Madrid, 12 nov (EFE).- ¿Gotitas de limón? ¿Disfraz de frambuesa? ¿Una bufanda blanca? Las pseudoterapias son populares, pero pueden ser inútiles y peligrosas y en ningún caso deben sustituir a tratamientos basados en evidencia científica rigurosa, advierte el Ministerio de Sanidad en la nueva campaña contra las pseudociencias.
Además de esta campaña, el Ministerio de Sanidad cuenta con un plan contra las pseudoterapias en el que ha analizado varias de ellas como pilates, yoga, la terapia floral, la reflexología, el masaje tailanddés, la dieta macrobiótica o, más recientemente, la vacuoterapia, el taichí, la luminoterapia en salud mental, la respiración consciente o la aromaterapia.
Junto a ellas, actualmente está analizando la homeopatía, cuyo informe está terminando de actualizar, según ha indicado en sus redes sociales el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla.
La nueva iniciativa contra las pseudoterapias es la campaña "#EsPopularPeroNoCiencia", con la que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) quiere concienciar a la población sobre la importancia de distinguir entre tratamientos avalados por estudios científicos y estas prácticas que carecen de eficacia comprobada.
Como parte de ella, ha puesto en marcha también la web saludconevidencia.es, que recopila información fiable y fuentes de información seguras y gratuitas para la ciudadanía.
Las pseudoterapias se presentan como soluciones sencillas a problemas complejos de salud, apelando a las emociones y aprovechándose del desconocimiento de la población en temas científicos. Esto puede llevar a que las personas abandonen o pospongan tratamientos médicos probados, lo que supone un riesgo para la salud.
Mientras los medicamentos y productos sanitarios reales deben pasar por rigurosos estudios y evaluaciones para demostrar su calidad, seguridad y eficacia, las pseudoterapias carecen de controles objetivos.
A diferencia de las terapias reales, Solo utilizan testimonios de clientes como única evidencia, no están respaldadas por estudios que incluyan suficientes personas y quienes las administran no tienen la formación ni recursos necesarios para cuidar de los clientes
Son, por todo ello, "un peligro silencioso que amenaza nuestra salud", y las personas que las venden se aprovechan de la vulnerabilidad y falta de conocimiento científico de quienes necesitan cuidados de salud, prometiéndoles soluciones aparentemente sencillas y comprensibles que son, a menudo, más fáciles de aceptar que la realidad compleja y multifactorial de una enfermedad y su tratamiento.
"Confiar en estas pseudoterapias no solo pone en riesgo nuestra salud, sino que también puede retrasar diagnósticos y tratamientos médicos efectivos, agravando condiciones que podrían haberse tratado a tiempo", concluye la Aemps. EFE