El futbolista profesional que dejó el fútbol tras sufrir dos conmociones cerebrales: “Para un cambio, tenemos que esperar a que ocurra una tragedia”

Uno de los sueños más comunes en la vida de las personas es el de triunfar en el mundo del deporte y llegar a la máxima élite en una determinada disciplina. Se trata de un deseo que millones de jóvenes comparten y que tan solo un ínfimo porcentaje termina consiguiendo. Este es el caso de Florent Duparchy, un veinteañero francés que ha logrado escalar hasta el fútbol profesional de Francia. Así, el guardameta logró firmar, entre otros, un contrato con el Stade de Reims, uno de los diez clubes más laureados de Francia con 13 títulos de liga.

Sin embargo, ese sueño se ha visto frustrado a una edad más prematura de lo habitual. El chico ha tenido que poner fin a su carrera como jugador de fútbol profesional a su actual edad de 23 años. La decisión llega tras dos problemas de salud graves que sufrió durante su estancia en Reims, que le han provocado daños irreversibles que han llevado a los médicos a recomendarle que se aleje de los terrenos de juego.

Consecuentemente, Duparchy anunció en sus redes el pasado mayo su decisión de retirarse del fútbol. Sin embargo, ahora vuelve a los focos por su lucha contra el club Stade de Reims por una supuesta negligencia de actuación frente a estos accidentes cerebrales que sufrió en 2022 y 2023. Además, se muestra pesimista con la posibilidad de que se lleve a cabo cambio con estos accidentes.

“Tengo la impresión de que, para que se produzca un cambio real, simplemente tenemos que esperar a que ocurra una tragedia”, explica. “Espero que no ocurra, pero un caso como el de Ángel Gomes tendría que ocurrirle a un jugador como Mbappé. Eso sacudiría las cosas”, añade, para dejar ver que si fuese alguien muy importante sí tendría repercusión para lograr ese cambio.

El portero fue víctima de una doble conmoción cerebral que para los médicos es incompatible con el fútbol. En 2022 sufrió su primer accidente tras recibir un rodillazo en la mandíbula que le provocó varias fracturas. Además, según medios franceses como 20 Minutes, no habría acudido a ningún neurólogo, por lo que el club Stade de Reims no habría seguido aquello que establece el reglamento de la Liga de Fútbol Profesional.

Tan solo tres meses después, el joven portero volvió a los entrenamientos, aunque acusaba dolores de cabeza y algún malestar. Al poco tiempo, un golpe tras un balonazo en la cabeza le causó la segunda conmoción, que, para sorpresa de muchos, no le privó de jugar 24 horas después con el filial del club a pesar de no estar bien. “Sentía un gran dolor de cabeza, náuseas, sensación de ganas de vomitar, incluso cuando entrenaba”, explica en Le Parisien. Tras ese último traspié, esta vez el jugador sí acudió a los especialistas para obtener un diagnóstico, que finalmente le causó una baja de seis semanas.

Más allá de su baja y recuperación en varias semanas, el futbolista experimentó de nuevo los síntomas mientras entrenaba con el que iba a ser su nuevo club, pero con el cual todavía no había firmado ni llegó jamás a firmar.

El exportero se encuentra en un proceso judicial que ya tiene un año de trayecto, pero que aún no ha visto su fin. El jugador ha llevado al club a los tribunales porque no se hicieron bien las cosas con sus lesiones y por “poner en peligro a terceros”.

Así, les acusa de haber subestimado su seguimiento médico. “Tuve que buscar mis propios médicos en Lyon, sin apoyo ni salario”, explica para mostrar el descuido que sufrió en esos momentos de lesión durante tiempo de trabajo bajo responsabilidad de la entidad.