Marta Garijo
Madrid, 24 nov (EFE).- Permitir conexiones en lugares remotos, facilitar conexiones del internet de las cosas (IoT) y, en especial, desarrollar comunicaciones más seguras en un momento crítico para la Unión Europea; estas son algunas de las aplicaciones que tendrá el proyecto Iris2, una constelación de 290 satélites multiórbita, que está más cerca de ver la luz.
Tras la adjudicación hace unas semanas al consorcio SpaceRise, en el que participa Hispasat, ahora ultiman la firma del contrato, prevista para diciembre, de este proyecto de colaboración público-privada que cuenta con un presupuesto aprobado hace dos años de 2.400 millones de euros.
"El espacio es hoy una dimensión clave del escenario geopolítico. Como hemos visto en los conflictos que vivimos recientemente en el ámbito internacional, es fundamental que los países cuenten con una autonomía estratégica que garantice las comunicaciones seguras y críticas de un país", explica a EFE Miguel Ángel Panduro, consejero delegado de Hispasat.
En concreto, se refiere a ejemplos como el control de fronteras, la gestión de crisis humanitarias o la conexión de infraestructuras clave.
"Iris2 va a permitir a Europa estar a la vanguardia de la tecnología espacial porque quiere impulsar la innovación y el crecimiento dentro de la industria espacial europea, mientras establece estándares globales en comunicaciones por satélite", añade Panduro.
El contrato de concesión por 12 años se basa en una asociación público-privada para adquirir este sistema de satélites en varias órbitas, que proveerá servicios gubernamentales, pero también comerciales.
Así, el consorcio está integrado, además de por Hispasat, por otros dos operadores de redes de satélites europeos, SES y Eutelsat; junto con un equipo central de subcontratistas europeos para desarrollar todo el ecosistema de comunicaciones formado por Thales Alenia Space, OHB, Airbus Defence and Space, Telespazio, Deutsche Telekom, Orange, Hisdesat y Thales SIX.
Además de llegar en un momento geoestratégico crítico, el proyecto Iris2 (Infraestructura para la Resiliencia, la Interconectividad y la Seguridad Satelital) se está desarrollando en un periodo clave para el sector donde la entrada de Elon Musk en la industria aeroespacial, con su empresa SpaceX y su área de conexión por satélite Starlink, ha supuesto una revolución para el negocio.
En EEUU, también el gigante Amazon ha lanzado una iniciativa para proveer internet por satélite a nivel comercial, el proyecto Kuiper, que prevé desplegar miles de satélites de órbita terrestre baja.
"La irrupción de actores como Elon Musk ha tenido un gran impacto global, no solo en EEUU, en un sector tradicionalmente dividido entre fabricantes, lanzadores, operadores y prestadores de servicio. La propuesta de Musk aglutina todos esos elementos en una sola compañía, mediante una integración vertical de todo el negocio, y lo hace, además, gracias a un enorme músculo inversor", apunta Panduro.
La industria espacial en España facturó 1.200 millones de euros en 2023, lo que todavía representa una cifra relativamente pequeña si se compara con otras áreas como la aeronáutica (9.927 millones de euros) o la defensa y seguridad (8.042 millones), según las cifras del último informe de la Asociación de Defensa, Seguridad Aeronáutica y Espacio (Tedae).
Aunque las perspectivas parecen ir al alza, como muestra la facturación del sector creció un 12,3 % en el último ejercicio respecto al año anterior.
Jorge Potti, vicepresidente de Tedae, explica a EFE que el sector espacial es una industria muy joven y que se esperan tasas de crecimiento elevadas para los próximos años, de doble dígito en los próximos 30 o 40 años.
"Se está produciendo una democratización del espacio", señala Potti al explicar que la entrada de Musk en la industria ha supuesto un "abaratamiento" en el lanzamiento de los satélites, algo que hasta el momento había sido una barrera de entrada.
Esta constelación de satélites tendrá una aplicación práctica tanto para ciudadanos, como para empresas o procesos industriales
"Supone, por un lado, garantizar que su país va a contar con una red de comunicaciones resiliente y segura que dependerá de Europa y con la que sus gobiernos podrán atender, como decía, sus necesidades de una manera rápida y eficiente, sin depender de terceros", explica Panduro.
El directivo añade que también permitirá conectar a los aún no conectados, incluso en las zonas más remotas, algo que es especialmente relevante para lugares donde el despliegue de otro tipo de redes es muy complicado, y que permitirá que el sector espacial europeo incremente su posición competitiva a nivel mundial.
En los últimos tiempos, los satélites de órbita baja, que estarán presentes en el proyecto Iris2 y son los que utilizan Musk y Amazon, han captado la atención de la industria porque suponen algunas ventajas frente a otras tecnologías como puede ser una menor latencia, el tiempo en el que tarda en llegar una respuesta.
Inmaculada Sánchez, presidenta de la Asociación Española de Ingenieros de Telecomunicación de Madrid, explica a EFE que por sus características pueden ser útiles para aplicaciones IoT como, por ejemplo, las ciudades inteligentes donde la gestión de tráfico sería en "tiempo real".
Sánchez señala que, además, donde hay una gran ventaja en el uso de este tipo de satélites en conseguir llegar a aquellas zonas más remotas, como puede ser una plataforma petrolífera en medio del océano, o en lugares donde no se ha desplegado otro tipo de redes como la fibra y pone de relevancia el papel de los ingenieros de telecomunicaciones en estos desarrollos. EFE
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