Una mujer con copa menstrual (AdobeStock)Cada vez son más las mujeres que optan por la copa menstrual como parte de su higiene íntima, una alternativa ecológica y económica frente a productos tradicionales como tampones o compresas.
Su capacidad para recolectar el flujo durante varias horas la convierte en una opción cómoda y eficiente. Además, al no absorber el flujo, reduce el riesgo de irritaciones o síndrome de shock tóxico. Su reutilización también contribuye a disminuir considerablemente los residuos generados.
Sin embargo, a pesar de sus ventajas, es necesario familiarizarse con el proceso de inserción y extracción, que puede resultar incómodo al principio. Asimismo, para quienes la adquieren por primera vez, es importante tener en cuenta ciertos factores a la hora de elegir el modelo adecuado.
En la imagen de archivo, detalle de una copa menstrual. EFE/ Ernesto Mastrascusa
La elección de una copa menstrual adecuada depende de varios factores que incluyen las necesidades personales, la comodidad y las preferencias de cada usuaria. Uno de los aspectos clave es el material con el que está fabricada, ya que este influye en la flexibilidad, durabilidad y seguridad del producto.
La mayoría de las copas menstruales están hechas de silicona médica, una opción popular debido a su suavidad, flexibilidad e hipoalergenicidad. Este material es resistente, lo que permite un uso prolongado sin deterioro significativo, y es seguro para el cuerpo al ser no tóxico y libre de productos químicos. Otra alternativa común es el elastómero termoplástico (TPE), un material igualmente hipoalergénico pero más rígido, ideal para quienes buscan una estructura más firme.
En algunos modelos se utiliza látex, pero puede generar reacciones alérgicas en personas sensibles a este material. Por ello, es importante revisar las especificaciones del producto antes de adquirirlo. También se debe considerar la textura, ya que algunos materiales cuentan con acabados más rugosos o lisos que pueden incidir en la facilidad de inserción y extracción. De este modo, optar por materiales certificados y de calidad garantiza una experiencia más segura y confortable, minimizando riesgos de irritaciones o infecciones.
Las copas menstruales, fabricadas con silicona médica, se han popularizado por su durabilidad, con una vida útil estimada de hasta diez años. Sin embargo, para garantizar su conservación y prevenir infecciones, es imprescindible seguir aplicar algunas medidas de higiene.
Antes del primer uso, y después de cada ciclo, se recomienda esterilizar la copa. El método más común consiste en hervirla entre tres y diez minutos, en una olla lo suficientemente profunda para que quede totalmente sumergida. La temperatura ideal ronda los 140 °C, suficiente para eliminar posibles bacterias. Es fundamental no dejar pasar demasiado tiempo, ya que el sobrecalentamiento podría dañar la silicona.
Además de la esterilización tradicional, existen alternativas más prácticas. Algunos fabricantes han desarrollado esterilizadores específicos que pueden utilizarse en el microondas. Estos recipientes, generalmente de silicona médica, permiten higienizar la copa en solo dos minutos gracias al baño maría. Solo es necesario llenarlos con agua, introducir la copa y calentar. Este sistema ofrece una opción rápida y segura, especialmente útil para quienes buscan comodidad o viajan con frecuencia.