Madrid, 8 nov (EFE).- El italiano Carlo Ancelotti, reconocido con el premio Johan Cruyff al mejor entrenador del mundo la pasada temporada, confesó que "el peor error" de su carrera lo cometió en su primera etapa en el banquillo del Real Madrid, y fue al "exigir más salario".
"Es imposible tomar sólo buenas decisiones en treinta años. Por ejemplo, tomé una mala aquí, en Madrid, después de mi primer año. Estuve muy cerca de ampliar mi contrato, el club quería mantenerme, pero presioné demasiado en relación a mi salario y lo pararon. Fue un error, el peor que podría haber cometido. Pero me permitió aprender", reconoció a France Football.
En un largo repaso de su carrera, 'Carletto' explicó su libreto de entrenador, con el objetivo de que su equipo "juegue bien y gane", conviviendo con la presión en cada partido. "Mi pulso es de 120 antes de un partido y durante el mismo baja a 85, 80. La expectativa previa es negativa. Pienso mucho y me presiono. Vivo en la duda. Intento mostrar a mis jugadores la mayor confianza posible pero por dentro, estoy lleno de dudas", confesó.
Todo ha cambiado en el fútbol desde que Ancelotti comenzó a entrenar en 1995, salvo su "carácter", que apunta como clave del éxito. "Intento tratar a los jugadores y a las personas con las que trabajo de la misma manera".
"No soy obsesivo. No soy un sargento. Soy bastante tranquilo pero tengo reglas. La primera es el respeto. Quiero que me respeten, igual que yo intento respetarles a ellos. Intento construir una buena relación con la persona. No sólo hablo de fútbol con el jugador. Hablamos de todo y de nada, de familia, amigos, comida, política. Considero al hombre antes que al jugador. Con una relación personal se puede conseguir un poco más", explicó como uno de sus claves del éxito.
Humilde, Ancelotti no se siente el mejor entrenador del mundo ni piensa que haya inventado nada nuevo y apunta a los jugadores como responsables de sus logros. "Creo que nunca he innovado en el fútbol. Siempre he intentado poner a los jugadores en las mejores condiciones posibles para que estén cómodos durante un partido. Los jugadores son las estrellas de la película".
"No creo que sea el mejor entrenador de los últimos años. He ganado mucho, pero hay entrenadores que han ganado incluso más que yo. Ferguson, Guardiola y antes Lobanovski. Y aunque pensara que soy el mejor entrenador de los últimos 30 años, ¿qué pasaría? No me harían una estatua.
Entre los títulos más especiales de su dilatada carrera, Carlo se quedó con su primera Liga de Campeones ganada en 2003 con Milan y la décima del Real Madrid, en 2014, junto a la decimocuarta en 2022. "En aquel momento, todo el mundo pensaba que mi carrera estaba en declive tras mi paso por el Everton y el Nápoles. Fue muy especial".
"Los mejores clubes que he dirigido son Milan y Real Madrid. El mejor equipo es difícil de decir. He tenido el honor de dirigir a jugadores fantásticos. Ni siquiera puedo hacer mi mejor once. Es imposible. Empezando por la portería he tenido a Courtois, Casillas, Neuer, Cech, Buffon, Perruzi, Van der Sar, Sirigu.."
"El entrenador no hace al jugador. No soy el tipo de entrenador que dice que para ser un buen jugador tienes que hacer sacrificios. Un jugador no ganará el Balón de Oro por sus sacrificios, su profesionalidad o seriedad. El talento es genético. Yo no puedo fabricar el talento de Vinícius, por ejemplo. por ejemplo. Puedo protegerlo, darle información para que muestre sus cualidades, ayudarle a ser profesional, serio y humilde. Mi trabajo consiste en gestionar el talento".
Carlo reconoció que Paolo Maldini es el futbolista que más le impresionó de los que ha dirigido y aseguró que Kylian Mbappé no tiene el ego que muchos piensan.
"Maldini era un jugador especial para mí. Fue mi compañero de equipo y se convirtió en mi capitán. Me ayudó mucho en el Milan. Teníamos una relación fantástica y muy fuerte. En el Real Madrid los veteranos el año pasado no tenían ego. Modric, Kroos, Carvajal y Nacho no tienen ego, dieron ejemplo a todos".
"Ahora Mbappé tampoco. Llegó aquí e inmediatamente se integró bien con el equipo y sus compañeros, estableciendo una buena relación con ellos. Llegó en un estado de ánimo perfecto", añadió.
Aunque confesó Ancelotti que no se siente cómo con la nueva generación de jugadores porque tienen "otro estilo" y "otra forma de ver la vida", al estar sometidos a "mucha más responsabilidad y presión".
Por último, enfocó a lo que será su vida cuando acabe su etapa en el Real Madrid y se retire del fútbol. "Antes de dejarlo, me gustaría ganar otra Liga de Campeones. Y después, otra. Este club es especial, es el mejor del mundo"
"El fútbol es la parte más importante de la parte menos importante de mi vida. Para mí, nunca ha sido ni será una obsesión. Es una pasión. Estar obsesionado es estar enfermo. Y yo no estoy enfermo. Me imagino el final, empecé hace 48 años, así que estoy empezando a pensar en el día en que podría llegar a su fin".
"Diría basta si el Real Madrid me despidiera porque mi familia no me haría parar, mi mujer quiere que siga. Estoy seguro de que el día que me jubile será un día fantástico. Tengo muchas cosas que hacer y ver. Me gustaría ir a Argentina, las Maldivas, Australia, por ejemplo, quiero viajar. El día que lo deje no será triste". EFE