El canapé que no falta en Navidad en la mesa de Tamara Falcó: un entrante perfecto para reuniones familiares listo en 20 minutos

Si hay una familia que nos recuerda a la Navidad es la Preysler y es que durante años la imagen de la matriarca, Isabel, y Ferrero Rocher iban de la mano en los spots de esta época festiva. El pasado 14 de diciembre la hispano-filipina le contaba a Pablo Motos en El Hormiguero cómo se celebraban estos días en su casa. Confesaba que las cenas de Nochebuena y Navidad eran todo un acontecimiento con un menú pensando para agradar a todos. “Es un menú un poquito complicado, normalmente se trae pavo”, detallaba.

Para estar jornadas, unas de sus hijas, Tamara Falcó, también aporta su granito de arena. Tras su paso por los fogones de Masterchef, su interés por la cocina no ha hecho más que aumentar. Por ello, decide deleitar a sus familiares con una elaboración que forma parte de su libro Las recetas de casa de mi madre, que publicó después de ganar el concurso. El plato se trata de un falso suflé de queso. Si te has quedado sin ideas para la comida del día de Reyes, esta es una excelente opción.

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En un primer momento, el canapé estrella de Falcó se llamaba suflé de queso, pero una vez concluidos sus estudios culinarios en Le Cordon Bleu, le cambió el nombre y añadió ese “falso”, ya que, su elaboración nada tiene que ver con el suflé tradicional francés. Mientras que el primero lleva una bechamel muy suave, el de la Marquesa de Griñón se prepara con yemas y queso gouda.

El falso suflé de queso es una receta que combina la elegancia y la sencillez, ideal para sorprender en cualquier ocasión. Inspirado en el refinado arte culinario francés, este plato toma un giro único al incorporar ingredientes básicos de nuestra despensa. Su textura esponjosa y el intenso sabor del queso lo convierten en un aperitivo o entrante perfecto para reuniones familiares o cenas más formales. La versión de Tamara Falcó resalta por su presentación individual y su preparación fácil y rápida.

La preparación del suflé es sencilla, no nos llevará más de 20 minutos:

• Preparación: 10 minutos.
• Horneado: 5-7 minutos.

• 300 g de queso gouda rallado.
• 50 g de mantequilla.
• 6 claras de huevo.
• 4 yemas de huevo.
• 6 rebanadas de pan de molde blanco sin corteza.

1. Preparar los moldes y el pan: corta las rebanadas de pan de molde con un cortapastas redondo para ajustarlas al tamaño de los moldes. Engrasa los moldes con mantequilla y coloca el pan recortado en el fondo de cada uno.
2. Mezclar los ingredientes: bate las yemas de huevo con la mantequilla hasta obtener una mezcla homogénea. Por separado, monta las claras a punto de nieve.
3. Incorporar el queso: une las claras montadas a la mezcla de yemas, realizando movimientos envolventes para no perder el aire. Añade el queso rallado y remueve suavemente hasta integrar.
4. Verter en los moldes: rellena los moldes con la mezcla, asegurándote de no sobrepasar el borde para evitar desbordes durante el horneado.
5. Hornear: lleva los moldes al horno precalentado a 240 °C, con calor arriba y abajo, durante 5-7 minutos o hasta que los suflés estén ligeramente dorados.
6. Repaso y desmolde: deja reposar unos minutos antes de desmoldar para evitar que pierdan su forma.

Con esta receta salen unas seis piezas, ideales para servir como entrante.

Cada pieza contiene aproximadamente:

• Calorías: 280 kcal.
• Grasas: 18 g.
• Grasas Saturadas: 10 g.
• Carbohidratos: 12 g.
• Azúcares: 1 g.
• Proteínas: 13 g.

El falso suflé se puede conservar en la nevera hasta dos días. Es recomendable recalentar en el horno antes de servir para recuperar su textura.