Asistencia sanitaria sobre el terreno: lo siguiente que hace "mucha falta" son psicólogos

Los voluntarios en Valencia atienden necesidades sanitarias urgentes tras la dana, destacando la falta de apoyo psicológico para los afectados que enfrentan consecuencias emocionales severas

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Eva Ruiz y Sol Carreras

Torrent (Valencia), 10 nov (EFE).- Llevan días trabajando en las calles, preguntando a quienes se asoman a los balcones y haciendo "barridos por domicilios" para comprobar que, aquellos que no hayan podido contactar con centros médicos, puedan ver cubiertas sus necesidades sanitarias. Patricia y Marta, enfermera y auxiliar de Barcelona, advierten a EFE: "Lo siguiente que va a hacer mucha falta son psicólogos".

Hasta ahora su labor, junto a sus compañeros que han llegado a Valencia para trabajar como voluntarios en distintas localidades afectadas por la dana, ha estado centrada en atender, sobre todo, a pacientes crónicos (sintrón, diabetes, úlceras...) a los que no se puede prestar asistencia ahora desde los centros de salud.

"Buscamos gente que todavía no se ha podido poner en contacto con su médico y nos encargamos de escuchar lo que necesita y pasar esa información al centro sanitario", explica Patricia, que añade que el seguimiento en este tipo de pacientes es básico.

Compaginan esta tarea con atender a quienes les paran por la calle porque ven su uniforme y les piden que le curen, por ejemplo, un corte o una herida infectada, algo que ocurre porque "hay aguas residuales y fecales y la gente se puede tocar la cara después de quitarse las botas llenas de polvo o secarse el sudor con las manos sucias", lo que da lugar a erupciones y gastroenteritis, además de problemas respiratorios.

Afirman que la cantidad de medicamentos que están llegando a Valencia es suficiente, especialmente heparinas e insulinas para pacientes crónicos, pero denuncian que falta organización para distribuirlos, igual que echan de menos a médicos que puedan prescribirlos.

Ambas resaltan que cada vez tienen que atender a más personas que están sufriendo "mucha contención emocional". Marta asegura que ha llegado a ver estados anímicos de "devastación" entre los afectados, personas que "no tienen ganas, lloran y sufren ataques de ansiedad".

"Son personas que lo han perdido todo, toda su vida. Gente mayor que lo tenía ya todo solucionado y que ha perdido su casa y lo que le quería dejar a su familia, que ya no tiene fuerza para volver a reconstruirse y que, aunque quiera seguir luchando, muchas veces no puede", relata la sanitaria, que pide que acudan a la zona psicólogos organizados.

"Todo es muy importante, pero la cura psicológica tiene que empezar ya, cuanto antes, porque son heridas muy graves y la gente está pasando la fase del duelo sola", advierte la auxiliar de enfermería, que insiste en la necesidad de movilizar al mayor número de psicólogos posible porque "van a tener mucho trabajo".

En este contexto, y ante la posibilidad de que aumenten los pensamientos suicidas, la presidenta de la asociación La niña amarilla, María de Quesada, que trabaja para la prevención del suicidio desde la comunicación, recomienda acudir a psicólogos y llamar a teléfonos habilitados para ello como el de emergencias (112).

"Si hay personas con pensamientos de muerte y que no pueden sostener emocionalmente la experiencia que están viviendo, que pidan ayuda y utilicen los puntos de apoyo psicológico, los teléfonos, que lo cuenten a sus seres queridos y familiares...  Nos tenemos que acompañar", dice a EFE.

También señala la importancia de que los amigos y familiares "estén muy pendientes de las personas que están pasando por esta situación y, si hace falta, los acompañen a los puntos de apoyo y hagan ellos mismos las llamadas necesarias para tener pautas de cómo actuar y cómo sostener emocionalmente".

"Pensamos que los puntos de ayuda psicológica son solo para quienes lo sufren, pero también son para los familiares", añade. EFE

(vídeo) (foto)

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