Logroño, 21 oct (EFE).- Investigadores del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR) han probado el uso del compuesto químico azul de metileno para reducir la muerte de las neuronas que provocan el glaucoma y frenar el desarrollo de esta enfermedad, que es la segunda causa de la ceguera.
La consejera de Salud y Políticas Sociales del Gobierno riojano, María Martín, ha comparecido este lunes ante los periodistas acompañada por los investigadores del CIBIR Alfredo Martínez, Rafael Peláez y Álvaro Pérez Sala, quienes han desarrollado este proyecto junto a otro equipo de la Universidad de Buenos Aires (Argentina).
Estos investigadores han usado en un modelo animal el azul de metileno, que es una sustancia química que ya se utiliza en la clínica para otros usos, por lo que ya tiene "un alto perfil de seguridad", ha precisado Martínez, jefe del grupo de Angiogénesis del CIBIR.
Este compuesto químico actúa como "antídoto" del óxido nítrico, una sustancia que daña la retina y también actúa de forma negativa en el glaucoma, ha explicado.
El glaucoma está causado por el aumento de la presión intraocular dentro del ojo, donde hay diversos componentes líquidos.
Sin embargo, una presión excesiva en el ojo no permite ese flujo de líquidos, por lo que ese fallo en el drenaje llega a provocar un daño en el nervio óptico por donde salen las fibras nerviosas, con la muerte de algunas neuronas.
El objetivo de esta investigación es generar medicamentos que reduzcan esa muerte neuronal, que, en definitiva, es el último culpable de que se produzca la pérdida de visión, ha indicado Martínez.
Este investigador ha precisado que no sería un tratamiento que vaya a sustituir a los fármacos actuales y sería algo complementario.
El azul de metileno es una es una sustancia química que ya se usa en la clínica para otros fines, como, por ejemplo, antídoto frente a ciertos venenos.
Este compuesto es una sustancia química que absorbe algunos radicales libres, entre ellos, el óxido nítrico que daña la retina.
Por su parte, Peláez ha precisado que, junto a los investigadores de Buenos Aires, han avanzado, en modelos animales, en la coagulación de las venas por las cuales drena el líquido del ojo, para hacer que se incremente la presión dentro del ojo y después usar el azul de metileno.
Mediante estudios funcionales de electrometinografía, que consiste en comprobar cómo la electricidad o la señal pasa a lo largo de las capas del de la retina, han comprobado que el azul de metileno permite que los daños se reviertan, ha indicado.
Ahora, tienen que conseguir un fármaco que se mantenga el tiempo adecuado dentro del ojo, lo que supondría un plazo de unos dos años, y después conseguir la patente de un medicamento para desarrollar fase preclínica, en otros dos o tres años. EFE