El cerebro prefiere el olor de la paella procesada, pero el gusto de la tradicional

Estudio en Quart de Poblet revela preferencia olfativa por la paella procesada, mientras que el paladar prefiere la versión tradicional, evidenciando la conexión entre gastronomía, sostenibilidad y neurociencia alimentaria

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Valencia, 7 oct (EFE).- El cerebro humano prefiere el olor de la paella procesada, pero el sabor de la tradicional, de acuerdo con las conclusiones de un estudio de la Comisión Europea sobre alimentación y sostenibilidad desarrollado en Quart de Poblet (Valencia).

Según ha informado el consistorio en un comunicado, se trata de un estudio enmarcado en el proyecto europeo Cities 2030, del programa Horizonte 2020 de la Comisión Europea, centrado en la búsqueda de una alimentación más sostenible a través de la innovación.

La paella ha sido el plato escogido para estudiar la conexión entre gastronomía, sostenibilidad y ciencia.

Para realizar este estudio pionero, el Ayuntamiento de Quart de Poblet ha contado con vecinos que probaron, olieron y vieron los dos tipos de paellas.

Los participantes pusieron a prueba sus sentidos mientras se sometían a un escaneo cerebral con electroencefalogramas que analizaba las reacciones del cerebro.

Los resultados de esta experiencia única señalan que el cerebro prefiere el olor y la presentación de la paella procesada. Sin embargo, a la hora de verdad, cuando interviene el sentido del gusto, la paella realizada por un restaurante local no tiene competencia, ya que -además- los participantes en el estudio la asociaron con la que comen en casa de toda la vida.

Esta diferencia en la percepción refleja cómo los productos ultraprocesados están diseñados para atraer visualmente al consumidor, pero su experiencia sensorial no logra igualar a los productos frescos y de calidad.

El estudio, realizado por la empresa italiana Thimus, especializada en neurociencia alimentaria, confirmar la hipótesis del proyecto Cities 2030, que busca promover el consumo de productos locales y frescos.

Los 39 vecinos de Quart de Poblet que han participado en esta experiencia científica han recibido un vale canjeable por una tapa en la ruta gastronómica "Menja't Quart", entregada por el consistorio con la intención de incentivar el consumo en los bares y restaurantes del municipio. EFE

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