrés y el acceso a las armas pueden ser todos factores que contribuyan a que la gente muera más jóven en Estados Unidos que en otros lugares del mundo.
“La escala del problema es mucho mayor de lo que pensábamos. Es un tema más antiguo de lo que pensábamos, y el número de países que en este sentido están mejor que Estados Unidos es mucho mayor de lo que creíamos”, indicaba el Dr. Steven Woolf, autor del estudio y director emérito del Centro de Sociedad y Salud de la Universidad Virginia Commonwealth en Richmond.
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Pero lo más curioso del estudio fue entender que este es un problema que Estados Unidos enfrenta desde hace más tiempo del que originalmente se creía. Como ocurrió en casi todo el mundo, a comienzos del siglo XX, hacia la década del 20, Estados Unidos vio un dramático incremento en la expectativa de vida gracias al avance de la ciencia y las condiciones sanitarias. Hasta los años 50, el índice siguió creciendo, al punto de que en 1950 era el 12° país del mundo con la más alta expectativa de vida. Pero a partir de 1955 la expectativa de vida dejó de crecer, al punto de que para 1968 Estados Unidos había caído al puesto número 29 del ranking mundial.
“Cuando antes nos preguntaban cuál fue el origen de este problema, solíamos hablar de la década de los 80. Pero creo que se debe a que no habíamos ido más lejos en datos históricos para entender qué pasaba antes. La caída de los 50 abre preguntas acerca de qué fue lo que ocurrió entonces”, explicaba el Dr. Woolf.
Según el estudio, la expectativa de vida comenzó a crecer en 1974, pero el aumento se desaceleró hacia 1983. Desde entonces, el nuevo fenómeno volvió a verse con el COVID-19, que disminuyó por primera vez en décadas la expectativa de vida.
Los investigadores concluyen que la expectativa de vida tiene más que ver con un tema sistémico que con decisiones personales que estén en nuestras manos controlar.
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