Madrid, 9 oct (EFE).- La psiquiatra María Inés López-Ibor considera que se están "psiquiatrizando" todos los malestares de la vida, lo que provoca que las personas se vuelvan más vulnerables y atribuyan esas situaciones a un trastorno mental cuando realmente no lo tienen.
Lo asegura en una entrevista con EFE, en el marco del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra mañana 10 de octubre, y en el que quiere incidir en la existencia aún del estigma en torno a las personas con enfermedad mental pero también en la necesidad de que éstas puedan acceder a los recursos necesarios y haya mayor investigación.
López-Ibor, hija y nieta de psiquiatras y catedrática de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid, participa este miércoles en la presentación del Foro Permanente de Salud Mental López-Ibor, que nace de la colaboración entre la Fundación Ortega-Marañón, con la que EFE tiene un acuerdo para la distribución de contenidos informativos, y la Fundación Juan José López-Ibor.
Precisamente, acabar con el estigma que sufren las personas con trastornos mentales es uno de los objetivos de este Foro, pero también divulgar los avances en los tratamientos y dar a conocer las enfermedades mentales, indagar en la prevención y distinguir entre los trastornos y la salud mental.
"La salud mental habría que enfocarla en positivo. Las enfermedades, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades es otra cosa", sostiene la psiquiatra, quien es presidenta de la Fundación Juan José López-Ibor y vicepresidenta segunda de la Fundación Ortega-Marañón.
Con la pandemia se empezó a hablar más de la salud mental, indica López-Ibor, algo que valora pero advierte de que parece que todo el sufrimiento de las personas les llevan a padecer problemas de salud mental "y eso no es así".
"Quizá estamos psiquiatrizando o medicalizando todos los malestares de la vida y eso quizá haga que algunas personas se vuelvan más vulnerables o que atribuyan todo a una enfermedad (...) Hoy en día utilizamos diagnósticos psiquiátricos para expresar nuestros malestares. Hay personas que dicen que tienen depresión, y a lo mejor lo que tienen es tristeza", señala.
Abunda la psiquiatra en más ejemplos relativos a esta idea como lo que ocurre con la ansiedad, y subraya que ésta es una respuesta normal al estrés, pero entre tenerla y padecer un trastorno de ansiedad "hay un paso grande", pero, además, el estar tristes por algo que ha ocurrido no quiere decir que exista una depresión.
"Eso nos hace victimizarnos un poco", insiste.
Todo ello en un país, España, que es líder mundial en el consumo de benzodiacepinas, un dato por el que López-Ibor muestra su preocupación y lo achaca, entre otros, a que "quizá ha habido un momento en el que se han prescrito con cierta ligereza y, luego, no se han ido retirando".
Pero también por otros factores relacionados con la cultura de la inmediatez, de querer acabar con el malestar con una pastilla cuanto antes, en lugar de trabajar en gestionar que no vuelvan a aparecer los problemas.
Sobre ello asegura que los profesionales cada vez son más conscientes de este problema y del riesgo que conlleva, por lo que espera que poco a poco se vaya disminuyendo el consumo.
López-Ibor pone sobre la mesa el problema de las nuevas tecnologías y como pueden ser el origen de trastornos mentales, sobre todo en los adolescentes, que son una población más vulnerable.
"Ahora estamos en una época en la que tendemos a compararnos mucho. Cuando uno utiliza las redes y ve lo que le gustaría tener y no tiene, puede generar frustraciones", añade la psiquiatra.
La era digital ha supuesto "muchísimo más estrés" en toda la población, porque "estamos permanentemente activados o estimulados y nuestro cerebro no está preparado para eso", prosigue la psiquiatra.
Por eso, incide en la necesidad de la prevención y en este ámbito asegura que cada vez más investigaciones constatan que el ejercicio físico "es tan importante para la mente como para el cuerpo".
"Treinta minutos de un paseo diario puede ser casi tan efectivo como una pequeña dosis de antidepresivo en depresiones leves", recalca López-Ibor, quien reivindica los momentos de silencio porque en una sociedad, como la actual, en la que todo pasa muy rápido, el cerebro lo necesita, así como la serenidad y la calma.
En la línea de la prevención, la psiquiatra suele decir a sus pacientes que "cada día hay que hacer seis cosas para estar bien y dos para sentirse bien" y son "muy sencillas" pero también "muy importantes".
Entre las seis cosas para estar bien se encuentran dormir y comer adecuadamente, cuidar la higiene, aprender algo nuevo, hacer ejercicio y, precisamente, tener periodos de silencio, unos cinco minutos de desconexión para descansar.
Y para sentirse bien, la psiquiatra propone hacer cada día una pequeña cosa por los demás, como, por ejemplo, llamar a un amigo que lo está pasando mal o hacer algo en casa para que la otra persona no lo tenga que hacer.
La segunda cosa para sentirse bien es saber que la vida tiene un sentido "para algo, para alguien, para nosotros". EFE
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