València, 29 oct (EFE).- Las bajas por incapacidad temporal en vigor que superan el año de duración se han duplicado en los últimos cinco años, según el estudio sobre los determinantes del absentismo laboral que están realizado Umivale Activa y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).
Al cierre de 2023, había en vigor 167.000 procesos de incapacidad temporal de duración superior a los 12 meses, frente a los 83.000 registrados en 2018. El 56,1 % de las bajas de larga duración se deben a 'algias' (lumbalgias, cervicalgias, dorsalgias…) y problemas de salud mental.
El peso de las 'algias' y la salud mental ha aumentado ocho puntos porcentuales en cinco años, ya que en 2018 concentraban el 48,3 % de las bajas de larga duración.
En concreto, la primera de estas causas provocaba el 35,2 % de las bajas de larga duración en 2018 y ahora representan el 38 %.
Más importante ha sido el crecimiento de la incapacidad temporal por problemas de salud mental, ya que han pasado a representar el 18,1 % del total de procesos en vigor de larga duración, frente al 13,1 % que suponían en 2018.
Ante estos aumentos, diagnósticos más objetivables como la traumatología y la oncología han reducido su peso (-3 y -1,9 puntos porcentuales, respectivamente) y, aunque también han descendido, todavía un 3,2 % de procesos de larga duración carece de diagnóstico concreto.
Por regiones, el análisis de las bajas en vigor de más de 12 meses muestra una mayor prevalencia (procesos sobre población protegida) en Canarias, Galicia y Cataluña, con valores que superan los 11 procesos de incapacidad temporal por cada mil personas trabajadoras protegidas a finales de 2023, frente a los 9,3 casos de media para el conjunto del país.
Destaca el aumento en Galicia, que en 2018 se encontraba entre las regiones con menos casos, con solo 4,8 por cada mil trabajadores. Tanto Galicia como Canarias y País Vasco han duplicado con creces el indicador de prevalencia de las bajas de larga duración en los últimos cinco años.
Por el contrario, en Baleares y Madrid, junto a La Rioja, registran la menor prevalencia por cada mil personas trabajadoras (en torno a 7 casos por cada mil).
En cualquier caso, el aumento de las bajas en vigor de larga duración entre 2018 y 2023 es generalizado en todas las regiones. Este incremento se traduce en un mayor número de jornadas perdidas, con un impacto cada vez más significativo en el absentismo laboral.
Pese al incremento registrado en los procesos de larga duración, como es natural, son más abundantes los procesos más cortos.
El 70 % de los procesos de incapacidad temporal finalizados en 2023 se concentran en el tramo de las bajas de 1 a 15 días, seguidos a distancia de los procesos entre 16 y 90 días, que suponen otro 20 %.
El aumento de los procesos es generalizado en todos los tramos de duración, pero mucho más acentuado en el caso de los procesos de más de 12 meses.
La incidencia de las bajas finalizadas de 1 a 15 días ha crecido un 50 %. Mientras en 2018 se registraron 3,5 millones de bajas de este tramo más corto, en 2023 se han registrado 5,8 millones de episodios, lo que supone 25 millones de jornadas de trabajo perdidas.
Por su parte, los procesos de larga duración, pese a suponer solo un 2,4 % en el total de los procesos finalizados en 2023, representan el 34 % de las jornadas perdidas totales.
Los 200.000 procesos de más de un año de duración finalizados en 2023 supusieron 110 millones de jornadas perdidas, un 87 % más que en 2018. EFE