Rafael Nadal Parera afronta sus últimos días como tenista profesional tras una carrera llena de éxitos con 22 Grand Slams a sus espaldas. El rey de la Philippe Chatrier encara el reto final en su longeva carrera deportiva: ganar la séptima Copa Davis para España. La duda estaba en si el de Manacor sería de la partida o no, pero el afán competitivo del español es incuestionable, por lo que Nadal será el que busque inaugurar el marcador español tras confirmarse que saldrá a posta para el primer encuentro de la serie frente a Países Bajos.
Tras estas eliminatorias finales del campeonato de naciones, el balear colgará definitivamente la raqueta para poner fin a un carrera plagada de triunfos, pero también de lesiones recurrentes. Desde sus inicios, el español ha tenido que lidiar con dolores que le han limitado el poder dar su mejor nivel en su trayectoria deportiva. La más destacada es la que sufre desde el 2005: una patología crónica en su pie izquierdo llamada comúnmente como síndrome de Müller-Weiss. “Era infeliz, pensaba que tenía que dejarlo”, expresaba Nadal para Marca y As sobre la lesión.
Qué es el síndrome de Müller-Weiss y que supuso para Rafa
Esta patología que sufre Nadal desde sus primeros años en el tenis es una afección rara del pie que se caracteriza por una deformidad en el hueso escafoides y por degeneraciones de desgaste en los huesos cercanos al mismo, según el informe de la Organización Nacional de Trastornos Raros (NORD).
El balear fue diagnosticado con esta enfermedad a los 18 años, cuando por primera vez sufrió dolores que finalmente concluyeron con el diagnóstico del síndrome. Además, el año anterior, en el 2004, el tenista tuvo una fractura del escafoides izquierdo, lo que puede tener influencia también en la enfermedad que padece de forma crónica. Por lo general, se siente un dolor persistente en la zona interior del pie, sin que se haya producido ningún mal giro o golpe. Tras varios días, ese daño se vuelve más intenso y empeora con la actividad deportiva con la carga de peso en la zona.
Se puso en duda su carrera, que se vio condicionada por ello
Tras conocerse esta afección del escafoides crónica para el mallorquín, el mundo del tenis y miles de aficionados vieron muchas posibilidades de que la trayectoria profesional de Nadal había acabado. Sin embargo, la mentalidad del español y su sacrificio le permitieron seguir adelante en una carrera que ya es historia del deporte mundial. No obstante, el balear ha manifestado en reiteradas ocasiones la dificultad y los dolores que sufre a diario por culpa de orzar su cuerpo al límite.
Ese síndrome dio tregua, a pesar del sufrimiento detrás de lo que el público veía en la pista. Los dolores seguían en su rutina, pero le dejaban competir al máximo nivel al menos. Sin embargo, en tres ocasiones le hizo tener que abandonar el circuito por culpa de esa afección crónica. Así, en 2005 y 2006 tuvo una pausa que posteriormente en 2022 y 2023 se repitió.
Incluso, más allá de esa enfermedad, el balear ha tenido que pasar por otro tipo de lesiones que le han marcado la carrera deportiva. Algunas de las más destacadas fueron las que tuvo en su rodilla en 2009 y 2012 o las de muñeca en 2014 y 2016.
