Un joven que vive en Rumanía desmiente la supuesta peligrosidad que afirman los españoles: “Vivimos con las puertas de casa abiertas”

Las redes sociales se han convertido en un instrumento para desmentir las falsas creencias sociales arraigadas en diferentes ámbitos

Una mujer pasea a su perro junto a un mural que representa la bandera rumana, antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Bucarest, Rumanía. (Louisa Gouliamaki / Reuters)

Suele ser una opción atractiva para los jóvenes -y no tan jóvenes- abandonar sus raíces familiares y comenzar una nueva aventura en otro lugar, en búsqueda de mejores oportunidades laborales o de otras ubicaciones que explorar. Entre las razones de peso que influyen en la elección de un país al que mudarse, se destacan el empleo de la misma lengua materna o una que se asemeje para facilitar el aprendizaje rápido del idioma local; un lugar que disponga de buenas conexiones aéreas con el sitio de procedencia; o una zona cuya cultura gastronómica sea variada y con diferentes sabores a los que uno ya está acostumbrado.

Quienes estén dispuestos a abandonar su zona de confort, deben saber que la adaptación no tiene por qué ser rápida y sencilla; puede durar varios meses hasta que se comprende, completamente, cómo es el funcionamiento del nuevo hogar.

Vida tranquila en Rumanía

Entre las ventajas que las redes sociales ofrecen, una de las más útiles para las personas que están planteándose una mudanza al extranjero es la rápida difusión y explicación de las experiencias de los compatriotas en otros países. Uno de ellos es Andrés Ogando, un joven español que, desde hace “un par de años” vive a caballo entre España y Rumanía.

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A diferencia de lo que sucede normalmente, Ogando hizo el camino contrario. Según datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social, “en España, aparecen registrados 718.844 rumanos, aunque según fuentes de las propias autoridades rumanas, si se tienen en cuenta los no documentados, podría alcanzar la cifra de un millón“. A pesar de la estrecha relación patente entre ambos países, los españoles hemos actuado con recelo con respecto a los rumanos, por motivos que se deben a aspectos culturales, sociales o económicos, entre otras razones.

Nada más lejos de la realidad, en el comienzo del vídeo publicado en TikTok, Ogando afirma que “una de las creencias que tenemos desde fuera es que Rumanía es un país peligroso”. Una aseveración que dista mucho de la realidad, según la experiencia del español.

“Aquí vivimos, literalmente, con las puertas de casa abiertas. Lo peor que me pasó es que entró el vecino hasta mi habitación, mientras dormía, para pedirme que le arreglase una televisión de tubo”, dijo a continuación. Aunque cualquier persona hubiese reaccionado de forma asustadiza, Andrés Ogando actuó de forma tranquila, como si no hubiese pasado nada extraño.

Comida más cara que en España

Una de las causas que pueden atraer a una persona a vivir fuera de su país durante un tiempo son las oportunidades profesionales que puede encontrar en el extranjero. Con respecto a Rumanía y España, es comúnmente sabido que los sueldos en país del este de Europa son más bajos que en nuestro país, dato corroborado por Ogando.

En relación con esto último, en el vídeo, Andrés Ogando se queja de la subida de precios que han sufrido los supermercados rumanos. El español pone de ejemplo un kilo de pollo, afirmando que ahora cuesta 33 leu (6,70 euros); mientras que, antes, ese mismo kilo de pollo valía 12 leu (2,44 euros). Por todo ello, Ogando sentencia que “en proporción, más caro que en España”.

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