Ante las bajas temperaturas, es completamente normal tener las manos frías, pues el cuerpo prioriza el envío de sangre a órganos vitales como el corazón y los pulmones, pero ¿qué ocurre con el resto del año? ¿Qué puede significar que nuestras manos permanezcan casi heladas independientemente de que no haga frío? La Clínica Mayo advierte de que puede existir una causa médica subyacente, como un problema con la circulación sanguínea o los nervios.
El cuerpo humano tiene un sistema sofisticado de regulación térmica. Cuando estamos en un ambiente frío, los vasos sanguíneos en las extremidades, como las manos y los pies, se estrechan (un proceso llamado vasoconstricción) para conservar el calor en los órganos internos. Este mecanismo es natural y esencial para la supervivencia en condiciones extremas. Sin embargo, si las manos permanecen frías de manera persistente, podría haber un problema en los vasos sanguíneos o en la capacidad del cuerpo para distribuir el flujo sanguíneo de manera eficiente.
Anemia
La anemia es una condición en la que el cuerpo no produce suficientes glóbulos rojos sanos, o cuando estos no transportan adecuadamente el oxígeno. Una de las manifestaciones más comunes de la anemia es la sensación de frío, especialmente en las manos y los pies, explican desde la Clínica Mayo. Esto ocurre porque, sin suficiente oxígeno, los tejidos no pueden mantener su temperatura. La anemia puede provocarla una deficiencia de hierro, la pérdida de sangre, enfermedades crónicas o problemas en la médula ósea.
Enfermedad de Buerger
La enfermedad de Buerger, también conocida como tromboangeítis obliterante, es una afección rara que afecta los vasos sanguíneos de las extremidades y que se asocia principalmente con el tabaquismo. Provoca inflamación y obstrucción de los vasos sanguíneos pequeños, lo que reduce el flujo sanguíneo a las manos y los pies, causando frío persistente, dolor e incluso daños tisulares graves.
Diabetes
La diabetes puede dañar los vasos sanguíneos y los nervios periféricos, que es una una complicación conocida como neuropatía diabética. Esto puede reducir la capacidad del cuerpo para mantener una circulación adecuada, resultando en manos y pies fríos. Además, la diabetes mal controlada puede aumentar el riesgo de enfermedad vascular periférica, que también contribuye a la sensación de frío.
Lupus
El lupus es una enfermedad autoinmune que puede afectar múltiples sistemas del cuerpo, incluidos los vasos sanguíneos. Las personas con lupus pueden desarrollar vasculitis (inflamación de los vasos sanguíneos), lo que reduce el flujo sanguíneo a las extremidades y causa manos frías, según la Clínica Mayo.
Enfermedad de Raynaud
La enfermedad de Raynaud es una de las causas más comunes de manos frías persistentes. En esta condición, los vasos sanguíneos en los dedos de las manos y los pies se estrechan excesivamente en respuesta al frío o al estrés, reduciendo el flujo sanguíneo. Esto provoca episodios de manos y pies extremadamente fríos, acompañados de cambios en el color de la piel (blanco, azul y rojo) y sensaciones de hormigueo o entumecimiento.
Esclerodermia
La esclerodermia es una enfermedad autoinmune que provoca el endurecimiento y engrosamiento de la piel y los tejidos conectivos. Puede afectar los vasos sanguíneos, reduciendo el flujo de sangre a las extremidades y causando frío persistente en las manos.