El castillo de República Checa que esconde el segundo tesoro más valioso del país: una joya de orfebrería con los restos de San Mauro

Este objeto data del siglo XIII y guarda una de las historias más interesantes del país. Por su parte, el castillo se ha convertido en todo un reclamo turístico en la región de Bohemia

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Castillo y palacio de Bečov, en República Checa (Shutterstock España).
Castillo y palacio de Bečov, en República Checa (Shutterstock España).

La República Checa, ubicada en el corazón de Europa, es un país que combina una rica herencia histórica con una vibrante cultura contemporánea. Conocida por su impresionante arquitectura, que abarca desde castillos medievales hasta elegantes edificios barrocos y modernistas, el país ofrece una variedad de paisajes urbanos y naturales que la convierten en un destino turístico único. Praga, su capital, es una joya arquitectónica que atrae a millones de visitantes cada año, pero más allá de esta ciudad, el país esconde encantos igualmente fascinantes, como los tranquilos pueblos de Bohemia, las majestuosas montañas de los Sudetes, y los balnearios históricos de Moravia.

Precisamente en uno de esos pequeños pueblos, en Bečov nad Teplou, se ubica uno de los monumentos más especiales y valiosos de República Checa. Estamos hablando del castillo y palacio de Bečov, un conjunto único de edificios históricos, entre los que destacan el castillo gótico, el palacio renacentista y el palacio barroco. Pero, más allá de su arquitectura y valor histórico, este espacio es uno de los más relevantes del país al albergar la segunda reliquia más valiosa de la República Checa: el relicario de San Mauro.

La construcción del castillo

Castillo y palacio de Bečov, en República Checa (Shutterstock España).
Castillo y palacio de Bečov, en República Checa (Shutterstock España).

La construcción del castillo de Bečov comenzó alrededor de la primera mitad del siglo XIV, “siendo la primera referencia fiable en el año 1349, cuando los propietarios de la mansión de Bečov, la Casa de los Señores de Osek, más tarde de Rýzmburk, expidieron un certificado de su existencia”. Su levantamiento se hizo en varias fases y comenzó con la edificación de una torre de defensa y un palacio residencial en lo que hoy es el castillo superior. A partir de 1352, se inició la construcción de una nueva torre que, en su diseño original, estaba destinada a ser una residencia.

Sin embargo, los planes cambiaron y en los tres pisos de la torre se construyó la capilla de la Visitación de la Virgen María. A diferencia de lo habitual, el altar no se orientó hacia el este, sino hacia el norte debido a la disposición espacial. En el interior de la capilla se conserva un conjunto excepcional de pinturas murales al seco, que datan aproximadamente de 1360.

Posteriormente, alrededor de 1356, se construyó cerca de la torre de la capilla una imponente torre residencial conocida como la torre del homenaje, una de las más grandes de Bohemia. Los muros de la habitación privada del señor del castillo en esta torre estaban decorados con pinturas del gótico tardío. Tanto la torre residencial como la torre de la capilla fueron conectadas mediante una muralla, consolidando así la estructura defensiva y residencial del castillo.

Los siglos posteriores

Castillo y palacio de Bečov, en República Checa (Shutterstock España).
Castillo y palacio de Bečov, en República Checa (Shutterstock España).

En 1495, el Castillo de Bečov fue adquirido por la familia Pluh de Rabštejn, quienes, gracias a la riqueza obtenida de la minería de estaño en Slavkovský les, realizaron significativas mejoras en la fortaleza. Modificaron el interior de la torre del homenaje y reconstruyeron la parte más antigua del castillo en estilo renacentista, creando lo que hoy se conoce como las Casas Pluh. Además, conectaron la torre del homenaje con la capilla mediante un comedor representativo, destinado a eventos sociales como banquetes y fiestas.

Durante la Guerra de los Treinta Años, en 1624, el castillo pasó a manos de la familia Questenberk, quienes lo usaron principalmente con fines agrícolas. Bajo su posesión, el castillo fue ocupado por la guarnición imperial hasta 1648, cuando el general Königsmark conquistó la fortaleza y capturó a los soldados que la defendían. Después de la guerra, los Questenberk mejoraron las defensas del castillo construyendo un bastión de cañones, que más tarde fue incorporado a una torre barroca en el siglo XVIII.

Ya en 1813, Friedrich August Beaufort-Spontin adquirió la propiedad, y su hijo Alfred Beaufort-Spontin, en 1838, compró a la Iglesia el relicario de San Mauro. Este es uno de los mayores tesoros del país, de hecho, es segundo artefacto de orfebrería más valioso del país. Por su parte, después de la Segunda Guerra Mundial, los últimos propietarios tuvieron que abandonar el señorío por haber colaborado con la Alemania nazi.

El relicario de San Mauro

El relicario de San Mauro, en el castillo de Bečov, Replúbica Checa (Shutterstock España).
El relicario de San Mauro, en el castillo de Bečov, Replúbica Checa (Shutterstock España).

Como ya bien se ha destacado, el relicario de San Mauro es el objeto más relevante que se encuentra dentro del castillo, pero su historia no dista del significado que alberga. Así, este elemento fue enterrado bajo el suelo de la capilla del palacio de Bečov al final de la Segunda Guerra Mundial. Los propietarios de entonces, colaboracionistas con el régimen nazi, lo ocultaron con la esperanza de que algún día podrían regresar para recuperarlo. Durante décadas, el relicario permaneció en el olvido, hasta que en los años 80, un comprador extranjero comenzó a negociar con el estado checoslovaco la adquisición de un objeto de valor no especificado.

Este interés despertó las sospechas de las autoridades, quienes iniciaron una investigación detallada. La operación para localizar el relicario fue compleja y estuvo a cargo de un equipo de los mejores criminalistas de Checoslovaquia. Finalmente, en 1985, lograron descubrir el escondite del cofre en el castillo de Bečov, poniendo fin a un misterio que había durado casi 40 años. El caso, por su intrincada trama y la naturaleza del objeto en cuestión, inspiró incluso una novela policíaca.

El relicario, que data del siglo XIII, fue hallado en un estado de conservación delicado, lo que motivó una minuciosa y prolongada restauración. Este proceso, realizado por los más experimentados restauradores checos, devolvió al relicario su esplendor original y se convirtió en un modelo de trabajo de conservación patrimonial en el país.

Hoy en día, la fascinante historia del relicario de San Mauro, desde su enterramiento hasta su redescubrimiento y restauración, es el tema central de una exposición en los interiores del palacio de Bečov. La muestra no solo detalla el proceso de recuperación y restauración del relicario, sino que también ofrece a los visitantes una visión profunda del contexto histórico y cultural en el que este objeto fue creado y posteriormente ocultado.

Este castillo está ubicado en Eslovenia, ante un precipicio de 123 metros sobre el arroyo Lokva
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