Barcelona, 18 nov. (EFE).- El conocido traumatólogo de deportistas Ramon Cugat, fundador del Instituto Cugat, ha recomendado este lunes intervenir lesiones parciales de ligamento cruzado anterior (LCA) mediante factores de crecimiento, un tratamiento que reduce el dolor y reduce las recuperaciones.
Se trata de unas proteínas que tienen varias tareas dentro del cuerpo, que circulan por el plasma y las plaquetas, y, cuando hay lesiones parciales del LCA (no completas), pueden contribuir a regenerar el tejido con el cartílago evitando operaciones.
La carga de horas de ejercicio durante los entrenamientos y partidos, la mala elección del calzado dependiendo del tipo de césped o las pocas horas de descanso entre sesiones, son algunos de los factores que explican el crecimiento de la lesión de LCA.
"En 2007 llegaron a España los factores de crecimiento, pero cuesta que se crea que funcionan, pese a estar probados en el laboratorio", ha lamentado Cugat durante la presentación del III Informe del Instituto Cugat sobre la incidencia en la evolución del LCA en futbolistas.
Uno de los casos de éxito de este tipo de tratamiento es Joan Puig, jugador del Espanyol B que en enero de este año sufrió una rotura en el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda y que, después de sufrir una pequeña recaída en julio, acudió al doctor Cugat para analizar cuál era la mejor solución.
"Tuve un mal gesto, resbalé, y sufrí por si volví a romperme, pero el doctor vio que no hacía falta pasar por quirófano y me puso una férula de crecimiento", ha relatado el lateral izquierdo.
Después de ese tratamiento, que le inmovilizó la articulación durante un mes con una férula de 90 grados, ya ve la luz al final del túnel: "El ligamento respondió bien. Ahora ya corro y, si todo va bien, en un mes podré volver a competir en el campo", ha celebrado Puig.
Una lesión en aumento
La incidencia de lesión de ligamento cruzado anterior (LCA) aumentó un 10 % en jóvenes futbolistas mujeres y jóvenes futbolistas hombres entre 16 y 19 años entre los años 2016 y 2022.
Así se desprende del III Informe del Instituto Cugat sobre la incidencia en la evolución del LCA en futbolistas, en el que se ha realizado un estudio epidemiológico usando de muestra a 3.800 futbolistas federados en Cataluña que han sufrido esta lesión.
Concretamente, en el caso de los hombres jóvenes, la incidencia de lesión de LCA en este grupo es del 0,38 % en cadetes (de 14 a 16 años) y del 0,86 % en juveniles (de 16 a 19), es decir, que cuanto más mayores se hacen, el índice aumenta hasta casi triplicarse.
En cuanto a las mujeres, ellas se lesionan 3,5 veces más que los hombres en cadetes, y casi el doble de veces en juveniles.
"La diferencia entre sexos cuenta con factores hormonales, anatómicos o neuromusculares, pero también condiciones de los campos, horas de entrenamiento o contraprestación económica", ha afirmado el fisioterapeuta e investigador en la Fundación García Cugat Alfred Ferré.
Prevenir para no curar
Para reducir el volumen de casos desde los clubes más modestos a los más profesionalizados, los impulsores del informe apuntan a realizar una serie de ejercicios que pueden reducir hasta el 50 % las lesiones, haciéndolos 15 minutos antes de los partidos y de los entrenamientos.
Se trata de saltos y verticales, saltos laterales, genuflexiones de piernas, carreras al 75-80 % del máximo, apoyo del antebrazo y levantar una pierna y luego el lateral estático, entre otras acciones.
Según el doctor Cugat, con estos ejercicios y un buen descanso, se podrían curar bien las microlesiones que se producen durante los entrenamientos y partidos, ya que, si no, "con gestos simples, se puede romper el cruzado".
"Los propios futbolistas dicen que juegan demasiados partidos y suele haber presiones por parte de los clubes para avanzar la recuperación de ciertos jugadores. A veces también me discuto con padres, ¡antes no había tantas lesiones de cruzados en niños!", ha concluido Cugat. EFE
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