“Tengo un problema en el abdominal desde hace dos meses, desde que volví de Australia”, explicaba Rafa Nadal el pasado sábado, cuando acudió a ver in situ la final copera del Mallorca en Sevilla. Ese mismo día, el mejor tenista español de todos los tiempos, y para algunos el deportista más sobresaliente que ha dado nuestro país, hizo, a pesar de las dificultades con las que se está encontrando desde la pasada temporada, toda una declaración de intenciones: “No descarto nada. No descarto estar en Barcelona la semana que viene ni estar en Madrid”. Con esa ambición pasará a entrenarse en la Ciudad Condal desde este miércoles.
En las instalaciones de un ATP 500 barcelonés, el Conde de Godó de toda la vida, que ha conquistado hasta en 12 ocasiones, Nadal tratará de sobreponerse a su nuevo contratiempo físico. Con apenas tres partidos oficiales en 2024 (más la exhibición amistosa de Netflix contra Carlos Alcaraz), el ahora número 646 del ranking mantiene muy viva la ilusión de reincorporarse al circuito masculino. No podía ser de otra manera con un legado como el suyo. 22 Grand Slam merecen un último baile a la altura de las circunstancias. Siempre y cuando estas últimas permitan la mejor de las despedidas.
Tomás Fernández Jaén, jefe de servicio de Medicina y Traumatología del Deporte de la Clínica CEMTRO y secretario de la comisión médica de LaLiga, entre otros cargos, conoce a fondo cómo puede ser el dolor abdominal entre los deportistas. “Los que son intraabdominales son normalmente intestinales o de cólico nefrítico. El deportista toma una dieta que no ha absorbido antes de empezar a hacer ejercicio o ha tenido espasmos intestinales por la comida que ha tenido una o media hora antes de hacer ejercicio. Son los dolores abdominales del deportista, que son los pinchazos y los agarrotamientos que muchas veces tienen, porque son espasmos de defensa. Eso ya lo tienen dominado. Por eso no se hace ejercicio hasta que no pasan dos horas de la comida, se toman alimentos que son fácilmente absorbibles por el intestino, etcétera. Hay una serie de condicionamientos nutritivos que se hacen preejercicio para que no te pase eso”, explica primero a Infobae España.
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“El segundo condicionamiento que puede causar dolor es la pared abdominal”, añade el médico: “Los deportes que fundamentalmente son de giros pueden tener lesiones de los músculos oblicuos, que son los que hacen el giro del tronco sobre la pelvis. Los deportes como el tenis o el lanzamiento pueden tener afectación del recto anterior. En un smash, en un lanzamiento, el músculo que se tiene que contraer para aumentar la velocidad del lanzamiento del saque o del mate es el recto abdominal contralateral al brazo que ejecuta la acción. Es decir, si yo voy a hacer un saque con la mano derecha, el que tiene que hacer la fuerza máxima tiene que ser el recto anterior abdominal izquierdo. De ahí que en algunas ocasiones se pueda romper y provocar dolor por sobreuso, sobrecarga e incluso agujetas de ese músculo”. En resumen, “la fuente del dolor abdominal puede ser intraabdominal, de pared abdominal, dependiendo del gesto deportivo predominante en ese tipo de deporte, por debilitamiento de distintas estructuras y por traumatismo o rotura de los distintos espacios”.
Más concretamente, en el tenis el abdomen puede lesionarse “por debilitamiento del anillo inguinal, por el recto anterior y por los oblicuos, por el movimiento de torsión de giro tanto en el saque como en el lanzamiento”: la mayor afectación se da “en el movimiento más explosivo, más intenso y más brusco”. Miguel Moreno, presidente de la Asociación Española de Fisioterapeutas del Deporte (AEF-D) y fisioterapeuta del CB Clavijo (LEB Oro, segunda categoría del baloncesto español), también lo sabe bien. “Es una musculatura que sufre mucho y que sufren mucho los tenistas. Sobre todo, en la parte profesional. El gesto en el que más sufre toda la zona abdominal, fundamentalmente, es el saque. Es un gesto donde hay una palanca muy grande, que hace que el músculo abdominal se extienda mucho, se estire, para luego poder imprimir una gran fuerza y una gran velocidad al movimiento. A mayor rango, mayor posibilidad por esas palancas de generar un movimiento o un gesto deportivo que va a ser muy explosivo y con alta inercia”, detalla a este periódico.
“En el tenis, la musculatura abdominal es una musculatura muy potente, que tiene que estabilizar mucho. Hay muchos movimientos de rotación en los que esa musculatura también se ve comprometida”, recalca Moreno. Y lo ejemplifica: “Yo quiero lanzar una jabalina. ¿Qué haces? Adelantas la pierna contraria, retrasas y rotas el tronco hacia atrás y echas el brazo hacia atrás para luego lanzar. Primero cargas energía y luego sueltas la energía. Ese es el lanzamiento. Eso mismo es prácticamente lo que tenemos en el tenis, pero con mucha más violencia. Con una raqueta que te alarga las palancas y que hace que todavía sufra mucho más esa zona abdominal. Los saques, las voleas, los golpeos de derecha en abierto… Son acciones donde a nivel del tenis esta zona abdominal sufre mucho, porque tiene que estabilizar y en posiciones de desventaja mecánica generar grandes picos de fuerza”.
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El doctor Fernández Jaén va en la misma línea. “En el saque del tenis, tú ves que tiene hiperextensión. Supongamos que es con la mano derecha. Tiene hiperextensión de hombro, rotación hacia el lado derecho, hiperextensión de columna… Y todo eso se voltea hacia adelante haciendo rotación interna y haciendo flexión de columna y rotación hacia el lado izquierdo para tener potencia en el saque”, nos cuenta.
