Mujer preparándose para una operación de liposucción (Freepik)El pasado 18 de marzo falleció en el hospital Grassi de Ostia, en Italia, Simonetta Kalfus, una mujer de 62 años que, doce días antes de su muerte, se había sometido a una intervención de liposucción en una clínica privada de Cinecittà, al este de Roma. El médico cirujano que le operó se llama Carlo Bravi y, según ha constatado la Fiscalía en sus investigaciones hasta la fecha, no es la primera vez que este especialista se encuentra en el punto de mira de las autoridades. De hecho, Bravi ya había sido condenado por irregularidades y falta de higiene en el entorno donde trabajaba, en “al menos otros dos episodios”.
En el procedimiento judicial, está siendo investigado, además del cirujano Carlo Bravi, el anestesista Francesco Iandimarino, amigo de la mujer fallecida que le habría proporcionado el contacto del cirujano y también habría participado en la operación. La tercera implicada en la investigación una médico de urgencias, Eleonora Valletta. En su caso, se la imputa porque, en el momento en que Simonetta acudió al hospital por las molestias que le había causado la operación, ella habría sostenido que todo estaba bien, devolviéndola a casa.
Tras haber acudido a urgencias, y después de ser rechazada por la médico, Simonetta Kalfus volvió a casa, pero la situación empeoró al día siguiente, y se volvió insostenible. Una vez Simonetta falleció, su hija, Eleonora Rivetti, alertó a la policía sospechando de una negligencia médica. En declaraciones al periódico italiano Il Messaggero, la hija de la víctima lamenta que el cirujano que operó a su madre ya tenía un historial de irregularidades y denuncias: “Ya había arruinado a otra chica. Me pregunto: ¿por qué no lo detuvieron? ¿A dónde tenemos que ir? En honor a mi madre, como la conocí, solo pido justicia. Quienes cometen errores deben pagar".
Ahora, aunque la situación parece haberse esclarecido al descubrir que Carlo Bravi, con un amplio currículum de irregularidades higiénicas en su trabajo como cirujano, había sido el especialista que operó a Simonetta, aún quedan muchos interrogantes por resolver. De momento, mientras continúan las investigaciones a los sospechosos, en los próximos días se conocerá el resultado de la autopsia de Simonetta Kalfus, ya que la hipótesis de que la causa de su muerte sea una embolia es más que probable. Por tanto, será muy importante esclarecer por qué se produjo la infección y si fue antes o después de la operación, además de si los procedimientos posteriores a la intervención se realizaron correctamente.
Otra de las medidas tomadas por la fiscal es el registro inminente de la clínica donde se le realizó la liposucción a Simonetta Kalfus. Precisamente, en septiembre de 2023 se descubrieron en otra clínica de Bravi varias deficiencias higiénicas y sanitarias que llevaron a que el cirujano fuese condenado a un año de prisión por “lesiones agravadas por una operación de mamoplastia completamente equivocada”. La sentencia de este caso aclaraba las prácticas antihigiénicas de Carlo Bravi: “Se detectaron implantes mamarios abandonados, apilados unos sobre otros, colocados desordenadamente sobre un escritorio al lado de un ordenador, algunos metidos en bolsas de plástico, otros colocados en cajas de cartón, otros todavía cerca de contenedores genéricos, sin ninguna precaución”.
Seis años antes, en 2017, otro caso relacionado con una cirugía practicada por Bravi puso en jaque al cirujano, aunque esta vez no tuvo consecuencias graves para él, ni para la víctima que, afortunadamente, se recuperó. En este caso, según la jueza Antonella Bencivinni, la intervención parecía “no apta”, ya que no existía un protocolo de esterilización y no se contaba con los instrumentos adecuados. De hecho, la mujer afectada relató cómo se utilizó una almohadilla térmica para calentar la sala de operaciones y que, cuando se encontró mal, Carlo Bravi desapareció del mapa.