Afrontan hasta 17 años por traficar con fármacos ováricos conseguidos con recetas robadas

Cinco personas, implicadas en una trama de tráfico de fármacos ováricos mediante recetas falsas, enfrentan penas de hasta 17 años de prisión por delitos que afectan la salud pública y generan daños económicos significativos

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Barcelona, 23 oct (EFE).- La Fiscalía pide hasta 17 años de cárcel para cinco personas -de Barcelona, Sevilla y Palma de Mallorca- por una supuesta trama de tráfico de fármacos de estimulación ovárica entre 2016 y 2017, que anunciaban por internet en sitios como Wallapop y que conseguían con recetas falsas hechas a partir de un talonario y sellos médicos robados.

En el juicio iniciado este miércoles en la sección 21ª de la Audiencia de Barcelona, los procesados afrontan penas que van de tres meses a 17 años de prisión, en función de su implicación, por robo con fuerza, descubrimiento de secretos, estafa agravada, falsedad en documento oficial, contra la salud pública y grupo criminal.

Además, el ministerio público pide para algunos de los encausados numerosas multas, y que tres de ellos indemnicen al Servei Català de la Salut (CatSalut) con más 226.000 euros, el daño económico presuntamente causado al ente público como consecuencia de la actividad de esta trama.

Según el escrito de Fiscalía, uno de los acusados trabajaba limpiando en un centro de atención primaria de Sant Adrià de Besòs (Barcelona), entre 2008 y 2017.

El ministerio público sostiene que el empleado de limpieza se aprovechó de la facilidad que tenía por su posición para robar 15 talonarios de recetas correspondientes a cuatro médicos de la especialidad de urología que prestaban sus servicios en el centro sanitario.

De los talonarios, prosigue el escrito, entre los años 2016 y 2017 se extrajeron las más de 500 recetas fraudulentas con las que conseguían los fármacos ovulatorios, que contaban con sellos de médicos y con pegatinas de 14 pacientes que el trabajador de limpieza había robado del centro sanitario.

Según el escrito de acusación, el presunto autor de los robos de talonarios, una vez tenía en su poder los medicamentos, los enviaba a Sevilla, a otra procesada que se dedicaba a venderlos, después de haberlos publicitado por internet, en páginas como foros de fertilidad o Wallapop.

Para conseguir los medicamentos, el trabajador del centro sanitario iba a una farmacia de Badalona (Barcelona), de la que extrajo 772 envases financiados al 100 % por la sanidad pública, lo que supuso un perjuicio de más de 226.000 euros para el CatSalut, de acuerdo con el fiscal.

De la dispensa de los medicamentos en la farmacia siempre se encargaba la misma dependienta, también encausada, que, pese al elevado número de recetas, entregaba al trabajador de limpieza los medicamentos, y también hacía envíos a Sevilla, a la otra procesada, detalla la acusación pública.

La Fiscalía sostiene que la procesada de Sevilla, una vez había acordado el pago de los fármacos, que guardaba en casa de su madre -también acusada-, los enviaba por mensajería a los compradores que habían adquirido el producto.

Además, detalla el escrito, una titular de una clínica de reproducción y fertilidad situada en Mallorca, también procesada, se encargaba de captar nuevos clientes, a los que ofrecía supuestamente la posibilidad de conseguir los tratamientos por un precio inferior.

En la sesión de este miércoles, el trabajador de limpieza acusado ha reconocido que robó los talonarios, los sellos y las pegatinas del centro de salud donde trabajaba, con las que elaboraba las recetas falsas que servían para obtener los medicamentos, y que luego los distribuía "a gente que lo necesitaba".

Por su parte, la sevillana ha reconocido que aunque inicialmente adquirió los fármacos porque no tenía dinero y "estaba loca por ser madre", después sí que se dedicó a venderlos, sin saber de su origen, puesto que el limpiador le había asegurado supuestamente que procedían de un amigo suyo médico.

En cuanto a la titular de la clínica de Baleares, si bien ha detallado que obtuvo medicamentos, ha rechazado que supiera del origen ilícito de los mismos.

Por último, la farmacéutica de Badalona ha subrayado que desconocía que las recetas fueran falsas, y que de la gran cantidad de visitas del trabajador de limpieza a su establecimiento dedujo que "había ganado un cliente fiel". EFE

si/mg

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