“Te puede limitar la potencia de golpeo, de lanzamiento”
“Si es una lesión aguda, una rotura, el diagnóstico clínico es muy sencillo: te obliga a parar. Puedes continuar, pero con una merma muy importante de tus capacidades físicas. Ni vas a poder hacer golpeos de gran amplitud ni vas a poder hacer golpeos de grandes fuerzas. Estás muy limitado. Para jugar conmigo o contigo, no tiene ningún problema. Pero para ponerse a competir en élite, sufre”, expone Moreno. “Si es una lesión importante, te puede limitar la potencia de golpeo, de lanzamiento. Hoy en día, los grandes campeones se diferencian del resto en que sacan milésimas de segundo, un poquito más de potencia, la sobrecarga, la capacidad de resistencia, la tolerancia. No hay tanta diferencia como antaño, que entre el primero y el segundo había diez, cinco, tres segundos de diferencia. Son pequeños gestos que si tú pierdes la potencia, la chispa, la intensidad o la fuerza… No la técnica o el talento. La fuerza, la potencia. Eso en tenis o en lanzamiento es importantísimo”, le sigue Fernández Jaén.
¿Cómo abordar la situación? “Si solamente es una rotura muscular al uso, no hay problema. Tienes que parar, eso va a cicatrizar. Haces el tratamiento de fisioterapia. Si ves que hay esa rotura, le puedes poner, incluso desde un punto de vista médico, unas infiltraciones de plasma. Luego haces todo el trabajo de preparación de la vuelta a la actividad con el trabajo de fisio de readaptación y ya pasas a manos del preparador físico para devolverte otra vez a pista. Empiezas haciendo golpeos tranquilos. Con la raqueta a la altura de la cintura, sin ningún problema. Luego, poco a poco, le vas metiendo rotaciones, vas aumentando el estiramiento del abdominal y los diferentes posicionamientos de pierna para hacer esta cadena de aductor, abdominal y toda la musculatura del brazo. Poco a poco, vas evolucionando en complejidad e intensidad de las acciones y en rangos de movimiento. Al final, ya nos ponemos a entrenar y luego ya a competir”, responde nuestro fisioterapeuta de cabecera.
Hay un aspecto muy a tener en cuenta cuando hablamos de la zona abdominal. “La cadera, el abdomen y la columna son una cadena cinemática. Lo que no haga de rotación la cadera lo tiene que compensar a costa de la rotación de columna. Por eso, a los golfistas o los tenistas, si empiezan con dolor de columna, les tienes que mirar la cadera. Y si empiezan con dolor de cadera, les tienes que mirar la columna. Porque muchas veces son por sobrecarga. Porque uno de los dos eslabones mecánicos no trabaja bien. Entonces, sobrecarga al otro. Tiene que compensar con el otro eslabón”, puntualiza Fernández Jaén.
Moreno es muy consciente de ello. “En un contexto normal, tienes o una rotura aguda que tiene una evolución relativamente buena (con esto convivimos, aquí no pasa nada) o tienes una lesión ya instaurada. Que ya no es un punto concreto, sino que es toda una cadena. Ahí influyen la cadera, la lumbar, la sínfisis púbica, los aductores, los abdominales, la musculatura del hombro… Ya hay que verlo con una perspectiva y tratarlo con esa perspectiva y entendiendo esa complejidad”, analiza. “Lo más importante es hacer una buena valoración, un buen diagnóstico. El diagnóstico ecográfico es muy bueno y se puede complementar con la resonancia. Y luego una buena valoración física y funcional. Tenemos plataformas de fuerza, dinamometrías, electromiografía, termografía, más todos los test ortopédicos. Con todo esto, tú lo que te haces es una visión, una idea de lo que realmente tienes. Cuál es el problema, cuáles son los eslabones débiles que tiene mi jugador, qué es lo que yo tengo que trabajar y entonces ya ponernos a ello”, completa.
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“Lo que marca es la técnica. Dentro del mismo deporte, puede haber variaciones individuales por la técnica de cada uno”, resalta Tomás Fernández Jaén. En esa misma idea profundiza Moreno: “No son las mismas las necesidades ante una lesión abdominal de un pívot que de un base, por ejemplo. O no es lo mismo un tenista que su mayor virtud es el saque o uno que su mayor virtud es el golpeo de derecha. Al final, el deporte y el deportista tienen su idiosincrasia, y eso es lo que nos va a marcar también cuáles son las necesidades que tenemos que trabajar. Nos va a permitir intentar entender por qué esta lesión ha llegado, por qué se ha instaurado, por qué se ha cronificado. Y entonces intentar plantear cuál es el trabajo que tenemos que hacer para conseguir la recuperación y la vuelta otra vez a la actividad”.
El Masters 1000 de Montecarlo no contará con Nadal. Tampoco con un Alcaraz que ha replicado la baja del manacorense, en su caso por una lesión en el pronador redondo del brazo derecho. El deporte de la raqueta se mantiene en vilo, a la espera de saber si los dos podrán competir en Barcelona a partir de la próxima semana. El concurso de Rafa, por su inactividad reciente, es el que más se anhela. Todo pasa por ganarle la batalla al abdominal, ese contrincante presente en su propio organismo. “Es algo con lo que en el deporte convivimos permanentemente. En el atletismo, el tenis, el balonmano, el fútbol... Es muy importante comprender realmente la magnitud del problema y la cantidad de pasos atrás que tienes que echar a veces en la lesión para tener una visión lo suficientemente amplia del sistema y poder resolver, o intentarlo, la lesión del jugador”, sentencia Miguel Moreno.