El que fuera juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón se ha mostrado "escéptico" ante la actual forma de encarar el fenómeno del terrorismo, destacando sin embargo el trabajo "incansable" de asociaciones de víctimas como Dignidad y Justicia (DyJ) para que "no decaiga el celo investigador antes de que la prescripción se convierta en un salvoconducto" hacia la impunidad.
Así se ha expresado el antiguo titular del Juzgado Central de Instrucción Número 6 al recibir "con orgullo y honor" la medalla de oro de Dignidad y Justicia en un acto celebrado este miércoles por la asociación de víctimas.
García Castellón ha querido tener unas "palabras de recuerdo" para las víctimas de la DANA en Valencia, al tiempo que ha lanzado una "reflexión" que se le ha suscitado estos días "viendo las imágenes de los pueblos devastados por las riadas y la gente abandonada a su suerte reclamando un auxilio al Estado que no termina de llegar".
"No sé qué pasará con nuestros compatriotas valencianos, aunque la experiencia reciente de la isla de La Palma me hace temer lo peor. Pero sí sabemos cuál ha sido el trato que por parte de las administraciones públicas han recibido otras víctimas, no de un atroz desastre climatológico, sino de una organización terrorista, como fue el caso de ETA, y otros grupos terroristas", ha dicho.
En concreto, se ha detenido en Carmen Tagle, fiscal de la AN asesinada en 1989 por ETA, que ha sido reconocida a título póstumo por DyJ con su medalla de oro, un premio que ha recogido su hermano suscitando el aplauso unánime del auditorio. A ellas, ha recalcado García Castellón, "las asesinaron no casualmente, de manera aleatoria, sino por lo que cada uno de ellos representaba y defendía" y que, en el caso de Tagle, fue "la defensa de los derechos de los españoles".
MÁS DE 300 ATENTADOS SIN RESOLVER
García Castellón ha querido recordar también "los más de 300 atentados terroristas que a día de hoy no han sido resueltos", destacando que Dignidad y Justicia y su presidente, Daniel Portero, "se ocupan de manera incansable de instar a las autoridades judiciales competentes para que no decaiga el celo investigador antes de que la prescripción se convierta en un salvoconducto que ha garantizado la impunidad de muchos".
En sus casi 50 años de ejercicio profesional, más de 30 en la Audiencia Nacional, ha confesado que ha visto muchos signos positivos de "la forma en la que el Estado afrontaba el fenómeno del terrorismo". "No obstante, noticias recientes conocidas por todos (...) me hacen ser, si no pesimista, por lo menos escéptico", ha indicado.
"Espero equivocarme (...) y que podamos seguir diciendo que el césped es verde, es decir, que a los malos los llamemos como lo que son, los malos, y que ocupen en la Historia el lugar residual que se merecen, y que no dejemos nunca de reivindicar a los verdaderos héroes de la Historia de nuestro país. Por todo ellos, memoria, dignidad y justicia", ha concluido.