Los resfriados son, con probabilidad, uno de los problemas de salud más extendidos entre los seres humanos. Se calcula que hay más de mil millones al año solo en Estados Unidos, y pese a que casi nunca suelen conllevar síntomas graves que comprometan la vida de quienes los padecen, sí suelen ser bastante molestos.
La secreción nasal, la congestión y, sobre todo, los estornudos, son sus síntomas más característicos, los cuales se producen a los 2 o 3 días de que un virus, generalmente el rinovirus, haya entrado en el organismo. En algunos casos, también se puede dar alguna complicación, como infecciones en el oído, neumonías, bronquitis o sinusitis.
Sin embargo, otra de las características más habituales de los resfriados es lo mucho que se pueden contagiar. Los niños, por ejemplo, suelen contraer varios a lo largo del año y contagiárselos a sus padres, puesto que las escuelas y las guarderías son un sitio donde este tipo de dolencias se propagan con facilidad.
Cuándo son más contagiosos los resfriados
En la web especializada en salud infantil Nemours KidsHealt, se advierte, precisamente, de lo contagiosos que son los catarros, “sobre todo durante los primeros dos o cuatro días que siguen a la aparición de los síntomas”. Eso sí, cuando pase ese periodo el resfriado se puede ser contagiando, y es que el virus puede seguir estando presente incluso dos semanas después del primer malestar. Con todo, en la mayoría de los casos ya no hay riesgo si ya ha pasado una semana.
“Los resfriados se contagian a través del contacto directo con una persona resfriada o al inhalar partículas del virus que los provoca”, señalan en el citado dominio. De hecho, estas partículas, presentes en las pequeñas gotas de saliva liberadas al toser, estornudar, tocarse la boca o la nariz, pueden alcanzar casi cuatro metros de distancia y adherirse a muchas superficies que quedarían contaminadas.
Como prevenir el resfriado
La cantidad de virus que pueden provocar un resfriado es muy amplia, por lo que en la actualidad no se producen vacunas que los pueda prevenir. Aun así, hay una serie de focos de contagio que se pueden evitar, empezando por las propias personas que se encuentran resfriadas. Asimismo, podría ser útil no entrar en contacto con el humo del tabaco cuando otras personas, o no compartir toallas, vasos, vajillas o pañuelos que hayan utilizado otras personas, más aún si tienen algún síntoma que nos haga sospechar.
Del mismo modo, es importante educar a los hijos para que se laven las manos frecuentemente, sobre todo tras sonarse la nariz. Al mismo tiempo, y siempre dentro de los límites recomendados por los especialistas médicos, la vitamina C, el zinc y algunos remedios naturales podrían ayudar a prevenir un mayor efecto de los síntomas, si bien es importante consultar a un médico si se plantea la posibilidad de aumentar las dosis.