En el mundo del deporte colectivo de equipo uno de los que más valores de respeto transmite es el del rugby. Lejos de parecerse al fútbol, deporte rey que es protagonista de episodios vergonzosos cada semana, esta modalidad destaca por las enseñanzas que transmite tanto a aficionados como a los practicantes. A pesar de ello, es una disciplina que también posee cierta dureza durante el desarrollo de su competición. La alta velocidad y la fuerza empleada en la defensa es causante de la amplia mayoría de lesiones que se producen en su práctica.
La magnitud de los impactos son tales que hay ocasiones en las que los golpes son causantes de lesiones años de gravedad. Este ha sido el caso de Mathias Dantin, un joven jugador 17 años que ha quedado tetrapléjico tras recibir un placaje por parte de uno de sus rivales. Tras ese suceso, el chico estuvo meses bajo cuidados intensivos que se mantienen, pero ya en su hogar junto a sus padres, que describen “vivir alrededor de Mathias y solo para Mathias”, como recoge el medio francés France Info.
La justicia juzga al rival por “agresión”
A pesar de ser un lance del juego fruto de la tensión y competitividad del partido, la justicia ha decidido perseguir el acontecimiento para condenarlo e investigarlo como una “agresión”. La razón se sujeta en el que el contrario golpeó a Mathias cuando este ya no tenía el balón en propiedad, con la mala fortuna que se le inclinó la cabeza hacia delante con un daño irreparable en la zona cervical tras el impacto contra el suelo. Por tanto, el presunto agresor de ya 20 años será juzgado en el Tribunal Penal de Tarbes por esa entrada peligrosa en el encuentro entre Saint-Pierre de Tarbes y Notre-Dame-de-Garaison.
En el transcurso del juicio, los padres de Mathias “no esperan grandes sanciones”, pero sí que tienen un deseo a cumplir durante la instancia: “Nos gustaría que supiera real y profundamente lo que hizo (…) Este gesto debe quedar grabado en él”, es su afán. A pesar de ese sentimiento, hay otro que se apodera también de los progenitores y que es todavía más fuerte. “Tengo un nudo en el estómago y tengo miedo de no ser escuchado, de no ser reconocido”, es su confesión.
La nueva vida de la familia y Mathias
Una vez pasado ese periodo de shock, ahora la familia tiene que adaptarse a un nuevo modelo de vida ligado a la dependencia de su hijo. El transcurso de Mathias ha cambiado en cuestión de segundos a una temprana edad, que ha afectado el desarrollo familiar. “Mi esposa no trabaja desde el 14 de diciembre de 2022. No duerme por las noches”, describe el padre. “Yo paré mi actividad hace un año”, añade para mostrar todo el impacto que el accidente deportivo ha tenido en sus rutinas.
Ahora, la unidad familiar se arropa en cuidar de su hijo, que necesita cuidados especiales y atenciones que necesitan de tiempo y cariño. “Mathias necesita a alguien las 24 horas del día. 24, día y noche”, comparte el progenitor. La situación es compleja y será imposible de olvidar y de perdonar, como así dejó ver el padre en la entrevista. “Todo se puede disculpar, pero no perdonar”, detalla. Además, deja ver que el autor de los hechos ni siquiera se ha acercado a la familia y a la víctima en los dos años que han pasado desde la temeridad. “Fue un ataque”, sentencia el padre que busca justicia.