Santiago de Compostela, 30 oct (EFE).- El grupo de Investigación Traslacional en Enfermedades Neurológicas del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS) ha iniciado un estudio en que analiza proteína del sistema nervioso como biomarcador para diagnosticar la depresión mayor, un trastorno psiquiátrico complejo en el que intervienen múltiples factores psicosociales, genéticos, epigenéticos y biológicos.
Con el fin de encontrar biomarcadores que faciliten el diagnóstico de esta patología, el grupo de Investigación ha puesto en marcha un estudio que pretende detectar pequeñas variaciones en los niveles de neurofilamento de cadena ligera (NfL), una proteína del sistema nervioso que puede ser indicativo de daño axonal y que se usaría como biomarcador para la detección precoz de procesos depresivos.
El estudio está liderado por los investigadores Carlos Fernández Pereira, Roberto Agís Balboa y el jefe del Servicio de Neurología del Hospital Clínico de Santiago de Compostela, José María Prieto, y ha sido publicado bajo el nombre 'Niveles plasmáticos de cadena ligera de neurofilamentos en el trastorno depresivo mayor: breve informe de investigación'.
La publicación recoge que este hallazgo “permitiría una estimación o cuantificación del potencial daño cerebral, la monitorización y respuesta al tratamiento, haciendo posible así una predicción del curso clínico en el trastorno depresivo mayor”, señala Roberto Agís.
Actualmente, el diagnóstico de la depresión y de otras condiciones psiquiátricas se basa en una serie de escalas subjetivas que evalúan la sintomatología de los pacientes, pero, en cambio, esta investigación se apoya en los biomarcadores periféricos (moléculas, genes, proteínas) que "pueden ser medibles de forma objetiva para reflejar un estado fisiológico alterado o patológico”, explica el primer autor del trabajo, Carlos Fernández.
Esta investigación se une a la evaluación de otras proteínas que poseen potencial como biomarcadores en la depresión, como la hormona del factor de crecimiento de la insulina IGF-2.
Señalan además que los niveles de NfL se han encontrado alterados en enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, Párkinson o la esclerosis múltiple, tanto en líquido cefalorraquídeo como en sangre.
No obstante, el estudio del NfL periférico en trastornos psiquiátricos todavía no es suficientemente conocido. De este modo, el estudio señala que en los informes realizados no se ha detectado una alteración estadísticamente significativa en los niveles de NfL en los pacientes con diagnóstico de depresión mayor, a pesar de una clara tendencia al alza con respecto al grupo control aunque “en ningún caso se han encontrado niveles reducidos”. EFE
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